MIERCOLES 20 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Lenta distribución de alimentos


Faltan colchonetas, cobijas, leche y agua en albergues del Edomex

Ť Hacemos lo que podemos: soldado; Protección Civil, ausente

Rosa Rojas, enviada, Chalco, Estado de México, 19 de diciembre Ť Trastocada la cotidianidad por las erupciones del volcán Popocatépetl, los miles de familias evacuadas de sus comunidades se enfrentan a la zozobra de instalarse en los albergues preparados para darles cobijo quien sabe hasta cuándo. La falta de colchonetas, cobijas, agua potable, pañales, leche y biberones para los niños fue una constante este primer día. La logística de distribución de alimentos fue lenta, pero empezaba a regularizarse por la tarde.

La orden terminante de la coordinadora regional del DIF, Yolanda González, fue que todo -agua, ropa, alimentos- se derivara hacia el Ejército Mexicano para que hubiera un mando único en la distribución de la ayuda en este municipio, donde se instalaron 16 albergues. Al filo de las 15 horas reportaron que ya se habían saturado los locales, principalmente las escuelas habilitadas como albergues, y se empezó a canalizar hacia la zona del Valle de Chalco a las familias que seguían llegando.

La estrategia -informó el director general de Abasto y Comercio del Estado de México, Carlos Alberto Acra, entrevistado afuera del albergue instalado en el auditorio municipal- sería llenar primero los lugares habilitados aquí, luego los de Valle de Chalco, Los Reyes La Paz, Ixtapaluca y Nezahualcóyotl, en ese orden.

Elementos del Ejército Mexicano controlaban todos los albergues, donde en grupos familiares la gente dormitaba al sol o en los salones habilitados como dormitorios. Eso sí, rigurosamente separados hombres y mujeres. "El día se hace eterno aquí cuando en nuestra casa no nos alcanza para atender todas las cosas, la comida, la familia, los animalitos. Los hombres que se pudieron ir, ya se fueron al pueblo a vigilar las casas", indicó una señora de la familia Sánchez López, de Nexapa, alojada en la escuela primaria Luis G. Urbina, mientras esperaba, junto con decenas de personas, a que llegara la comida al filo de las 16.30 horas.

En ese lugar había alojadas 222 personas. "Hay cupo para otras 100 personas pero faltan víveres y como 100 colchonetas. Cobijas y agua sí hay", informó el oficial a cargo del registro de los evacuados.

La gente llegaba en combis o minibuses de los rentados para evacuar poblaciones como Atlautla, Ecatzingo, Nexapa, San Juan Teotitlán, Ozumba, pero también en sus propios vehículos: algunos autos destartalados, camionetas pick up y hasta camiones de tres toneladas. Varias familias entrevistadas, como la Villanueva, de Atlautla, integrada por 10 personas, tienen la suerte de contar con familiares en Chalco, en cuyas casas habrán de alojarse.

Del albergue ubicado en la Escuela Normal de Chalco salió un grupo de seis madres de familia cargando a sus hijos. Iban en busca de pañales y biberones. La familia Moreno Varela se quejó de falta de colchonetas y cobijas. Ahí quedaron ubicadas 181 personas, de ellas 63 mujeres y sólo 17 hombres adultos. El oficial a cargo informó -a las 16 horas- que les faltaban 143 colchonetas y 181 cobijas, así como agua "pero nos dicen que ya vienen en camino". En la escuela no hay regadera en los baños, pero las autoridades informaron que mañana las instalan, indicó.

En la secundaria Profesor Manuel Hinojosa Giles el albergue se llenó con 290 personas, aunque tenían capacidad calculada para 240, informó el director del plantel, Hermilo Arellano, quien estaba elaborando el rol de guardias para los maestros que, aunque las clases se suspendieron a partir de hoy y hasta el 8 de enero, se quedarán para vigilar las actividades del albergue "si sigue funcionando". Indicó que ahí había dotación completa de colchonetas y cobijas, así como agua y alimentos. "Todo lo trajo el Ejército Mexicano, Protección Civil trajo muy poco", apuntó.

En la primaria Gustavo Baz, con 314 personas alojadas de San Pedro Nexapa y Tehuistitlán, ambas poblaciones de Amecameca, las maestras Nidia Flores, Isabel Martínez, Patricia Rojas, Clementina González, María Peña y Liz Evangelina damni-carretera-jpg Rivas indicaron que ahí se alojan 314 personas "pero hace falta todo porque los de Protección Civil de Chalco no han venido. Sólo llegó el Ejército Mexicano de San Juan Teotihuacán. El desayuno llegó a las 11 de la mañana, fue un decir de desayuno, media torta y agua para los niños y nada para los adultos. Después trajeron la comida pero fue sólo sardina y un pan".

Ahí la señora Elsa Vázquez, con un niño en brazos, confirmó la carencia de alimentos. Su esposo se quedó en Nexapa a cuidar la casa y los animales. Al filo de las 14 horas llegaron soldados a entregar botellas con agua y papel sanitario. El oficial a cargo informó que faltaban colchonetas. Las maestras señalaron también que aunque había agua en la cisterna, ésta no es potable porque tiene demasiado cloro, es para los baños.

En la preparatoria anexa a la Normal, el cupo era para 150 personas pero habían recibido a 205. En este albergue estaba a cargo del servicio médico el pediatra Carlos Robledo. Se informó que no hay regaderas. La cisterna y los baños están en buen estado. El coordinador de la preparatoria, Aristeo Aparicio, comentó que hacían falta 200 colchonetas y sarapes. La familia Rivera, de San Pedro Ecatzingo, integrada por 22 personas, 8 de ellas adultos, indicó que dos de los hijos se quedaron a vigilar la casa y los animales, con la esperanza de que pase lo que ocurrió el sábado anterior, "ya ve que nos trajeron y apenas íbamos llegando cuando nos dijeron que nos regresáramos".

Uno de los militares responsable del albergue, ante las quejas por las carencias pidió: "No nos ponga tache, ya ve que hacemos lo que podemos".

El más hacinado de los albergues es el del auditorio municipal, donde quedaron alojadas 576 personas. Allí, como en otros de los locales habilitados, Teléfonos de México instaló aparatos que brindan servicio gratuito. La señora Ernestina Hernández, informó que su esposo se quedó en Nexapa. "Dijeron los de Protección Civil que se quedara una persona por familia para tener cuidado con las cosas, que si hacía falta sacarlos iba a ser más fácil si estaban sólo ellos". Una larga cola se formó al filo de las 15.30 horas para recibir la comida caliente preparada por soldados: arroz, frijoles aguados y trozos de algo que parecía hígado en jitomate.

En Nezahualcóyotl se habilitaron más de 60 escuelas como albergues, pero hasta las 15 horas sólo habían llegado 44 personas, 6 familias en total provenientes de la comunidad El Coyote, de Ozumba. Enrique González Vargas, director de la escuela Vicente Guerrero, sostuvo que fueron los propios vecinos y padres de familia de los alumnos quienes llevaron alimentos y agua, pues hasta esa hora no habían llegado ni víveres ni colchonetas, cobijas y medicamentos.

Raúl Juárez, secretario del ayuntamiento de Ixtapaluca, hizo un llamado al gobierno federal porque aunque las autoridades locales habían sufragado los gastos de alimentación para los más de mil refugiados que habían llegado hasta esta tarde, "ya se nos acabó y no han traído nada".

Por su parte el director del Plan Operativo Popocatépetl en el Estado de México, Roberto Vázquez Vázquez, señaló que en total habían salido de sus localidades tres mil 500 personas de San Pedro Nexapa, municipio de Amecameca; Alzate, Industrial y San Vicente Chimalhuacán, de Ozumba y Santiago Mamalhuazuca, San Juan Tlacotompa y Texomaxusco de Atlautla, así como comunidades de Ecatzingo.

Se reportó que algunas familias fueron burladas por transportistas, pues al llegar a los albergues, les cobraban el servicio de traslado, que debía ser gratuito.

En los municipios de Ecatepec, Texcoco, Teotihuacán y Acolman, las autoridades mantienen disponibles 120 sitios para habilitarlos como refugios temporales. A pesar de que las autoridades informaron que se contaba con abasto de equipo para recibir a los evacuados, se pudo corroborar que en los lugares no había víveres ni ropa para quienes lleguen. (Con información de René Ramón Alvarado, María de los Angeles Velasco y Javier Salinas Cesáreo, corresponsales)