LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Iván Restrepo Ť
El programa ambiental de Fox
Dentro de la incontinencia declarativa de que hace gala el presidente Fox, escasas palabras son para el tema ambiental. Sin embargo, resultan suficientes para definir su programa de gobierno en esa materia. Ha dicho que el desarrollo económico se obtendrá sin depredar los recursos naturales ni contaminar. Algo semejante prometieron los últimos cuatro mandatarios y el balance de lo que hicieron es muy negativo.
Además, dedicaron una cifra irrisoria del presupuesto federal a resolver los problemas que tenemos. Por si fuera poco, el último mandatario convirtió a la secretaria del ramo en blanco preferido de sus peores chistes y chascarrillos. Al grado que en un acto público la calificó de "lambiscona". Sería lamentable que el presidente Fox también le faltara al respeto a sus colaboradores y que éstos permitieran que lo hiciera en aras de conservar un cargo. Así las cosas, el maestro Víctor Lichtinger podrá dedicar todo su esfuerzo a poner orden en la dependencia que preside y a volver realidad las tres acciones prioritarias trazadas por esta administración en el campo ambiental: la conservación y el uso adecuado del agua, el acrecentamiento de las áreas cubiertas de bosques y selvas, y la lucha contra la contaminación que causa la industria.
Se trata de una tarea nada fácil que pondrá a prueba no solamente la voluntad política de este gobierno para atacar los problemas existentes en esos rubros, sino para saber hasta qué punto Fox cumple la promesa de gobernar para todos y en bien de todos; de impedir que, como en el pasado, sean los grandes grupos económicos o las mafias políticas regionales las que impongan su ley y dejen sin efecto medidas que afectan sus intereses.
No está por demás recordar que un buen número de los que patrocinaron la campaña electoral del hoy Presidente son dueños de conglomerados industriales que se distinguen precisamente por su aporte a la contaminación del país. Bien saben los funcionarios actuales que parte muy importante de la pérdida y el deterioro de los recursos naturales se debe a la tolerancia de las autoridades hacia la industria, acostumbrada a disponer de agua a bajo costo, a no tratarla ni reutilizarla, a vertirla, contaminada, a los ríos y finalmente al mar.
En cuanto a la deforestación, atribuida injustamente a los pobres que para sobrevivir talan pequeñas extensiones, se debe más a los concesionarios de extensas zonas forestales, a la corrupción oficial y de líderes agrarios o comunales y a la impunidad con que actúan los talamontes. En igual sentido cabe señalar la negativa actuación gubernamental a la hora de fincar las bases del desarrollo urbano y regional. Es lo que ocurre en las zonas costeras, que han perdido parte importante de sus valiosos ecosistemas, debido al crecimiento anárquico de la mancha urbana, la industria (en especial la petrolera y la petroquímica) y los megaproyectos turísticos. En este último renglón un asunto de atención urgente es la franja litoral de Quintana Roo, donde la ocupación salvaje del territorio por grandes capitales (algunos de sospechosa procedencia) aliados al poder público, pone en riesgo el futuro sustentable del caribe de México.
En la tarea por lograr un ambiente sano, la sociedad juega un papel fundamental. Hacer los cambios que se requieren para revertir las tendencias que hoy nos encaminan a ser un país al borde de la crisis de recursos naturales, exige entonces que la gente participe activamente, y no sea simple testigo de lo que se deciden en pequeños cónclaves. Pero a la vez se necesita que dentro del sector público exista congruencia y todo lo relativo al medio ambiente juege, ahora sí, el papel que justamente le corresponde a la hora de tomar decisiones de carácter económico.
En este sentido, vale repetir que México no es una empresa, familiar o privada, y que los altos funcionarios son todo menos un consejo de administración. Por el contrario, son servidores públicos que deben responder y atender el sentir de la población y trabajar en bien de México, no de un grupo.