DOMINGO 17 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť La semana política en Estados Unidos
Ť La verdadera elección del presidente se realizará este lunes
Ť Liberales piden a republicanos votar por Gore en el Colegio
Ť Aún hay 24 horas para gozar del suspenso, dicen nostálgicos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 16 de diciembre Ť ƑAún podría ganar la elección Al Gore? No, esta nota no fue redactada a principios de la semana pasada, y se sabe que George W. Bush ya recibió las llamadas de felicitación como presidente electo por parte de Vicente Fox Quesada y otros líderes mundiales, pero la verdad es que esta elección estadunidense aún no concluye.
La elección que determinará quién es el próximo presidente de Estados Unidos se realizará el lunes, y ya que Al Gore ganó la mayoría del voto popular nacional en este país, aún hay una activa campaña para coronar al demócrata como presidente de Estados Unidos.
La revista liberal The Nation, como el periódico The New Republic, argumentaron esta semana en editoriales de primera plana a favor de la elección de Gore, y hasta el conservador diario The Washington Times advirtió que no hay nada en la ley estadunidense que pueda impedir la elección del vicepresidente.
ƑCómo? Desafortunadamente para aquellos que están fastidiados con las elección, los comicios celebrados aquí el 7 de noviembre que al fin concluyeron esta semana con la concesión de Al Gore, no fueron una elección para presidente de Estados Unidos. Los votantes en este país no eligen al gobernante, eligen delegados al Colegio Electoral quienes, este lunes 18, se reunirán en las capitales estatales. Son estos electores los que votan para elegir el próximo presidente de Estados Unidos.
Bush ha ganado el título de presidente electo porque 271 delegados del Colegio Electoral, que representan su triunfo en unos 30 estados, se han comprometido a votar por él (se necesita ganar 270 votos o más para acceder a la presidencia).
Pero The Nation señala que 267 delegados del Colegio Electoral están comprometidos a votar por Gore y por lo tanto, si sólo tres delegados de Bush deciden cambiar su preferencia y votar por el demócrata, no hay nada que diga que el vicepresidente no puede resultar siendo el próximo ocupante de la Casa Blanca el 20 de enero. Según la Constitución de Estados Unidos, los miembros del Colegio Electoral pueden cambiar su voto, aunque algunas leyes estatales obligan a sus delegados a votar por el candidato que ganó en ese estado.
"Creo que esto es precisamente el tipo de situación donde los fundadores (del país), quienes dieron origen al Colegio Electoral, desearían que los electores pudieran ejercer su discreción", argumentó la experta en el Colegio Electoral Beverly Ross, en entrevista aquí con un medio local.
"Se buscan tres electores", declaró The Nation esta semana en su portada. Los editores señalan que ya que Gore ganó 300 mil votos más que Bush a nivel nacional, el demócrata debería ser el ganador, a pesar de que los resultados electorales por estado le otorgan el triunfo a Bush bajo el sistema del Colegio Electoral.
El vicepresidente Gore ha declarado que no desea llevar a cabo ningún intento para convencer a unos tres electores a cambiar su voto, pero el ex gobernador demócrata Mario Cuomo recientemente consideró que esto no debería prevenir a los electores a votar según su conciencia.
Cuomo, figura demócrata todavía influyente, comentó al Washington Times que "electores que podrían cambiar aún es una pregunta abierta... Gore no puede controlar eso". De hecho, hay un esfuerzo activo para contactar a todos los 271 electores republicanos para intentar convencer a algunos de cambiar de opinión.
Según calculó el Washington Times, hay unos 140 electores de Bush que no están obligados por la ley estatal, y que tienen la opción de votar por Gore sin consecuencias legales, incluyendo 11 en el estado natal de Gore, Tennessee, donde los electores votan en secreto.
La probabilidad de que este lunes los electores cambien de bando es mínima, pero sí hay precedentes. En 1960, 11 electores comprometidos a votar en favor del demócrata John F. Kennedy votaron por otro candidato. En 1976, un elector comprometido con Gerald Ford cambió y votó en favor de su adversario.
En ninguno de los casos anteriores se ha cambiado el resultado de la elección por estas decisiones y eso, claro, es la diferencia entre esas coyunturas y la de hoy.
"Al emitir sus votos a favor del ganador del voto popular, en el corto plazo asegurarían la elección del hombre que ganó el voto popular; pero lo que es aún más importante, en el largo plazo tal gesto podría romper la llave antidemocrática del Colegio Electoral sobre la política" estadunidense, argumentó The Nation.
O sea, para los nostálgicos de esta pugna electoral prolongada, aún hay otras 24 horas para gozar del suspenso.