LUNES 18 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť El militar preso encabezó hace dos años una protesta en calles de la capital del país
Instruye Fox a Sedena para revisar el caso del teniente coronel Bacilio
Ť Se estudiará la situación jurídica de 20 de sus compañeros Ť El mandatario recibió una petición de ayuda por parte de la familia del oficial Ť En ella solicitan sea trasladado de Mazatlán al DF
Jesús Aranda Ť Al cumplirse hoy dos años de que el teniente coronel Hildegardo Bacilio encabezara una marcha inédita en la ciudad de México, cuando militares salieron a las calles a demandar la desaparición del fuero de guerra, el mejoramiento de sus condiciones de vida y el respeto a sus derechos humanos -lo que derivó en su detención y la de sus compañeros-, el presidente Vicente Fox dio un giro de 180 grados a la postura oficial de la administración anterior al ordenar al secretario de la Defensa Nacional, general Clemente Ricardo Vega García, analice la situación jurídica del oficial y de los otros militares presos, que suman más de 20.
Incluso, Fox recibió personalmente una petición concreta de la esposa e hijos del teniente coronel, para que la Procuraduría castrense retire la acción penal en contra de Bacilio, además de que sea trasladado de la prisión militar de Mazatlán a la del Campo Militar Número Uno, con sede en el Distrito Federal, en razón de que no hay argumentos legales para que no se siga el proceso en dicho penal.
Como resultado del movimiento denominado Comando Patriótico de Concientización del Pueblo (CPCP), el cual por primera vez en la historia moderna constituyó un abierto rechazo de militares en activo en contra del fuero de guerra, el alto mando de la Defensa Nacional ordenó a la Procuraduría castrense tomar las medidas penales y disciplinarias necesarias para poner fin a esos actos que de inmediato fueron calificados como de ''insubordinación'' y que rompían con la disciplina militar.
Así, los principales dirigentes del CPCP que habían marchado el 18 de diciembre de 1998 por Paseo de la Reforma, y que solicitaron la intervención de senadores de la República para que fueran tomadas en cuenta sus demandas, fueron detenidos en los primeros días de enero de 1999.
El propio teniente coronel Bacilio estuvo prófugo durante varias semanas, hasta que fue capturado por la justicia militar y consignado penalmente el 20 de marzo de 1999, como probable responsable de los delitos de sedición, conspiración para cometer sedición, insubordinación, incitación a la sedición, injurias y difamación contra el Ejército, mientras que los tenientes, Juan Francisco Bernal Vásquez, Gerardo Torres Benítez e Ignacio Manzano Benítez fueron consignados como presuntos culpables de insubordinación, sedición, conspiración e incitación a la sedición e infracción de deberes comunes de los militares.
Todos ellos fueron enviados a la prisión militar de Mazatlán, a pesar de que los delitos imputados habían ocurrido en la ciudad de México; otros de sus compañeros fueron enviados al penal de La Mojonera, ubicado en la zona metropolitana de Guadalajara.
Carta de familiares
El pasado 10 de diciembre, la doctora María del Pilar Alcántara de Bacilio y sus hijos Christopher, Ulises, Penélope, María del Pilar, Alfonsina y Alejandro entregaron a Vicente Fox una carta en la que le piden el retiro de la acción penal en contra del teniente coronel Bacilio y su traslado a la prisión militar en la ciudad de México. Subrayan que el propósito de su familiar fue desde un principio ''poner un granito de arena a este gran cambio que dio nuestro país'', cuando ''la gran mayoría pensaba que era imposible abrir al Ejército a la opinión pública, mejorarlo y modernizarlo, cambios que iban de la mano con el cambio de régimen''.
La misiva añade: ''La represión del proceso que han ejercido sobre nuestro padre se demuestra con todos los amparos que promovió y ganó, lo cual debió haber permitido que saliera libre bajo fianza desde hace ya varios meses, pero le fue impedido debido a que lo catalogaron como peligroso para la sociedad. Y por si fuera poco, el juez octavo de distrito que le concedió los amparos en Mazatlán fue transferido a las pocas semanas de sus fallos a la plaza de Querétaro''.
En el pasado, indica, ''vivimos hostig amiento, persecución, intimidación, espionaje, terrorismo fiscal y el abuso de poder, pero hoy tenemos la certeza de que eso no se va a repetir, de que no seremos ni nosotros ni nuestro padre objeto de presiones''.
Destaca el escrito el apoyo que tuvo Bacilio dentro y fuera del Ejército, pero indica que ''no podían expresarlo debido a las represalias'', que incluyeron tortura física y mental, afirma.
Como resultado de la misiva, el secretario de la Defensa Nacional dio instrucciones a una persona de su confianza para que se entrevistara con la esposa del teniente coronel y después de la plática -que fue calificada como ''cordial y amable'' por Christopher, uno de los hijos de Bacilio- se llevó a cabo una segunda entrevista, ésta con el primer agente adscrito de la Procuraduría, general Jaime Antonio López Portillo.
En entrevista, Christopher Bacilio recuerda que cuando su madre intentó hablar con el ex secretario Enrique Cervantes para tratar el problema de su padre, fue recibida siempre con frialdad e indiferencia, y que una prueba de la actitud hostil hacia su padre fue precisamente su traslado injustificado a la prisión militar de Mazatlán, lo que pretendió afectar la unidad familiar y su propia defensa.
Batalla legal
El principal núcleo del CPCP recluido en Mazatlán comenzó a partir de su traslado una serie de recursos penales, tanto de manera individual como colectiva, en donde han recibido el amparo de la justicia federal en primera instancia en contra de algunos de los autos de formal prisión, aunque en otros casos tribunales colegiados han ratificado su decisión negándoles el amparo definitivo.
Sin embargo, tan sólo este grupo de militares ha dado inicio a un total de 19 amparos ante la justicia federal.
En el caso de Bacilio, los amparos van desde los que interpuso en contra de los diferentes autos de formal prisión, hasta por incomunicación, prohibiciones para ver a su abogado, cobro indebido de copias de su expediente, etcétera.
De los amparos pendientes, el más importante para Bacilio es el relativo al delito de asonada, que está radicado en el tercer tribunal colegiado de circuito, en donde el magistrado instructor es José Pérez Troncoso; en este asunto le fue concedido el amparo en primera instancia por los delitos de sedición, incitación a sedición y conspiración, que son considerados graves por la justicia militar y por el Código Penal Federal, aunque quedan firmes los autos de formal prisión por insubordinación, infracción de deberes comunes a todos los militares, e injurias y difamación contra el Ejército.
Esta sentencia fue impugnada tanto por la Procuraduría castrense como por la defensa de Bacilio, toda vez que si logra anular los autos de formal prisión contra Bacilio por los delitos graves, el militar estaría en posibilidad de quedar libre bajo caución.
La semana pasada, el primer tribunal colegiado con sede en Mazatlán concedió el amparo a los tenientes Francisco Bernal Vázquez, Ignacio Manzano Ramírez y Gerardo Torres Ramírez, en contra de las acusaciones de conspiración para cometer sedición y sedición, aunque no pudieron salir bajo caución por tener en su contra cargos por asonada e infracción de deberes comunes a los militares.
En razón de que hasta el momento no hay ninguna sentencia definitiva en contra del teniente coronel o de sus compañeros presos, procedería el retiro de la acción penal por parte del Ejército y su inmediata liberación, concluyó Christopher Bacilio.