JUEVES 21 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Pobladores afirman que "los que están lejos se alarman más que nosotros"


El volcán dejó de humear y ya no emite ruidos

Ť En Ozumba casi sólo los perros deambulan por las calles, mientras que el comercio se detuvo

Ť Atlautla abrió sus puertas a habitantes de varias comunidades que fueron evacuadas

Juan Antonio Zúñiga, enviado, Atlautla, Méx., 20 de diciembre Ť Aquí, como en Ozumba y Ecatzingo, más del 60 por ciento de la población ya no está en su casa y Don Goyo casi ha dejado de humear.

El Popocatépetl ya no emite ruidos ni zumbido alguno. Tampoco grandes bocanadas de humo, si acaso una delgada fumarola de vez en vez. Se le ve extenuado después de que por casi una semana acaparó los espacios informativos y provocó la evacuación de más de 30 mil habitantes, puso en estado de alerta al gobierno federal y cuatro estatales, e hizo funcionar el plan de emergencia DN-III.

Hoy, El señor que humea parecería que no quisiera perturbar más al Iztaccíhuatl, su mujer dormida, y se mostró humilde, gris, como si la edad se le hubiera venido encima y recordara a su amigo Huehuetéotl, el dios viejo, quien nunca pudo llegar a Mictlán, el lugar en el que viven felices los muertos y donde se encuentra ella.

Ozumba, con sus estrechas banquetas, similares a las de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, o las de cualquier poblado de los Altos de Michoacán, siguió callada. Puertas y ventanas cerradas, una que otra tienda abierta, pero sin clientela, y sus calles casi desoladas a no ser por los perros que deambulan por ellas.

A la entrada, laboriosas brigadas de trabajadores municipales se afanaban en tapar los baches, a pesar de que la evacuación mayor de personas se dio en la madrugada del 19. Pero en fin, afortunadamente en esta ocasión no fue "ahogado el pueblo, se tapó el hoyo".

Por una vía estrecha, pero bien pavimentada, se llega a Atlautla, de donde partieron más de 5 mil 800 de sus habitantes a las cinco de la mañana del pasado martes "por sus propios medios", informó la policía de esta municipalidad. Es que tres horas antes el Popo había lanzado su primera erupción en forma de los últimos 500 años.

Llegaron a esta cabecera habitantes de varias comunidades. De San Juan Tehuixtitlán, dentro del perímetro de alto riesgo, llegó el 80 por ciento de su población, y de Popo Park unas 150 personas.

Estas son las faldas del coloso por el lado occidental. Aquí en Atlautla, el templo de San Miguel -construido en 1660- resintió los bríos de un temblor en 1999, que derribó parte de sus muros y durante estos últimos seis días mantuvo abiertas sus puertas a la población, la cual encontró el consuelo de su religión, cobijada en los retablos del siglo XVII.

Desde el atrio se observa la ahora delgada columna de humo que lanza Don Goyo a la estratosfera, que fuma de espaldas a esta población abandonada en forma momentánea por casi todos sus habitantes.

Y a pesar que hace un sol que quema, y una sombra que hiela, José Jiménez, nevero de carrito de madera y barquillos de galleta -todo un microempresario-, se detiene a platicar sólo un momento.

"Se vio bien bonito. También ayer", se adelanta a la pregunta a manera de introducción, e inmediatamente después concluye: "los que están lejos se alarman más que nosotros que estamos aquí".

-ƑY cómo le ha ido de ventas?

-šMe bajó feo, ayer de plano no vendí nada, ni en Ozumba!

Por una carretera troncal en buen estado, de Atlautla se llega a Ecatzingo, donde el panorama es el mismo, actividad cero. Pero cerca de allí hay un predio lleno de flores de cempasúchil, que seguramente cultiva El señor que humea para llevarle, algún día, a su mujer dormida en Mictlán.