MISION CUMPLIDA
Bolivia
ganó una importante batalla en la guerra contra el narcotráfico.
El presidente Hugo Bánzer anunció ayer que desde 1997, año
en que inició un plan para sacar a su país del circuito del
tráfico de drogas, se han erradicado 40 mil, de las casi 43 mil
hectáreas de hoja de coca.
Con el anuncio Bánzer se ganó el beneplácito
de Estados Unidos, principal interesado en acabar con la producción
de la hoja de coca, sobre todo porque se impidió que Bolivia produjera
en este año, según la cifras oficiales, 240 toneladas de
cocaína, de las cuales la gran mayoría hubiera terminado
en territorio estadunidense, donde se registra la mayor demanda de la sustancia
en el mundo.
El anuncio es una señal positiva que debe servir
de ejemplo a otros países de la región como Colombia y Perú
que, a pesar de los esfuerzos, no han logrado los resultados deseados.
Pero en esto hay una segunda lectura que no debe pasar
inadvertida. Gran parte de los cocaleros bolivianos distan mucho de ser
narcotraficantes, ya que el cultivo de la hoja de coca es una herencia
cultural de diversos grupos indios de la región. La resistencia
campesina encabezada por el líder de los cocaleros y diputado, Evo
Morales, exige un merecido respeto a las tradiciones que por decreto les
están siendo arrebatadas.
Sin tomar en cuenta la postura de los campesinos y por
razones ajenas a su realidad, su cultura, se les ha obligado a dejar de
cultivar la hoja que los identifica, que de algún modo los ha mantenido
unidos por generaciones.
En este sentido, cabe cuestionar el lugar que tendrán
los cocaleros de llegar a la meta de ¨coca cero¨ que pretende eliminar
todo vestigio de los cultivos considerados ¨excedentarios¨ de la
hoja.
De ser así, dejarán de llamarse cocaleros,
perderán parte de su identidad cultural y, con suerte, se les incluirá
en un programa de cultivo alternativo impuesto que responda a demandas
--por así decirlo-- más sanas.
Los logros anunciados por Hugo Bázner merecen el
justo reconocimiento en tanto que son un importante avance en la lucha
internacional contra las drogas, pero, como en todo proyecto que involucre
a terceros, no se puede pasar por encima de los pueblos indios, transgredir
sus tradiciones, por ganarse la venia de Estados Unidos. Enhorabuena.
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