MARTES 19 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Unos cien afectados se niegan a abandonar sus domicilios, a pesar del peligro
Resistencia al desalojo en Santiago Xalitzintla
Gustavo Castillo, enviado, Santiago Xalitzintla, Pue., 18 de diciembre Ť Los casi 4 mil habitantes de esta pequeña comunidad poblana comenzaron a ser desalojados desde el pasado sábado por la tarde, pero unas cien personas se resisten a abandonar sus domicilios y aseguran que el volcán "no va a hacer nada más". Aun cuando Don Goyo continuaba arrojando material incandescente, para las once de la noche ellos todavía dormían en sus casas.
Unos 200 efectivos del Ejército Mexicano resguardan casas y negocios de un pueblo que parece fantasma. Sólo los perros ladran al paso de vehículos Hummer, que patrullan las calles sin asfalto de los alrededores de la población.
Santiago Xalitzintla se localiza a escasos 12 kilómetros del Popocatépetl. La presidencia municipal alberga a los militares que llegaron desde el pasado sábado con la misión de proteger a la población y resguardar sus bienes ante la evacuación.
La pequeña plazoleta de Santiago, totalmente iluminada, ya no registra movimiento alguno de civilel. Cuatro microbuses y un autobús de pasajeros esperan por aquellos que durante la noche quisieran abandonar el lugar.
Casos como el de Crescencio Sandoval y sus ocho familiares son pocos, pero de vez en vez los militares acuden a intentar convencerlos de que desalojen ante la posibilidad de una erupción de mayores dimensiones y que puedan afectar de manera directa a Xalitzintla.
Tomás Jiménez, de 56 años, se quedó solo. Sus familiares partieron mientras él decidió permanecer en el lugar y cuidar sus animales, que forman parte de lo poco que ha logrado tras muchos años de trabajo. Desde la presidencia municipal veía cómo Don Goyo escupía por su cráter rocas encendidas, un espectáculo que los lugareños no habían visto nunca antes.
Llegar a esta pequeña población no es fácil. Desde San Pedro Yancuitlalpan, varios kilómetros atrás, policías del estado de Puebla impiden el acceso por el único camino que lleva a esta pequeña población que tiene como vecino, desde su fundación, al volcán que hoy entró en fase de erupción. A quienes insisten en llegar a Santiago, les advierten: "solo bajo su responsabilidad".
El camino es pedregoso, en algunos casos sin asfalto y con muchas cunetas. Además se observan luces tenuas en el interior de algunos casas cuyos moradores decidieron finalmente trasladarse a los albergues.
Fue después de las cinco de la tarde cuando comenzó el éxodo masivo de los habitantes, al conocer que el volcán había entrado en actividad eruptiva; la mayoría de los pobladores se resistían abandonar el lugar y lo hicieron de manera precipitada, con cobijas en la espalda y pequeñas bolsas de ropa en la mano. Las casas quedaron deshabitadas, los comercios cerraron y poco a poco el pueblo que fue quedando casi vacío, sin vida.
Los casi 4 mil habitantes de esta localidad se encuentran esta noche en el albergue de San Buenaventura, a unos 4 kilómetros de Cholula.