JUEVES 21 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť En la Plaza de Santo Domingo, sólo 5 puestos las ofrecen pues ''ya no es negocio''

A punto de desaparecer la tradición de las tarjetas navideñas en México

Ť Antes, en cada calle dejaba tres o cuatro postales, dice el cartero Andrés Monroy

Jorge Caballero

Hasta hace 15 años la mayoría de las imprentas de la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de esta ciudad, se preparaban en esta temporada para ofertar las tradicionales tarjetas navideñas; las personas adquirían para saludar, felicitar o recordar a sus familiares y amigos en las fiestas decembrinas. Ahora sólo hay cinco alacenas (puestos tolerados en la Plaza) que venden este tipo de tarjetas: la postal y la doble.

El impresor David Ugalde opina: "Todavía hace 15 años era bisne pero ahora ya no se venden; ¡está de la chingada! No hay trabajo. Todo el material está bien caro y nadie quiere pagarlas. Creo que la tradición de regalarlas se ha perdido. Antes era una belleza, en cualquier casa que visitaras veías el arbolito de Navidad adornado con las tarjetas de la Sagrada Familia, Los Reyes Magos o un paisaje navideño; ahora sólo ves las casitas de la coca cola".

tarjeta-3La tarjeta navideña en Santo Domingo se comercializa de dos formas: la postal, con un precio unitario de 3 pesos y el paquete de 25 por 40 pesos; las segundas tienen un precio de 25 por 70 pesos y sueltas tiene un costo que oscila entre los 5 y 15 pesos; según el tamaño o si son en relieve. En ambos casos van impresas con alguna de las 25 diferentes sentencias navideñas: "Que al llegar la Navidad se cristalicen sus ideas. Y al iniciar el Año Nuevo sean hermosas realidades"; "Que la gracia de Dios reine en su hogar y que la alegría de las fiestas navideñas perdure a través del Año Nuevo", o "Que te desbarranques en el abismo de la alegría para que caigas en el río de la dicha y te arrastre al mar de la felicidad".

La joven Lourdes Quiroz, encargada de una de estas cinco alacenas, dice: "La tradición de las tarjetas navideñas ha decaído porque ahora todos tienen su computadora; hacen sus propios diseños, las imprime o las mandan por correo electrónico. Además la gente ya es más tacaña, ya no quiere gastar".

En los puestos establecidos el precio de las tarjetas navideñas aumenta a 150 pesos por 25 tarjetas; pero se membreta el sobre y la tarjeta con el nombre del destinatario; que según Ramón Marco, dueño de la imprenta Karina, afirma que "eso da más personalidad, elegancia y habla muy bien del que la manda. En toda esta temporada no hemos recibido ningún pedido de tarjetas navideñas. Ya casi nadie las trabaja porque se gana más en las invitaciones de boda y quince años. El que las quiera mandar hacer tiene que gastar; además se trabaja más y se gana menos; hay que estar parando la imprenta para cambiarle los nombres, haciendo líneas y es más tardado. Trabajas más y ganas menos".

El papel que se utiliza para éstas es el cromacote u opalina, que son los más comerciales. Y a decir del mismo Marco: "Aquí la gente que hace la tarjeta navideña, son los que no tiene mucha chamba, son unos cinco; pero le combinan con calendario de bolsillo y de pared para que les deje un poco más".

La cuarta alacena es atendida por Hilda Magaña, que refunfuñando opina: "Trabajamos los diseños tradicionales porque de eso se trata, de guardar la tradición, ¿no?". Luego ya más accesible abunda: "Aquí se puede hacer el diseño que el cliente quiera, pero el que las compra es una persona adulta que prefiere estos diseños".

Luego ya entrada en el tema a la señora Magaña, que ha vivido del trabajo de la impresión en esta Plaza, se le pregunta su opinión sobre las tarjetas que se venden en papelerías y algunas tiendas, antes de concluir la pregunta ella interrumpe y menciona: "En las papelerías y en los Sanborns compran la tarjeta que tengan; pero en precio es más barato. Además para qué venir a echarse la vuelta hasta acá cuando hay papelerías y Sanborns en cada esquina. A la gente le conviene ir a esos lugares porque sólo compra la que va a necesitar; aquí se realiza todo el trabajo que es parte de la tradición".

Por último abunda: "Cada quien puede ir a comprarlas a donde quieran. El sol sale para todos".

Otra de las señales que dan cuenta de la pérdida de la tradición de enviar tarjetas navideñas, la encontramos en las oficinas de correos, en donde: "La correspondencia en diciembre por el envío de tarjetas navideñas aumentaba muchísimo hasta hace unos diez años; ahora ya es muy tranquilo como que a la gente ya no le interesa enviarlas"; menciona el cartero Andrés Monroy con 25 años de trabajo en el Servicio Postal Mexicano y que actualmente cubre las rutas de las colonias Roma y Condesa.

Después el señor Monroy recuerda: "Antes hasta pasaban anuncios por la televisión y radio para que la gente las mandara con tiempo y no se saturara el correo; antes en cada calle dejaba tres o cuatro tarjetas navideñas en los hogares; ahora llevo muy pocas, casi todas vienen del extranjero".

Otra de las causas más patentes de la pérdida de la tradición de comprar y enviar tarjetas navideñas, es porque los sitios web como Starmedia, Yahoo y Terra, entre otros, ofrecen a sus usuarios una infinidad de diseños de tarjetas de Navidad para felicitar a sus amigos y familiares; con la comodidad de enviarlas por correo electrónico de manera gratuita.