MARTES 19 DE DICIEMBRE DE 2000

 


Ť Ugo Pipitone Ť

Don Goyo y Bush

Confieso de entrada que, en estos momentos, me preocupa más el Popocatépetl que Bush. Que los tiempos milenarios de don Goyo pudieran cruzarse con los tiempos cortos de nuestras vidas, no estaba previsto. Estas fuerzas, que la tierra oculta, pueden tener manifestaciones desastrosas para la vida amarrada a la costra del planeta. Pero hay también cataclismos menores. Bush pertenece a esa última categoría que se caracteriza, a diferencia de los otros, por su (relativa) predecibilidad. O, por lo menos, por una recurrencia más habitual.

Frente a estos eventos humanos, los sectores sociales más desprotegidos están acostumbrados a una mezcla de actitudes: encomendarse al Altísimo y tratar de impedir daños mayores. A lo cual hay que añadir una pregunta marginal: Ƒpor qué EU debe dar muestras de nostalgia hacia un pasado de liberalismo salvaje justo en un momento de su historia en qué más acelerado se hace su paso hacia el futuro?

En estos últimos ocho años la sociedad estadunidense ha dado un gran jalón en la investigación, en la tecnología y en la economía. Y mientras esto ocurría, el país parecía encaminado a reducir las formas más graves de malestar acumuladas en periodos previos de iluminación ideológica liberal. La lucha electoral fue reñida y sólo muestra que al sector demócrata de la sociedad estadunidense le faltó un añadido de convicción para seguir un rumbo en que productividad y solidaridad pudieran alcanzar puntos más altos de equilibrio. Así que uno, como observador externo, no puede dejar de registrar que, en este caso, cambiaron aquellos que no debían cambiar.

ƑQuién viene a romper el ciclo clintoniano? La otra cara: un tejano conservador que es símbolo casi inmejorable de un pasado de escasa responsabilidad social y encendida virtud puritana. šJusto lo que faltaba! Evidentemente el pasado no pasa nunca tan rápidamente como a veces quisiéramos. Un tejano que gobernó el Estado donde más penas de muerte se ejecutan (una de cada tres en toda la federación) y que en su periodo como gobernador hizo uso de la gracia sólo en una ocasión frente a 131 asesinatos legales. Dicho de otra manera, un político que no sintió casi nunca la necesidad de usar la gracia como correctivo humano de la barbarie institucionalizada.

En un país donde, para no cargar demasiado la cruz sobre Bush, desde 1976, cuando se reintrodujo la pena de muerte, se han ejecutado más de 640 seres humanos. Un promedio de una ejecución cada quince días a lo largo de un cuarto de siglo. Lo que no está mal como ceremonia sangrienta de venganza y de purificación moral. De este espíritu, Bush ha sido un cruzado. Y ese no puede ser considerado un detalle menor de la personalidad del futuro presidente de los EE.UU. Cualesquiera haya sido la motivación (religiosa, política o humana) que ha impedido a Bush, a lo largo de años, corregir con la gracia lo peor de una visión arcaica de la justicia, configura una personalidad, para decir lo menos, inquietante. Poner en las manos de un individuo así posibles crisis internacionales capaces de afectar la vida de millones de personas, no es algo que pueda llenar a nadie de una confiada serenidad.

A la otra "América", aquella que (aún en medio de contradicciones y de retrasos) hizo posible los espacios de solidaridad y de tolerancia que persisten en el país, le tocará la tarea de evitar los daños mayores que pudieran producirse de un liberalismo puritano convertido en arma moral para no ver los pobres de adentro y los diversos de afuera. O, peor aún, para verlos como potenciales enemigos.

Pero don Goyo nos dice a claras letras que puede haber cataclismos mayores que Bush. Y esto nos abre otra importante clave de lectura. El gobierno ecológico del planeta se ha vuelto una urgencia que será más costosa cuanto más demore el mundo a dotarse de los instrumentos y las ideas para enfrentar el problema. Lo cual supondrá mayores regulaciones internas y mayor coordinación global. ƑPuede, alguien que hace del liberalismo una ideología sin mancha, entender esta necesidad?