LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000

 


Ť Vilma Fuentes Ť

Premio Juan Rulfo

De la feliz conjunción del Centro Cultural de México en París y de Radio Francia Internacional nació el Concurso Internacional de cuento Juan Rulfo hace diecisiete años. Mercedes Iturbe dirigía en ese entonces el centro y Ramón Chao sigue a la cabeza de los servicios en español de RFI.

Mercedes, persona imaginativa y emprendedora, buscaba ideas para promover el centro creado por Luis Echeverría de su bolsillo, gracias a una de esas ocurrencias que Alberto Gironella sabía lanzar con el aire más serio para ocultar la carga de sorna de sus palabras: "En una ciudad como París hace falta algo de cultura, Ƒpor qué no ayudar a los franceses trayéndoles algunas muestras mexicanas?"

Pero Echeverría, cuando le repetí la broma de Alberto, la tomó con toda seriedad y la puso en ejecución. Hizo rentar un local cerca de su casa, es decir, en un barrio elegante donde abundan los ministerios, los organismos internacionales y los bancos, pero son extremadamente raros galerías, teatros, librerías y otras actividades culturales.

García Márquez, muerto de risa, lo apodó "el garage". En sus tres salones, durante el año y medio o dos años que dependió del ex presidente, quién sabe por qué, se levantaban más altares de muertos que exposiciones. Pero Echeverría decidió dejar la delegación en la UNESCO e irse a Camberra. "Entre más lejos me vaya de México, más pronto regreso", me dijo con la viciosa esperanza en el poder que lo hacía creer en un tiempo regresivo.

Pero al irse, el centro se quedaba sin mecenas. Flores Olea, el siguiente embajador ante la UNESCO, logró salvarlo al conseguir un presupuesto proveniente del gobierno mexicano.

Mercedes Iturbe se enfrentó a una situación difícil: había que hacer milagros con poco dinero. Y los hizo. Consiguió mudar el centro al bulevar Raspail, montar exposiciones presentables y crear, con la ayuda imprescindible de Chao, el concurso Juan Rulfo.

El éxito del premio fue inmediato, al menos en lo que concierne el número de cuentos que llegaron ese primer año -unos 2 mil 500, si mal no recuerdo- y que volvieron locos a los jurados. Entonces no se había pensado en una primera selección hecha por un prejurado más extenso.

Diecisiete años después el Concurso Juan Rulfo 2000 entrega doce premios, diez para cuento, uno para fotografía y otro para el mejor libro traducido del francés al español.

Este año los dos principales ganadores, seleccionados entre 6 mil participantes, fueron dos mexicanos: el premio RFI (30 mil francos) fue otorgado a Eduardo Antonio Parra por Nadie los vio salir, y el del Instituto Cervantes (20 mil francos) lo recibió Guillermo Samperio por ƑMentirme?

Fenómeno curioso -ignoro si los jurados se percataron- son las coincidencias entre estos dos cuentos. Escritos por dos hombres, ambos utilizan la voz femenina de una protagonista para narrar dos historias eróticas. Pero mientras el trabajo de Parra se basa en la filigrana del lenguaje con que va tejiendo el relato y a través de cuyo ejercicio construye el ambiente de las ficheras en un burdel, el de Samperio, quien se pasea entre la primera y la tercera persona, juega entre las pensamientos y recuerdos de su protagonista y las reflexiones lacónicas y directas, sin espirales, del autor.

En Nadie los vio salir, Eduardo Antonio Parra recrea una lengua popular, descarada, tierna, vulgar hasta la insolencia, con la cual describe una noche de parranda, sin dejarse estorbar por la reflexión. La narradora es una fichera entrada en años que recuerda tiempos mejores en ese salón de baile-burdel. Una extraña pareja, bella, elegante, aérea, aparece una noche ahí. La vieja prostituta desconfía, los observa, cae bajo su magnetismo. Arriba, en un cuarto, su comadre y mejor amiga, agoniza.

ƑMentirme?, de Guillermo Samperio, es una historia doble, como doble es su lenguaje y el ir y venir entre la acción y la reflexión. La protagonista es una mujer que sale a fumar para serenarse. Después de recordar algunos momentos de su infancia y pensar en el incesto cometido con su medio hermano, comienza la segunda historia, la vivida con Patricio y que acaba de terminar esa tarde.

Sin duda, estos dos autores merecían el aliento de estos premios.

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