LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Advierte López Obrador que su gobierno no será rehén de mafias
Se basificará a eventuales de forma gradual
Ť Anuncia un aumento salarial de 2% arriba de la inflación Ť Descarta los despidos injustificados
Bertha Teresa Ramírez Ť El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, señaló que el gobierno no será rehén de mafias o de grupos de interés y aplicará la ley con firmeza. Al emitir el bando número 11 advirtió que ni el SUTGDF ni ningún otro grupo "serán una piedra en el zapato" para la presente administración.
En alusión al secuestro que sufriera hace unos días el director de la Policía Judicial capitalina, Damián Canales Mena, exigió que éstas dejen "de estar mandando mensajes", "que no piensen que nos van a estar calando", sentenció.
El funcionario dio su total respaldo al procurador Bernardo Bátiz Vázquez, en particular en lo que se refiere a la designación de Damián Canales Mena como jefe general de la Policía Judicial del DF.
Al respecto, precisó que su gobierno no se va a dejar intimidar "ni tampoco vamos a andar rodeados de guardaespaldas. Que quede claro".
En sesión de preguntas y respuestas, al término de la lectura de su bando número 11, citó a Melchor Ocampo para advertir a las mafias y grupos de intereses creados: "me quiebro pero no me doblo".
Al dar a conocer el nuevo bando, dijo que no va ha haber nuevos ingresos en las plazas vacantes, "se va a tomar en cuenta a los eventuales". Agregó que el gobierno de la ciudad tiene 320 mil trabajadores y se propone concluir el sexenio con esa cantidad, "y si es posible con menos".
Agregó que ya se está haciendo el ajuste a la estructura administrativa; "hay una reducción considerable en puestos de estructura administrativa, sobre todo con lo que tiene que ver con honorarios".
Por medio de este bando, se comprometió a que todos los trabajadores del gobierno local, con excepción de los altos funcionarios, recibirán aumentos salariales de dos puntos porcentuales por encima de la inflación. Estableció que no habrá despidos injustificados de los trabajadores de base, pero tampoco crecerá el número de empleados que actualmente tienen las dependencias, y durante los próximos seis años se aplicará un programa de basificación gradual de trabajadores eventuales, de acuerdo con las posibilidades económicas del gobierno, "dando prioridad a los trabajadores cumplidos y con mayor antigüedad".
Asentó que durante su administración establecerá una relación de corresponsabilidad con las organizaciones sindicales, y advirtió que es indispensable la colaboración decidida de los burócratas para alcanzar el objetivo del gobierno de convertir a la capital de la República en la ciudad "de la democracia, de la justicia y de la esperanza".
Dijo que la idea de que el personal de honorarios es más eficiente en el trabajo se ha utilizado muchas veces como argumento para justificar la contratación de trabajadores por honorarios, y así se ha venido deformando la estructura laboral del gobierno.
Confió que "si hay un trato respetuoso a los trabajadores, si se les convoca a mejorar los servicios que ofrece el gobierno, ellos responderán".
Dijo que si actuamos como funcionarios arrogantes y prepotentes y hacemos menos a los trabajadores, entonces ellos van a cumplir cuando mucho con lo que está establecido en las condiciones generales de trabajo. Nosotros lo que queremos es que se involucren, que formen parte del gobierno y sobre todo del proyecto; deseamos que lo compartan para mejorar las condiciones de vida, la convivencia en la ciudad".