LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť PARABOLA

La herencia priísta en Pemex

Ť Emilio Lomas M. Ť

Como se recordará, fue en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari cuando se inició la reestructuración de Petróleos Mexicanos (Pemex), dividiendo a la paraestatal en cinco subsidiarias: Pemex-Refinación, Pemex-Exploración y Producción, Pemex-Petroquímica, Pemex-Gas y Petroquímica Básica y Pemex-Corporativo.

Se dijo en ese entonces que con esta nueva estructura se racionalizarían los gastos, pues cada subsidiaria manejaría su propio presupuesto de acuerdo con sus necesidades, derivadas de las correspondientes prioridades.

Se habló mucho del adelgazamiento de Pemex; sobre todo debido al desmantelamiento de lo que fue la Subdirección de Proyecto y Construcción de Obras (SPCO), que en la anterior estructura daba servicio a toda la paraestatal, y se pensó aparentemente en todo lo que se "ahorraría" eliminando ese monstruo de subdirección que, hasta ese momento, aglutinaba a miles de trabajadores (de planta, transitorios, sindicalizados y de confianza), maquinaria y equipo de acuerdo a su tamaño y función.

Dentro de la SPCO, Pemex contaba con un equipo de ingeniería interna impresionante, tanto por su tamaño como por el grado de especialización alcanzado por sus ingenieros y técnicos , y que abarcaba prácticamente todas las áreas relativas a la exploración, producción y manejo del crudo y sus derivados.

Según información proporcionada por la Asociación Civil Todos por Pemex, con excepción de las plataformas marinas para la extracción de crudo, se puede decir que el 90 por ciento de la ingeniería requerida, tanto para obras de mantenimiento, como para ampliaciones y proyectos nuevos, se hacía con personal de Pemex. Para los que planearon la nueva estructura de Pemex fue muy fácil pensar que toda la ingeniería interna simple y sencillamente se convertiría en externa, y sería desarrollada por firmas de ingeniería que como carecían - y carecen aún hoy - de personal calificado para el óptimo desempeño del trabajo, contratarían a un buen número de técnicos y profesionistas, ahora desempleados, formados por Pemex a lo largo de muchos años.

El caso de la desaparición de la ingeniería interna de Pemex es por demás dramático. Rescatada una mínima parte de ella, por Pemex-Refinación, no se da abasto con el volumen de trabajo; y sólo estamos hablando de obras de mantenimiento general, muchas veces de urgencia, y algunos proyectos de regular tamaño, porque el resto lo ejecutan diversas compañías.

Entre esas empresas hay una que ha sobresalido mucho, sobre todo durante la mayor parte del sexenio que recientemente concluyó. Se trata de la Compañía Mexicana de Investigación en Materiales, SA (Comimsa), que ha obtenido un excesivo provecho, por ser aparentemente la agraciada para obtener contratos por asignación directa por parte de Pemex, para el desarrollo de ingeniería entre otras cosas.

Desde que se pensó en que el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) debería dedicarse más a la labor para la que fue creado: la investigación, y que ya no debería estar a disposición de Pemex para el desarrollo de parte de su ingeniería, se creyó que Comimsa ofrecía la solución. Nada más lejos de la realidad, veamos por qué.

Melée

Desde hace varios años celebra convenios-marco con Pemex-Refinación, mediante los cuales obtiene fabulosas e inconcebibles prebendas, como por ejemplo cobrarle a Pemex por gastos de oficina, instalaciones y equipo que Comimsa no proporcionó durante dos años, pues ocupó con profesionistas contratados como empleados eventuales, oficinas, equipo y mobiliario dentro del edificio D, del centro administrativo, propiedad de Pemex.. Ahora que Comimsa renta algunos locales cercanos a Pemex, cuenta con oficinas que no pasan ninguna prueba en cuanto a requerimientos mínimos para trabajar; sin embargo, cobra a Pemex varias veces lo que gasta en equipo, mobiliario (que por lo demás es pésimo e inadecuado) y renta de oficinas... Otra pequeña muestra de las irregularidades en la contratación de servicios de ingeniería con esta compañía, es que en el mes de agosto pasado se la avisó al personal de ingeniería que da servicio a Peme, a través de Comimsa, que debido a que se había notificado a la compañía por parte de la Procuraduría General de la República de una auditoría para verificar el uso o no de programas (software) piratas, esto, a petición de Bentley Systems, Inc., propietarios de los derechos de un programa de uso común en Pemex, llamado MicroStation, utilizado con licencia en Pemex -no así en Comimsa- para la elaboración de planos de ingeniería, se tendrían que descargar prácticamente todas las computadoras, pues no sólo se estaba trabajando con el mencionado programa de manera ilegal, sino también con paquetería pirata de Microsoft, es decir, Windows en sus diferentes versiones.

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