MARTES 19 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Pobladores de Tetela del Volcán rehúsan abandonar sus viviendas
"No nos vamos hasta que esto se ponga más grave"
Matilde Pérez U., enviada, Tetela del Volcán, Mor., 18 de diciembre Ť Como si se hubieran puesto de acuerdo, los habitantes de Hueyapan y de los diversos barrios de Tetela del Volcán repetían: "no nos vamos hasta que esto se ponga más grave, hay tiempo; tenemos años viéndolo así", y se volvían a ver las enormes fumarolas que emitía Don Goyo hasta la tarde, cuatro horas antes de la erupción.
Desde las ocho de la mañana y hasta el mediodía, el secretario de Gobierno de Morelos, Eduardo Becerra Pérez, trató de convencer a los habitantes de estos poblados muy cercanos al Popocatépetl de que, por su seguridad, llevaran consigo sus documentos personales más importantes y abordaran la treintena de autobuses y microbuses que estaban en las plazas centrales.
"No estamos jugando, en esto estamos juntos; en los albergues hay buenas condiciones y buen trato. Los invito a que se trasladen con sus familiares, a que vengan a anotarse en la lista que se hará", insistió Becerra Pérez. Pero sus palabras no conmovieron totalmente a las mujeres y pocos hombres que lo escucharon. Caras de preocupación, expresiones de Ƒqué vamos a hacer?, incluso de incredulidad frente a las explicaciones, fueron la respuesta de las familias.
Por la mañana, en Tetela del Volcán y Hueyapan se preparaban incluso para continuar los festejos de las posadas. "Yo me apunto", dijo Guadalupe, una señora de cerca de 50 años, pero cuando escuchó que tendría que dejar su casa y todas sus pertenencias por la tarde, respondió: "no, yo tengo una fiesta el sábado. Ya le dije a mi hijo y a mi nuera, habrá mole".
Al igual que ella, otras familias como la de los hermanos Juvencio y Tomás Trujillo se resistían a salir de sus lugares de origen. "Sólo si viéramos la lava borrando los cerros, nos vamos", señalaron al momento que seguían cabalgando rumbo al "monte en busca de leña y pastizal para sus animales". Otros seguían haciendo adobes para ampliar sus casas y reparaban los techos e interiores de sus viviendas.
En Tetela del Volcán los pobladores se resistían a salir, porque "hacer tres años los que se asustaron y aceptaron irse a los albergues tuvieron malas experiencias, les robaron todas sus cosas, sus animales y hasta los techos de sus casas. Tuvieron que volver a empezar. Por eso ya no quieren irse", explica Felisa Mendoza.
Alfredo, el encargado de la cisterna para el servicio de agua potable para Tetela del Volcán, afirmó: "no estamos espantados. Sólo hasta que veamos que hay lava por acá o piedras, entonces tomaremos nuestros papeles y algunas cosas para dejar nuestras casas. No pueden obligarnos a salir, estamos tranquilos".
En los barrios de San Felipe, San Andrés y San Bartolo, de Hueyapan, no dejaron de retumbar las campanas de la iglesia, pero las mujeres se limitaron a llevar flores y rezar para que "Don Goyo" no les "diera un susto".
A pesar de que hace seis años las autoridades aseguraron que repararían los caminos para que la evacuación por una posible erupción fuera acelerada, la mañana de ayer apenas remozaban el tramo de Hueyapan a Tetela del Volcán.