DOMINGO 17 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Comisión revisora
Las instancias de dirección del PRD, débiles y desordenadas
Juan Antonio Zúñiga M. Ť Con todo y que el PRD surgió hace 12 años, las instancias de dirección creadas durante ese periodo han sido "relativamente débiles y notoriamente desordenadas", señala un anteproyecto de Línea de Organización de ese partido.
Elaborado por la Comisión para la Reforma del Partido, ese anteproyecto -al cual se le incluirán otras aportaciones del próximo pleno del Consejo Nacional perredista- señala que es precisamente la dirección del PRD "el problema principal que es necesario resolver para lograr la creación y funcionamiento de organizaciones del partido y de fuertes comités".
Diagnostica: "La existencia de un movimiento perredista fuerte, que constituye el movimiento partidista más extendido del país, contrasta con la ausencia de planes y tareas concretas de organización, las cuales son realizadas por los grupos internos del partido sin que la dirección política del mismo se haya hecho cargo de la política de organización propiamente dicha".
El documento, que en su forma más acabada será base de la discusión de la línea de organización perredista en su sexto congreso nacional, a efectuarse a fines de abril, estima: "El movimiento perredista seguirá existiendo, sin que necesariamente se incorpore por completo, de manera orgánica y permanente, al PRD".
Sin embargo, advierte que aun bajo esta circunstancia, "el partido requiere una política de organización y de la incorporación masiva de sus afiliados a instancias en las que sus miembros puedan, a través de un proceso, asumir una militancia más formal y sistemática".
El anteproyecto previene: "Para abrir el PRD a sus propios afiliados, para organizarlos paulatinamente y proyectar al resto de la ciudadanía la imagen de un partido ordenado y en lucha, que mantenga los derechos de sus miembros y su democracia interna, se requieren fuertes organismos de dirección con alta capacidad política".
Puntualiza: "Es por ello necesario que al reformar el partido se ponga en el centro el fortalecimiento de las estructuras de dirección y la política de organización de las bases perredistas".
Aborda uno de los factores que en mayor medida contribuyen, con su actual estructura, a consumir la energía partidista. "Es necesario redefinir el sistema de solución de controversias y vigilancia interna del partido", apunta en referencia a la inoperancia de una Comisión de Garantías que, en la práctica, genera más problemas que los que resuelve.
Y habla de la inexistencia de una línea de acción directa entre partido y gobierno en aquellas entidades y municipios gobernados por militantes perredistas.
"El PRD requiere definir su manera de ser como partido de gobierno. Las reglas de relación entre los gobernantes y legisladores perredistas, y el partido como complejo de instancias organizativas con su propia democracia interna, deben ser definidas con el necesario detalle, a efecto de que éstas puedan funcionar adecuadamente", señala.
Hasta ahora, el Partido de la Revolución Democrática ha podido transitar en unidad los inicios del periodo de transición del sistema político mexicano, de un régimen presidencialista dominado por 71 años de hegemonía priísta, hacia otro en el que, por ahora, el centro político de las decisiones parece compartirse con el Poder Legislativo.
El proceso de autocrítica ha ido acompañado de los primeros pasos hacia lo que los perredistas llaman un congreso de "refundación del partido".