LUNES 18 D DICIMEBRE DE 2000

Ť Abrir nuevos mercados a los músicos, uno objetivo del festival de jazz


Cuba tiene una realidad distinta a la que pintan los medios de EU

Ť Hay absoluta libertad para ofrecer talento al extranjero, dice funcionaria cubana a La Jornada

Ernesto Márquez, especial para La Jornada, La Habana, 17 de diciembre Ť Desde el miércoles pasado cuando oficialmente fue inaugurado el Festival de Jazz Plaza 2000, La Habana se convirtió de facto en la sede caribeña de la música más libre que se hace en el mundo.
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Durante las intensas jornadas musicales que van del bop más tradicional a la fusión de ideas más atrevidas y la convivencia de músicos y público, se reivindica la certeza de tal afirmación.

Alicia Perea directora del Instituto Cubano de la Música (ICM), uno de los organismos que apoyan el encuentro, declaró a La Jornada que la realización del festival, así como la apertura de nuevos espacios para el género han posibilitado el creciente interés por este tipo de música que se está fomentando entre un amplio sector del público, sobre todo joven.

La funcionaria explicó que ese era uno de los objetivos del Plaza; el otro, considera, es la apertura de nuevos mercados para los músicos, lo que revela que cada vez es más alta la demanda que se tiene del talento cubano en el extranjero.

"Tan sólo este año ?declara? fueron 5 mil los músicos que trabajaron fuera de la isla".

Asimismo, destacó la "absoluta libertad" que tienen para contratarse u ofrecer su obra en el extranjero. "No existe por parte nuestra ningún tipo de impedimento para que lo hagan. Todo lo que se diga en contra son infundios. La cifra que le acabo de decir comprueba la fuerza de esta verdad".

Sin embargo, la cifra de 13 mil egresados de los institutos de música que maneja el organismo hace pensar en un obligado desempleo de músicos en el país, pero la doctora Perea no lo considera así: "Tenemos mucho empleo para ellos. Hay empleo en las muchas escuelas y academias de enseñanza musical, así como en todas las orquestas sinfónicas del país; en los 19 coros profesionales; en los proyectos de música de cámara; ensamble pequeños de dúos, tríos, cuartetos, proyectos radiofónicos, de televisión, cine, o en las casas de cultura, lugares donde el pueblo va bailar, descargar o escuchar música. Además, el Estado nos otorga una buena cantidad de dinero (más de 15 millones de pesos cubanos al año) para subvencionar proyectos importantes. Por lo que yo pienso que todavía no tenemos un problema de desempleo en los músicos. De tal manera que esos 13 mil músicos de los que hablamos tienen un espacio donde realizarse".

Ante la pregunta de por qué no se fortalece más la industria musical en Cuba, Alicia Perea comenta que en su gobierno se ha apostado más por el desarrollo del ser humano que por las vías de comercialización de su talento. "Sabemos, como usted lo señala, que la música cubana puede ser una gran industria capaz de ayudarnos a paliar angustias económicas. Estamos conscientes de ello, nos faltan los grandes estudios de grabación (ya tenemos algunos), nos falta armar estrategias de comercialización para entrar a los cicuitos de distribución internacional y eso es algo en lo que estamos trabajando".

Regresando al Festival de Jazz, en el que participan cerca de 400 músicos de 11 países, Perea no revela gastos de inversión, pues asegura que no la hay ya que este encuentro se ha podido realizar gracias a "al gran amor que le tienen a Cuba en el mundo".

Y cita como ejemplo que todos los participantes extranjeros no vienen cobrando honorarios y que muchos de ellos, incluso, han pagado sus gastos

"Nuestra inversión es la infraestuctura que ya tenemos y algunos gastos de producción escénica".

Respecto de las ganancias cualitativas señala que en este Festival "existe una gran dosis de amor por la cultura, amor por el ser humano" y que "la revolución cubana lo que quiere es un hombre más pleno, sensible, refinado, y en la medida que esa sensibilidad crezca va a ser mejor ser humano, y el Festival, así como otras actividades culturales que promociona el Estado, están ayudando a conseguir ese propósito".

Al hablar del bloqueo, económico y las futuras relaciones con el nuevo gobierno de los Estados Unidos, señala que la sanción viene de los políticos y no del pueblo estadunidense, "porque la gente viene aquí y al caminar por las calles se da cuenta de que Cuba tiene otra realidad de la que pintan los medios de comunicación".

Sus artistas también han descubierto una Cuba real y libre. La gente que llegó al Music Bridge y la que ha venido ahora a lo del Jazz Plaza se percata de ello. Hay quienes como Herbie Hancock ha llorado de alegría cuando ven que pese a todas las dificultades, el pueblo cubano sonríe y enfrenta la vida con optimismo.

"Este Festival al igual que el Music Bridge, es un ejemplo de que la música une a los pueblos".