LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Cervantes, "uno de los primeros grandes suplantadores de Dios": René Avilés


Realiza Fábrica de Letras nueva edición de don Quijote

Miryam Audiffred Ť Casi 400 años después de haber aparecido por primera vez, las aventuras de don Quijote siguen inspirando nuevas publicaciones. La editorial Fábrica de Letras presentó el pasado sábado en el Museo de la Ciudad de México dos tomos ilustrados que reúnen las legendarias andanzas del hidalgo.

Al encuentro acudieron escritores, editores, diseñadores y políticos, como María de la Luz Núñez, Sonia Amelio, Arturo Martínez Nateras y René Avilés Fábila. En su intervención, este último aseguró que Miguel de Cervantes Saavedra ha marchado por los tiempos acompañado de una interpretación simplista.

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, aseveró, es mucho más que un libro que reivindica a todas las obras de caballería. Es un texto, añadió, que parte de la imposibilidad de ser felices a través de la pareja perfecta. Cervantes, como Shakespeare, se lanza a la desesperada búsqueda de lo imposible.

El creador de don Quijote "es uno de los primeros grandes suplantadores de Dios", sostuvo el autor de novelas como Los juegos (1967), El gran solitario de palacio (1971) y La canción de Odette (1982), y parafraseó a Ricardo Garibay: "Cervantes debe ser rescatado de los académicos".

Y es que, abundó, siempre estuvo lejos de la formalidad. "El no era sino un borracho, blasfemo y jugador. Un hombre formado en la guerra, en las tabernas y en las prisiones".

Producida con el patrocinio del gobierno de Guerrero, esa edición de don Quijote cristaliza diez años de esfuerzos a lo largo de sus mil 48 páginas ilustradas por Víctor Martínez y Maricarmen Miranda.

Además del texto de Cervantes, los dos nuevos tomos reúnen en los apéndices comentarios en torno a don Quijote de personajes de distintas épocas y nacionalidades.

También presenta frases y versos en latín y un área dedicada a analizar los personajes del libro: los inventados por Cervantes, los tomados de la mitología y la literatura y los que tuvieron existencia histórica.

Asimismo, contempla en una de sus secciones numerosos datos sobre las primeras ediciones de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en la Nueva España, pues si bien el texto llegó a México en el siglo XVII --junto con otras obras de caballería-- fue hasta 1833 que apareció la primera edición mexicana y, en 1842, cuando se le mostró con ilustraciones.

Sobre el texto de Cervantes, el quijotista Eulalio Ferrer ha dicho: "Es un libro que se adapta al tiempo, que corre con el tiempo. Don Quijote puede retratar una época, pero la trasciende y cobra vida en cada época. El tiempo es un multiplicador de sus resonancias".