LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Darío Franco, con interminable llanto, dedicó el título a la afición


"Sí se pudo", grito triunfal en el desfile del Morelia

Ť Los jugadores dieron la vuelta olímpica en el estadio Morelos Ť El público aclamó a Comizzo

Morelia, Mich., 17 de diciembre Ť Una fiesta memorable e incontenible vivió esta ciudad tras la conquista del título de Invierno 2000 por el equipo Monarcas, que tuvo su más fiel reflejo en los diversos estallidos en llanto del capitán, el argentino Darío Franco, quien se adhirió al trofeo con el mejor pegamento: sus manos gigantescas; apenas lo prestaba unos instantes a sus compañeros y enseguida lo recuperaba.

ƑUn sentimental en la defensa? Ƒpor qué tanto llanto en medio de la algarabía? "Cuando le mostraba la copa a la gente, veía sus ojos, miles de ojos, su emoción, y de inmediato me ponía en su lugar štanto tiempo de espera! šcuántas veces llegamos a la liguilla y enseguida nos echaban!

"Yo vine aquí con el Indio Solari, en el Invierno de 97, llevo ya mucho tiempo y esta afición es la mejor. Más allá de lo que todos decimos que lo dedicamos a nuestras familias, este trofeo es para la gente que nos ha apoyado.

"Mis lágrimas -sonríe- son normales, cuando un hombre siente algo de verdad, se afloja. Mirá, vi a un chico seguir todo el trayecto, tres horas corriendo a la par, šeso es amor a la playera!", señaló.

El desfile partió al mediodía desde el hotel donde el equipo vivió durante un mes; tomó la avenida Ventura Poniente hasta llegar a la fuente Las Tarascas para dirigirse hacia avenida Madero.

Durante el trayecto, las calles estuvieron atiborradas de gente que vistió la playera rojiamarilla, que ondeó banderas y bañó en espuma artificial a sus ídolos, quienes a vuelta de rueda avanzaban en un vehículo descubierto.

Encabezó el grupo un auto con la Porra Juan Colorado que no cejó de entonar el "šSí se pudo!", en medio iba el camión del equipo y atrás el de los directivos.

A las 13:00 horas llegaron al Zócalo, donde el gobernador, Víctor Manuel Tinoco, y el presidente municipal, Salvador Galván, los saludaron desde el palco.

La gente brincaba en gran festejo. Jorge Almirón, Flavio Davino, Hugo Chávez y Gerardo Mascareño se quitaron sus camisetas de color azul marino con la leyenda "Monarcas campeón" y las arrojaron al público.

Angel Comizzo y Darío Franco se distinguían por sus playeras blancas; ahí iban también el técnico Luis Fernando Tena y su cuerpo técnico.

La gente deshacía la valla y avanzaba en procesión detrás de los vehículos, pero en el último tramo emprendió loca carrera para en breves minutos atiborrar el estadio Morelos.

Fueron tantos los festejantes concentrados allí, que dejaron afuera a algunas porras que por ir a la par de los jugadores ya no cupieron. Siete kilómetros en tres horas y estaban ya en el estadio.

En la cancha, los jugadores corrieron hacia el estrado colocado en la mitad, levantaron la copa, Darío Franco buscó el micrófono y dirigió el renovado grito de "šsí se pudo!", con más lágrimas.

El titular del club, Alvaro Dávila, fue breve: "El campeonato los jugadores lo ganaron gracias a su apoyo"; Luis Fernando Tena, igual: "Son la mejor afición de México", gritó.

Con Darío al frente, sin soltar el trofeo, los jugadores bajaron en tropel para dar la vuelta olímpica mientras la gente aclamaba: "šComizzo, Comizzo...!".