SABADO 16 DE DICIEMBRE DE 2000
 

Ť José Luis Manzo Ť

Aprender en cabeza ajena

Mientras en Estados Unidos es noticia el fracaso estrepitoso de la liberalización y privatización total del sector eléctrico, pues los consumidores deben pagar precios mucho más altos que antes y se ven amenazados de sufrir apagones, Vicente Fox y varios miembros de su gabinete insisten en aplicar el mismo esquema en México.

Podría resultar útil para el gobierno de Fox revisar los reportajes publicados por Los Angeles Times y La Jornada y realizar las consultas necesarias, para enterarse de la gravedad de la situación, particularmente en California. De hacerlo, Fox reaccionaría tal vez como el gobernador de Nevada, quien, alarmado ante los graves perjuicios para los consumidores de electricidad en California, derivados del experimento privatizador a ultranza, suspendió la iniciativa para aplicar en su estado el esquema de dejar en manos de empresas privadas la fijación de los precios y las condiciones de suministro a la población. O alternativamente, Fox podría adoptar una actitud prudente, similar a la del gobierno de Arkansas, que está promoviendo retrasar por lo menos dos años la entrada en vigor de ese esquema, que ya tenía listo para arrancar.

El caso California fue mostrado como el ejemplo a seguir por el resto de la Unión Americana. Por los resultados que arroja es, más bien, el ejemplo de lo que no se debe hacer. Su impacto es tal que 25 estados de ese país que están involucrados en aplicar este esquema de liberalización eléctrica pueden detener el proceso.

California fue el estado de la Unión Americana donde en 1996 inició la eliminación del control gubernamental sobre los precios de la electricidad. Se esperaba que al entrar en competencia los abastecedores de electricidad se abarataría el servicio para los consumidores. Sin embargo, las cosas no sucedieron así. Las tres compañías que abastecen el sur de California se pusieron de acuerdo para no competir entre ellas bajando los precios y optaron por repartirse el territorio, lo que convirtió a cada una en un monopolio regional, con gran poder frente a los indefensos consumidores, quienes en poco tiempo vieron incrementadas las tarifas al triple. Esto les permitió, durante el verano de 2000, obtener ingresos adicionales por 11 mil millones de dólares respecto a los obtenidos en el verano de 1999. La situación está empeorando con el inicio del invierno, pues el incremento en la demanda que se registra en esta época se combina con caídas en la oferta por varios problemas técnicos; situación que aprovechan los abastecedores para aumentar aún más los precios.

Ante esta situación, dos organismos civiles de California promueven una iniciativa para estatizar de nuevo la industria eléctrica.

El presidente Fox debe experimentar en cabeza ajena. Nuestra ventaja es que aún no hemos cometido el error de nuestros vecinos del norte. Sería bueno que Fox tomara el toro por los cuernos y aceptara la invitación que le ha formulado el PRD para entrar a un proceso de revisión y debate serio y respetuoso del tema, no sólo con los legisladores de todos los partidos, sino también con profesionales y especialistas que saben del asunto y tienen interés de participar en la discusión.

Las condiciones están dadas para hacerlo. Primero, porque existe el compromiso expreso de Fox para actuar por consenso y, segundo, porque tenemos tiempo. El actual periodo de sesiones en las cámaras de Diputados y Senadores termina en dos semanas y estará destinado a la discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos para el año 2001. Pero el siguiente periodo de sesiones inicia en marzo, por lo que contamos con más de dos meses para trabajar intensamente y avanzar en la discusión del proyecto de restructuración eléctrica.

No resulta útil para el país que el nuevo gobierno federal retome los argumentos y cifras manejados por la administración de Zedillo y los considere como los únicos válidos, sin considerar los argumentos en contra que se vinieron exponiendo durante dos años. Zedillo rehuyó el debate; que Fox no lo haga. Zedillo cerró los ojos ante los resultados negativos de la privatización total del sector eléctrico en otros países; que Fox los abra.

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