LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Envió Carranco seis mansos, inválidos y despuntados
Estafan a 7 mil personas en la novena corrida de la México
Ť San Román, dos orejas de feria Ť Finito y Jerónimo, detalles Ť Piden a López Obrador intervenir
Lumbrera Chico Ť Alrededor de siete mil personas fueron asaltadas ayer en la Monumental Plaza México por el sedicente "empresario" Rafael Herrerías, en complicidad con el juez Heriberto Lafranchi, el delegado del gobierno del Distrito Federal en Benito Juárez, José Espina, y la ganadería de Carranco, que envió seis novillos mansos, inválidos y despuntados, pese a que el cartel y las autoridades capitalinas anunciaban que en el festejo serían lidiados seis bravos toros y con las astas intactas.
La estafa masiva comenzó hoy jueves a las 9 horas, cuando se abrieron las taquillas de la plaza. Durante tres días y medio, la escasa multitud atraída con engaños, entregó a la mafia capitaneada por Herrerías un botín calculado en varias decenas de miles de pesos.
Además de los toros de Carranco fueron publicitadas tres supuestas figuras de los ruedos -el andaluz Finito de Córdoba, el queretano Oscar San Román y el poblano Jerónimo-, que no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Para desviar la atención de las numerosas víctimas de este atraco, la empresa mandó a un grupúsculo de paleros a que desplegaran una manta contra la Comisión Taurina del Distrito Federal, a la que acusaron de ser "nociva para la fiesta" y pidieron su desaparición.
Cabe subrayar que desde que Herrerías y su pandilla se apoderaron de la México, hace más de siete años, nunca han respetado ni el reglamento taurino vigente en esta capital ni las sugerencias de la citada comisión.
Un teletón para Carranco
Al ver el desfile de los bovinos que invariablemente rodaban por la arena después de ser picados sin fuerza ni saña, un espectador grito: "Vamos a organizar un teletón para sus chingaderas, señor ganadero de Carranco".
Y es que no era para menos, inválidos y con los pitones limados saltaron a la arena Consentido, de 472 kilos; Playero, de 475; Gladiador, de 494; Perdiguero, de 486; Huerfanito, de 482; y Noche Bueno (sic), de 484. Todos con excepción del último se cayeron más de 10 veces en promedio, aun cuando no fueron castigados con severidad; el último, en cambio, sólo dobló las manos una vez, pero luego se quedó quieto, inmóvil, como un bronce de Humberto Peraza.
Empeñoso, Finito de Córdoba logró buenos capotazos y mejores muletazos con su primero, al que mató de un pinchazo y una entera, para ser llamado a saludar al tercio. La ensordecedora rechifla que saludó al cuarto de la tarde le impidió al español dejarse ver en absoluto.
Oscar San Román realizó dos faenas casi idénticas: al segundo y al quinto los toreó sobre piernas con el capote, los banderrilló sin lucimiento y con ventajas, los muleteó sin ligar los pases, los mató de sendas estocadas delanteras y fulminantes y gracias a la connivencia del juez, les cortó una oreja a cada uno, para ser sacado a hombros de un solitario espectador que lo cargó hasta la calle y el olvido.
Joven promesa que se deslava con el tiempo, Jerónimo tuvo detalles con capote y muleta ante su primero, al que mató mal y descabelló peor para escuchar un aviso. Con el último de la tarde pasó inédito.
Las protestas del público al término del festejo demandaron la intervención urgente del jefe del Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, para que ponga un hasta aquí a la organización delictiva encabezada por Herrerías y secundada por las autoridades delegacionales.