Ť La agrupación de más de tres años despierta simpatías y solidaridad en el país
Coro de Acteal, 80 voces contra el sufrimiento de los pueblos indios
Ť Presenta su primer álbum, La voz de los desplazados Ť Por medio de los 11 temas ''pretendemos difundir lo que pensamos y denunciar nuestra marginación'', explica su director, Roberto Pérez Sántiz
Angel Vargas Ť Roberto Pérez Sántiz es un indígena tzotzil que se manifiesta orgulloso por haber aprendido el arte de la música. Titubeante en su castellano, no así en sus conceptos, dice que lo suyo es crear melodías con la voz humana.
Originario del municipio de Chenalhó, Chiapas, él es uno de los fundadores y actual director del Coro de Acteal, considerado por los habitantes de la región "la voz de nuestros sufrimientos, pero también de nuestra esperanza".
La agrupación canora, pese a su corta existencia (poco más de tres años), ha logrado conformar en torno de sí una red de simpatías y solidaridad en gran parte del país, la cual se ha traducido en presentaciones en diversas entidades y, ahora, en su primer disco compacto, La voz de los desplazados.
De corte independiente, el álbum se integra de 11 canciones, que lo mismo denuncian la realidad hostil vivida por cerca de 10 mil indígenas chiapanecos desplazados de sus comunidades por motivos religiosos y políticos, que alientan a pensar en un mañana mejor.
"Para nosotros son muy importantes nuestros cantos y por medio de estas grabaciones, sean en casete o disco compacto, podemos difundir lo que pensamos y nuestro sufrimiento por la marginación que hemos vivido en Chiapas. Pero también podemos despertar a nuestros demás hermanos mexicanos para que conozcan la situación de cada estado y del país, y así luchar unidos en busca de un solo camino: la paz y la tranquilidad de nuestros pueblos", dice Pérez Sántiz.
El también compositor plática que el origen del coro se remonta a mediados de 1997, cuando los católicos y los presbiterianos de Chenalhó acordaron traducir conjuntamente la Biblia, del español al tzotzil.
"Cuando se terminó la traducción decidimos hacer una fiesta para agradecerle a Dios permitir ese trabajo, que para nosotros es muy importante. Entonces, de las dos religiones pensamos que la mejor forma para recibir a nuestros hermanos visitantes era con el canto de la Bienvenida, que nos enseñaron los presbiterianos. Todavía no pasaba la matanza de Acteal (22 de diciembre de ese mismo año, en la que murieron 45 personas)", recuerda.
"La invitación fue abierta. Antes, en nuestras comunidades sólo había conjuntos musicales y coros integrados por varones. Entonces, para formar un coro de cuatro voces vimos que era necesario hacerlo con hombres y mujeres. Avisamos en cada ermita e iglesia y fueron llegando hermanos y hermanas de todas las edades. Hay mucho joven y niño, les gusta participar mucho. Ahora somos 80, pero no se ha cerrado la puerta, quien quiere venir con mucho gusto lo recibimos, porque todos debemos de cantar lo que pensamos y sentimos".
El entusiasmo y orgullo por pertenecer a la agrupación es tal que gran parte de sus integrantes tienen que desplazarse desde sus comunidades hasta Acteal, teniendo que recorrer entre doce y tres kilómetros. Las citas para ensayar o tomar lecciones son una vez por mes, salvo cuando se les invita a alguna fiesta patronal y tienen que reunirse varias ocasiones durante la semana.
El Coro de Acteal nació en el seno de Las Abejas, organización indígena que pugna por la defensa de los derechos humanos de los indios de México y del mundo.
La organización ?explica uno de sus dirigentes, Antonio Guzmán Pérez? se formó cuando representantes de 22 comunidades de Chenalhó se reunieron para buscar la forma de contrarrestar el clima de violencia y represión impuesto por los grupos paramilitares, vinculados al Partido Revolucionario Institucional, que operan en el municipio.
"Cuando se dio el levantamiento armado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (en enero de 1994), nosotros no sabíamos nada, ni quiénes eran ni por qué peleaban ni en contra de quién. Cuando supimos que era en contra de la pobreza de México, para la liberación nacional y en contra de la corrupción y de la muerte de los pueblos, nos dimos cuenta que nosotros, Las Abejas, estamos de acuerdo con sus demandas, pero somos sociedad civil, pacíficos y no armados, y que no estamos de acuerdo con la vía armada sino con la vía política y pacífica".
No obstante este deslinde pacifista, es sabido que las comunidades de la organización comenzaron a sufrir hostigamiento y represión del gobierno local y el Ejército, que desembocó en el abandonó de los indígenas de sus comunidades
Es en ese contexto, ya de algunos años, que el coro ha resultado de suma importancia para los tzotziles como medio de expresión, porque "allí cantamos nuestra realidad, nuestro sufrimiento y dolor. Pero no sólo eso, sino que hablamos también de una vida mejor para el pueblo; difundimos lo que pensamos y lo necesario que es unir nuestras voces y trabajar unidos para lograr ese objetivo".
Cuenta Roberto Pérez Sántiz que el proceso de acoplar las voces ha sido laborioso y lento, máxime si se considera que generalmente cantan a capella y los integrantes del coro no tienen formación musical.
Las canciones son en su mayoría composiciones propias, varias del director, quien se inspira, explica, en los comunicados políticos de Las Abejas. Así, son piezas suyas Cumbia de Las Abejas y El corrido de los derechos humanos, incluidas en La voz de los desplazados.
"Gran parte de nuestras canciones son en nuestro dialecto (tzotzil), pero algunos integrantes del coro sabemos hablar un poco de castilla, y también nos gusta cantar en esa lengua para que nos pueda entender más gente", apunta Pérez Sántiz, quien sobre el disco, grabado en Radio UNAM, acota:
"Se trata de algo para mover el corazón a los hombres y las mujeres, a los ancianos y los niños de todo el mundo. Nuestro trabajo es denunciar las malas noticias y anuncias las buenas nuevas".
El coro, cuyo disco puede obtenerse en casas disqueras y librerías del circuito cultural (Gandhi, Parnaso y El Sótano, entre otras), conmemorará la matanza de Acteal con un recital público en esa comunidad el 22 de diciembre.