DOMINGO 24 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Rechaza que el instituto sea oneroso para el país


Los planes del IFE, en riesgo si recortan su gasto: Woldenberg

Ť Peligra la actualización del padrón, advierte el consejero presidente

Ť De los más de $5 mil millones solicitados, 42% a partidos, explica

Mireya Cuéllar Ť Ante la posibilidad de que la Cámara de Diputados reduzca el presupuesto que solicitó el Instituto Federal Electoral para el próximo ejercicio ?5 mil 554 millones de pesos?, el consejero presidente, José Woldenberg, se quejó de que cada año se pretenda reducir sus recursos "de manera desproporcionada, sin importar sus esfuerzos y programas".

ife-consejeros2Advirtió a los legisladores que recortar el gasto al instituto significará "poner en riesgo la viabilidad operativa y la realización de programas" planeados para el 2001, como la actualización del Registro Federal de Electores y, por lo tanto, del padrón para votar que se usará en 13 estados del país donde habrá comicios el próximo año.

En los últimos años, el IFE ha resultado perjudicado en las negociaciones para que les cuadre el gasto del ejercicio en puerta. En 1998 le redujeron en 200 millones de pesos el presupuesto solicitado y en 99 en 400 millones.

Hay distorsiones, dicen los consejeros

Woldenberg y los consejeros Jaime Cárdenas, Alonso Lujambio, Jacqueline Peschard y Mauricio Merino, entre otros, externaron su preocupación porque cada año se "eche mano de afirmaciones distorsionadas o falsas" para escatimar presupuesto al instituto.

"Es falso que el IFE no realice actividades sustantivas en año no electoral. Hacia fin de 2001 se habrán registrado 2.5 millones de electores nuevos, y habremos expedido 7.3 millones de credenciales nuevas", explicó el consejero presidente.

En un llamado a la Cámara de Diputados y a la opinión pública que hicieron ayer los miembros del consejo, recordaron que la institución deberá apoyar la celebración de 13 elecciones estatales y deberá certificar todas las asambleas locales y distritales que realicen aquellas organizaciones interesadas en convertirse en partido político.

Además, 42.4 por ciento del presupuesto solicitado, es decir, 2 mil 352 millones de pesos, pasará íntegramente a los partidos políticos vía financiamiento público y el restante, 3 mil 191 millones, se usará para los programas del IFE.

¿El IFE representa una carga fiscal cada vez mayor?, se preguntó Woldenberg; él mismo respondió: ''todo lo contrario; el IFE desciende su gasto presupuestal 40 por ciento en relación con el año anterior, y no sólo eso, la propuesta del IFE implica un descenso relativo en el gasto programable de 2 por ciento con respecto a 1998, último año posterior a una elección y, por lo tanto, comparable con el año 2001.

En contraparte ?expuso el IFE en su llamado?, el Poder Legislativo está aumentando su presupuesto 15.5 por ciento, el Judicial, 83.7, y los partidos políticos 41 por ciento.

En relación con 1998, el incremento real en el presupuesto del instituto solicitado es de 8.5 por ciento y tiene una razón:se pretende modernizar el programa del Registro Federal de Electores. "Se trata de un programa indispensable para el mantenimiento técnico del padrón; para hacer más expeditos y menos costosos los sistemas de actualización y vigilancia del padrón".

La previsión es que a mediano plazo ese programa permita reducir los costos de la credencial en 50 por ciento; "se trata no de un gasto, sino de una inversión", expresó Woldenberg. Emprenderlo tendrá un costo de mil 600 millones de pesos, la mitad del monto destinado a las operaciones del órgano en su conjunto.

En su afán por dejar claro que el IFE no está despilfarrando los recursos que se le asignan anualmente, dijo que los salarios de quienes trabajan en el órgano electoral son 30 por ciento menores a las percepciones que obtienen los empleados de la Cámara de Diputados o del Poder Ejecutivo.

Recordó también a los partidos que "los sofisticados instrumentos electorales" tienen costos económicos que no se pueden soslayar, pero que gracias a ellos "se ha producido confianza en los procesos electorales... y se ha generado un bien aún más apreciado: la estabilidad democrática, la competencia y la convivencia civilizada de grandes fuerzas políticas y sociales".