Cuba es very free, más que el jazz, asegura Herbie Hancock
Ť Para el músico el contacto con los nuevos talentos cubanos es una experiencia enriquecedora
Ernesto Márquez, especial para La Jornada, La Habana , Cuba Ť Como un huracán de tormenta musical fue la presencia en La Habana del pianista Herbie Hancock. En esta su primera visita el pianista estadunidense tomó de sorpresa a todo mundo, y no sólo se robó el corazón de los cubanos sino que dio como muestra de su enorme talento un concierto memorable al lado de Chucho Valdés y Chano Domínguez. Antes de eso Herbie platicó con La Jornada.
--How do you do Herbie, entro yo muy acá presumiendo mi inglés de Harmon Hall, y el buen Herbie todo sonrisas me invita a hablar "en espanol", "así me siento mejor".
¡Coño, haberlo dicho antes! pienso para mis adentros.
--Bien mi querido Herbie, ¿cómo te sientes en Cuba?
--Como con zapatos viejos, muy cómodo y muy a gusto. Estar aquí y con esta gente es una dicha...
?"¿El bloque?", repite la pregunta: "Eso es una ignominia. El bloqueo lo han impuesto unos necios que no miran con el corazón, con verdadera objetividad. ¿Quién puede bloquear a un espíritu libre?
--¿Es libre Cuba?
--Very free.
--¿Como el jazz?
--Más que el jazz.
--¿Cuál es la importancia que tiene este festival para ti.
--Lo importante para mí es ver y oir a los nuevos músicos cubanos, especialmente visitar las escuelas donde se están desarrollando las nuevas generaciones. También percibir la experiencia cultural de Cuba y el espíritu y el corazón de su gente.
--Seguramente Chucho te habrá puesto al día con el desarrollo del jazz cubano ¿Cuál es tu opinión en ese sentido?
--¡Oh! es la primera vez que vengo a Cuba. Yo no sé toda la música de Cuba, pero yo pienso que la música de Cuba tiene más influencia en el mundo que hace 30 años. Hay mucho progreso, pero yo pienso que es importante para el mundo oir lo que se está produciendo aquí.
--¿Has recibido influencia de la música cubana?
--Desde luego que he tenido afectaciones. Uno de mis primeros temas, Watermerlon man, fue un suceso muy grande en los años sesenta por ese saborcito cubano y la gran versión que hiciera Mongo Santa María.
--Eso fue en un principio, ¿pero ahora?
--Cambios importantes debido a estas influencias no te podría decir técnicamente en qué consiste, pero hay eso, es algo que viene tanto de la actitud como del ejemplo...
"Desde mi rincón en New York veo el mar del Caribe y en él veo a Cuba. Sí, le tengo presente, es una bella constante muy disfrutable y eso se refleja en mis composiciones, aunque no estén los tambores... Cuba está siempre en mí".
Y ríe el Herbie al tiempo que hace unos pasillos como si bailara con una música interior.
"¿Balar?... Oh, sí, me gusta mucho balar, y ahora mismo voy a ir a balar con mi esposa".
--Pero antes de que te vayas a echar un pie, dime ¿Se repetirá esta visita a Cuba?
--¡Oh! espero que muchas veces.
--Y a México ¿Cuándo?
--Cuando me inviten, quiero ir para tocar y tomar tequila ¡Yea!
Y se despide el buen hombre rodeado de amigos y cubanos de la calle que se lograron colar en la fiesta de recepción.
Más tarde lo veríamos en la presentación del documental Calle 54, de Fernando Trueba, con el mismo ánimo y actitud provocado por el revuelo de un pequeño huracán. El huracán Hancock que azoló musicalmente estas tierras.