LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Su principal enseñanza, ser humilde y respetuoso, dijo el demonio junior
Luchadores, ausentes en el último adiós de la leyenda Blue Demon
Ť Nuestro deporte se ha deteriorado por la deformación que llegó de EU: Huracán Ramírez
Jorge Sepúlveda Marín Ť "Lo único que te puedo decir es que Blue Demon no ha muerto, porque vivirá en el corazón de los aficionados a la lucha", dijo con voz entrecortada su hijo, el también enmascarado Blue Demon Junior, luego de que el cuerpo de su padre fuera enterrado ayer en un panteón de Naucalpan, estado de México.
La cita para llevarlo a su última morada se programó a las 14:00 horas y fiel a su costumbre llegó a tiempo, acompañado en la carroza por su hijo y seguido por una interminable fila de automóviles de familiares y amigos. Sumaron alrededor de 150 personas las asistentes al cortejo.
El domingo estaba soleado. Varios de los allegado al legendario Manotas o Tosco, como se le conoció en el medio amateur cuando no usaba máscara, lo transportaron en su féretro a una capilla y luego a la fosa donde finalmente sería depositado.
En el lugar, los dolientes comentaban algunas de las hazañas del famoso luchador, pero sobre todo el don de gente del que siempre hizo gala, dentro y fuera de los cuadriláteros, por lo que se le consideraba un "rudo bueno", aunque sin compasión cuando de ganar se trataba.
El también actor fue uno de los luchadores -a veces al lado del ya también desaparecido Santo- que siempre procuró la diversión de cientos de personas, sobre todo con las espectaculares luchas campales contra enemigos salidos de la imaginación de los productores.
Aquello era contrario de lo que ahora muchos insisten en llamar espectacularidad.
Cuando los restos de Blue Demon fueron depositados en la fosa, la viuda Goyita y su hijo tomaron en su puño tierra y la arrojaron a la loza de concreto usada como tapa.
Estalló en ese momento un aplauso entre los concurrentes, que se prolongó apenas unos segundos. Blue Demon finalmente descansaba, luego de una larga vida entregada a la lucha en una de las mejores épocas de esta disciplina en la República Mexicana.
Prácticamente no hubo luchadores en su sepelio, ya que la gran mayoría ellos trabaja en domingo fuera de la capital federal.
Entre las antiguas glorias de la lucha libre que si asistió se encontraba el Huracán Ramírez, quien apuntó: "lucha buena, la de antes, cuando había gente que en verdad le gustaba, porque ahora han desprestigiado este deporte, y aunque estoy comisionado, eso no quita lo mala que es esta disciplina actualmente".
Estimó que prácticamente ya no hay un remedio para mejorar la imagen de la lucha mexicana, que llegó a ser requerida en otras naciones por su rudeza, por la entrega, pues ahora es una deformación que ha llegado de Estados Unidos y "tal vez ya nunca recuperemos lo que fue antes".
Antes de irse, Blue Demon Junior, acompañado de su madre, recordó que la principal enseñanza de su padre fue "ser humilde y respetuoso", que son las principales cualidades con las que se puede triunfar en la vida en cualquier campo de trabajo.
"šViva Blue Demon!", gritaron y hubo otro estruendoso aplauso, en el último adiós de una leyenda del encordado.