LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Preservación ecológica y cultural, mérito indígena 


Premia la WWF a la nación huichola con el Regalo Sagrado para la Tierra

Ť El grupo británico Alianza de Religiones también los galardona

Ť Los wixárica exigen "mesa de diálogo" con cinco gobernadores

Matilde Pérez U., enviada/I, Real de Catorce, SLP Ť Entre los muros que quedan de pie de la antigua ciudad minera colonial se escuchan los violines, voces y pasos de los wixaritari o huicholes. Muy pocas veces se les ve caminar por las calles empedradas, y más raro resulta para los menos de dos mil habitantes de Real de Catorce escuchar que autoridades estatales y representantes de organizaciones internacionales tratan con respeto a los indígenas.

En la plaza central de esta ciudad colonial, cerca de doscientos ancianos, mujeres, niños y hombres de Santa Catarina Cuexcomatitlán, San Andrés Cohamiata, San Sebastián Teponahuaxtlán y de otras comu- nidades de Jalisco, Nayarit y Durango reciben, como nación huichola, el reconocimiento Regalo Sagrado para la Tierra del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y de la organización británica Alianza de Religiones y Conservación por su participación en la preservación de la zona.

Allí, en esa plaza delimitada por el palacio municipal, la antigua Casa de la Moneda y la parroquia de Real de Catorce, la cultura, tradiciones y costumbres de los wixárica retoman su lugar en la historia. Serenos y pacientes escuchan el compromiso del gobernador de San Luis Potosí, Fernando Silva Nieto, de lograr que ejidatarios y pequeños propietarios participen en la conservación de la reserva estatal de wiricuta, la tierra sagrada del peyote.

Frente a Maurilio de la Cruz Avila, presidente del Consejo de Ancianos y los gobernadores de las siete comunidades huicholas; la presidenta de WWF-Estados Unidos, Kathryn S. Fuller, y el gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas, el gobernador de San Luis Potosí asegura también que solicitará al Congreso local que el día 12 de octubre "que ha sido malamente llamado Día de la Raza, sea considerado de la dignidad de los pueblos indios".

Y en la vorágine de la defensa de "los indios --ellos me han pedido que les llame así"--, Silva Nieto menciona que enviará "a las naciones indias" una copia de la petición al Congreso local para que se sumen "al gran movimiento de reconocimiento de los pueblos indios". A nivel estatal, se compromete a discutir con los pames, nahuas y huastecos otra legislación para una nueva justicia india.

A los huicholes les reconoce su resistencia y sentido de identidad. "A pesar de que históricamente han sido asediados y emp Huicholes 2 zacatecas ujados a la sierra, guardan sus principios, convicciones y cultura".

Anticipándose a la reticencia, hace un llamado a la población para que se sume a un pacto de unidad y fraternidad, bajo el principio de que no hay futuro sin memoria del presente y del pasado, para fortalecer a los pueblos indios.

Es la euforia estatal por el reconocimiento internacional Regalo Sagrado para la Tierra otorgado por la WWF porque la reserva estatal de wirikuta, de 140 mil hectáreas --66 mil adicionales a las decretadas en 1994-- no sólo protege la diversidad biológica de la zona, sino también los lugares sagrados de los huicholes. Además, forma parte de los 630 mil kilómetros cuadrados del llamado desierto chihuahuense, que abarca San Luis Potosí, Tamaulipas, Nuevo León, Zacatecas, Durango, Coahuila y Chihuahua, en México, así como Arizona, Nuevo México y Texas en Estados Unidos.

Para los wixaritari, la reserva y el reconocimiento internacional es un paso más en la defensa de sus tradiciones y costumbres, pero insisten en la instalación de una mesa de diálogo y discusión con los gobiernos de Zacatecas, Jalisco, Nayarit, Durango y San Luis Potosí, para que "las leyes mexicanas y los convenios internacionales se cumplan, para que dejemos de padecer injusticias".

Recelosos de la actuación de las autoridades, los huicholes presentaron, por medio de Pascual Chino de la Cruz, un escrito con 17 peticiones y compromisos, algunas de ellas en defensa de su tradicional recorrido que inicia con la caza del venado en la Sierra Madre Occidental y culmina en el cerro El Quemado, en Real de Catorce. "Queremos que las autoridades permitan la cacería del venado con un rifle calibre .22; lo realizaremos con moderación, así como el uso de la pluma de águila. También que las autoridades judiciales y militares respeten el libre tránsito del peyote, que forma parte de nuestras costumbres".

Insistentes en defender la preservación de sus sitios sagrados y sus ofrendas, y dispuestos a combatir el comercio ilegal del peyote, los huicholes ofrecieron participar en la vigilancia de su lugar sagrado en Cerro del Quemado.

"Estarán seis guardias huicholes; serán los encargados del acercamiento con los campesinos para que conozcan nuestra costumbre y nos apoyen, con los gobiernos de San Luis Potosí y Zacatecas, y la Profepa, para detener el comercio ilegal del peyote y el saqueo de los lugares sagrados".

La determinación huichola causó un fuerte disgusto entre algunos de los pobladores de Real de Catorce, quienes sonrieron con ironía y comentaron: "estos huicholitos sólo están unos días".

En 1992, Conservación Humana inició un esfuerzo conjunto con los huicholes para elaborar un diagnóstico ecológico y socioeconómico de la región que describe someramente la situación: "wiricuta, región que cubre una superficie de aproximadamente 200 mil hectáreas, alberga el mayor número de especies de cactáceas --entre ellas el peyote--, es el sostén para un tercio de la flora del desierto, para 80 por ciento de las especies de aves --como el águila real, el halcón aplomado, el correcaminos, búhos y algunas especies migratorias-- y 60 por ciento de mamíferos como zorros, coyotes y la rata canguro".

"Este es un esfuerzo que va más allá de la conservación de la biodiversidad, es un reto al espíritu para atender tradiciones milenarias y reconocer que no somos dueños de la tierra", comenta Humberto Fernández Borja, presidente de Conservación Humana.

Explica que la organización --en la que participan biólogos, fotógrafos, pintores y empresarios-- se encuentra integrando un sistema de información geográfica para "delimitar y caracterizar las rutas de peregrinación. Con las autoridades huicholas estamos promoviendo y ejecutando el establecimiento de una red de áreas naturales protegidas que cubra los sitios sagrados que están fuera de sus comunidades, desde la Sierra Madre Occidental hasta el altiplano potosino-zacatecano".

Aclara que la información más detallada se dará a conocer junto con el plan de manejo de la reserva estatal de wiricuta, en marzo del próximo año, y destaca que el esfuerzo conjunto es para contribuir a la preservación del patrimonio cultural y natural de la humanidad.

Impresionada por los cánticos y el ceremonial huichol, la presidenta de la WWF-Estados Unidos, Kathryn S. Fuller, menciona que la participación de la organización es técnica, y no descarta la posibilidad de otorgar mayores recursos para esa reserva.

"Se creará un fondo para fortalecer el manejo de la reserva, en tanto que a las autoridades federales se les solicitó que los subsidios sean más específicos y estén desti- nados a la necesidades reales de los habitantes de la región", puntualiza el representante del programa México de la WWF, Juan Bezaury Creel.

David Hernández Delgadillo, secretario de Desarrollo Regional y Social del gobierno de San Luis Potosí, menciona que el gobierno ya trabaja jurídicamente en la creación de ese fondo que --dice-- estará destinado a preservar la biodiversidad, pero también al desarrollo de las comunidades y municipios que se encuentran dentro de las 140 mil hectáreas de la reserva.

Adelanta que el gobierno potosino buscará un acuerdo interestatal con sus homólogos de Zacatecas, Jalisco, Durango y Nayarit para salvaguardar la ruta que anualmente siguen los huicholes en busca del peyote. A la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se le insistirá en que cumpla con sus funciones de vigilancia.

Por lo pronto, a lo largo del recorrido de la carretera Matehuala-San Luis Potosí, se pueden comprar por 2 o 3 mil pesos, águilas reales --símbolo de la bandera nacional, y especie para la cual existe un proyecto de protección, conservación y recupera- ción-- además de halcones, algunas especies de pájaros y diversas variedades de cactáceas como la biznaga de lima (Ferocactus pilosus), que es de gran atractivo por su forma cilíndrica y espinas rojas, todas ellas especies bajo un estatus de protección de la autoridad ambiental.


El peyote, hermano mayor de los wixárica

En Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas se asientan los poco más de 18 mil huicholes, organizados en cinco gobernancias y reconocidos como tres comunidades agrarias. El territorio huichol abarca 392 mil 106 hectáreas.

Como parte esencial de su cosmogonía e identidad, anualmente los huicholes llevan a cabo peregrinaciones por una franja de 800 kilómetros --desde la costa de Nayarit hasta el Cerro Quemado o Wiricuta, en el altiplano potosino-zacatecano-- en busca del peyote.

Los huicholes consideran al peyote (Lophophora williamsii), como el "hermano mayor al que se le debe respeto". En torno a esta cactácea giran las ceremonias místico-religiosas de ese pueblo. Los indígenas le atribuyen propiedades curativas y mágicas que van desde calmar el hambre y la sed y brindar fortaleza y resistencia, hasta el don de la "adivinación".

Por su contenido de mezcalina, el peyote está considerado como narcótico, y por tanto está inscrito dentro de la Lista I del Convenio sobre Sustancia Sicotrópicas, que regula uso, importación y exportación de éstas. La Ley General de Salud, el Código Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y en Materia de Fuero Federal establecen sanciones que comprenden multas de cien hasta dos mil días de salario mínimo y privación de la libertad por un periodo de entre uno y 25 años.

La Ley General de Salud, en su capítulo VI, concede a los indígenas el uso del peyote, y en su artículo 249 permite la colecta y adquisición de éste en su hábitat para fines de investigación científica. En su artículo 248 prohíbe la siembra, cultivo, cosecha, adquisición, posesión, comercio, suministro, empleo, uso, consumo y transporte de cualquier forma del peyote.

A la fecha, las poblaciones silvestres de esa cactácea se han reducido considerablemente debido al comercio ilegal.