VIERNES 15 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Consignas contra la apertura eléctrica, durante el aniversario del SME


Se compromete Fox a que Luz y Fuerza del Centro no se privatice

Ť Demandan trabajadores al Presidente que no se vulnere el carácter público de esa industria

Ť Son ustedes un sindicato independiente, libre y democrático, les expresa el mandatario

Fabiola Martínez y Roberto Garduño Ť La empresa Luz y Fuerza del Centro (LFC) no se privatizará. Ese fue el compromiso del presidente Vicente Fox Quesada, tras escuchar la advertencia que integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) lanzaron a todo pulmón y con el puño en alto para impedir que se vulnere el carácter público de esa industria.

En los últimos 25 años, ningún presidente de la República había asistido al aniversario del SME. Ayer, al cumplirse 86 años de vida de este gremio, el mandatario aceptó la invitación. En punto de las nueve de la mañana, aproximadamente dos mil trabajadores electricistas, las fuerzas vivas del sindicato, recibieron a Fox con el puño en alto entonando las consignas ''es-mé, es-mé, es-mé...'', ''¡duro, duro, duro!'' y ''aquí, se ve, la fuerza del es-mé''.

fox-smeA esa reacción le siguió el lema foxiano: ''¡hoy, hoy, hoy... queremos generación!''. Los trabajadores esperaban desde ese momento escuchar el compromiso del Ejecutivo federal: no a la privatización. El deseo del SME se cumplió más tarde. Pero no se abordó el tema de fondo: de dónde provendrán los millonarios recursos para restructurar y fortalecer a la empresa eléctrica que surte de energía a 25 millones de mexicanos en la zona centro del país.

Vicente Fox saludó con el brazo en alto a sus anfitriones. El programa del encuentro señalaba que primero se desayunaría, y así fue. El Presidente comió chicharrón en salsa verde, fajitas de res, café y tang. Después, el líder de los 45 mil afiliados al SME, Rosendo Flores Flores, se levantó frente al micrófono y en tono combativo rechazó cualquier intento privatizador de la industria eléctrica.

Flores arrancó la ovación de sus agremiados al recordar al ex presidente Adolfo López Mateos como el ícono de la nacionalización de esa industria, y el acuerdo del Sindicato Mexicano de Electricistas para defender los artículos 27 y 28 constitucionales, que afirman a la industria eléctrica como sector estratégico nacional.

El texto leído por el dirigente tuvo como eje rector el arropamiento de la electricidad y el petróleo. El reclamo popular, dijo, no puede ser ignorado: ''Una y otra vez los argumentos de quienes nos oponemos a la privatización de la industria eléctrica se han estrellado en el muro de la indiferencia oficial, y una y otra vez seguiremos exigiendo que se escuchen las voces de la sociedad orientadas hacia nuestras necesidades reales de crecimiento y desarrollo''.

Y es que, para Rosendo Flores y el SME, el contrato colectivo de trabajo no es responsable en modo alguno del desequilibrio económico de LFC, ''y señor Presidente, y todos ustedes compañeros, son testigos de esto''. Como en otras ocasiones, los electricistas esgrimieron el esquema tarifario como la principal causa del déficit financiero de este organismo, al comprarle más de 95 por ciento de la energía que comercializan a la Comisión Federal de Electricidad a un precio de 49.8 centavos Kwhr (kilovatios hora) y venderla, por decreto oficial, a 27.2 centavos.

A cada ovación a favor de Rosendo, el mandatario se acomodaba en su silla del presidium, y Carlos Abascal, secretario del Trabajo, permanecía impasible. El dirigente del SME continuó con su alocución combativa, que hizo recordar los discursos de las viejas directivas sindicales y de defensa del proletariado ante ''los embates de las economías imperiales''.

Pero se declaró dispuesto a subirse al tren de la modernización de esa empresa: ''Hoy el sindicato ratifica su madurez y disposición para encontrar en el diálogo la solución a los problemas; como parte de un pueblo que aspira a un México justo, libre y democrático, el SME declara públicamente su oposición a cualquier intento de privatización de la industria eléctrica y de manera responsable señala su disposición para modernizarla dentro del marco del contrato colectivo de trabajo''.

Soy un mexicano de palabra...

Esa intervención le arrojó a Rosendo Flores una respuesta de apoyo unánime por parte de sus compañeros. El coro de respaldo a su líder fue atronador, mientras Vicente Fox se enfilaba al micrófono. Pero en ese momento, las consignas cambiaron para saludar al Presidente, ahora con la ''V'' en alto: ''¡Fox, Fox, Fox!''. ''¡Hoy, hoy, hoy!''.

Aquella efervescencia fue el punto de arranque del discurso del mandatario: ''Sin duda se respira fuerza en este salón, se respira cariño, amor a México'', palabras que también fueron interrumpidas con una ovación. Fox tenía ya la atención de los electricistas. Los elogios continuaron.

''Me complace acompañar hoy a los integrantes del SME, organización que se ha destacado desde sus orígenes por su dinamismo y ánimo participativo en el horizonte sindical de la nación; se ha distinguido ?y mis respetos a todos ustedes? por su vida interna de plena democracia, son un sindicato independiente, libre y democrático. Mi reconocimiento''.

Ya se esperaba la definición presidencial sobre el tan llevado y traído tema de la privatización de la industria eléctrica. Pero Vicente Fox abordó primero los retos y rezagos de Luz y Fuerza del Centro: en la zona centro del país la demanda crece 6 por ciento anual; se deben concluir las obras para abastecer a 370 colonias populares y rancherías para beneficiar a 114 mil habitantes. Para todo ello se requiere una inversión de 2 mil millones de pesos. Pero no dijo de dónde provendrían esos recursos.

Así allanó el camino para hablar del ''imperativo'' de modernizar a LFC, hasta hacerla competitiva a nivel internacional. En el caso de esa empresa reconoció que su nivel de competitividad se ha elevado a tal grado, que de 380 minutos de interrupción al usuario se ha reducido a 160 este indicador anual, es decir, ''es un promedio satisfactorio''.

Aquellas cifras eran conocidas por los trabajadores, representantes y comité central del SME, que se encontraban en su centro deportivo. Vicente Fox, fiel a su estilo, se esperó al final para decir lo que sus interlocutores deseaban escuchar.

Primero, solicitó, ''hagamos un nuevo acuerdo de trabajar juntos, que cada parte cumplamos con la tarea que nos corresponde para impulsar la empresa, para expander sus actividades. Esto se logra con honestidad, austeridad, calidad y trabajo''. Pero el llamado no sólo fue para el SME, sino para el director de la paraestatal, Alfonso Caso, para que se comprometa con ese objetivo.

Y devino compromiso público: ''Quiero expresarles que soy un mexicano de palabra. Expreso públicamente ante el SME y ante las y los trabajadores de esta gran empresa, que Luz y Fuerza del Centro no se privatiza ni se venderán sus activos. Y cuando digo que la empresa no se privatiza, lo hago con plena conciencia de que el interés más alto de sus trabajadores y de su sindicato es el del pueblo de México, que demanda un servicio de calidad mundial''.

Antes, en siete ocasiones, las palabras de Fox habían sido interrumpidas con aplausos, pero ese anuncio fue el acabose. Los electricistas se pararon de sus asientos y con un intenso ''¡eehhhhhhh!'' dieron el visto bueno a las palabras del Presidente.

Al final, Vicente Fox insistió en el compromiso mutuo entre sindicato y empresa para modernizarse con riguroso respeto a los derechos adquiridos por los trabajadores del SME.

El mandatario se retiraba, pero los electricistas, también fieles a su tradición, entonaron a capela y con el puño en alto el Himno Nacional. Al terminar, Fox bajó del presidium a saludar de mano a algunos de los asistentes, y en el fondo del galerón creció otro coro: ''¡Queremos generación, queremos generación!''. Y es que el tema de fondo, el de los recursos para fortalecer la generación, pilar básico de cualquier industria eléctrica, no se tocó.

Carlos Abascal salió detrás del mandatario y al ser interrogado sobre el origen de las inversiones que permitirán la comprometida modernización, adujo con su imperativo estilo: ''No es ese el tema en estos momentos, estamos hablando de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y los cambios que se pretenden hacer en materia de estructura, de sistematización de procesos, desconcentración y descentralización... creemos en los trabajadores y ellos creen en el compromiso del Presidente'', dijo.

Rosendo Flores, feliz por la respuesta presidencial y porque según él no existe en el Congreso de la Unión una iniciativa de Fox para privatizar, expresó: ''Tenemos que confiar en el Presidente, así como le creímos a Zedillo que iba a privatizar, tenemos entonces la necesidad, a partir de que toma protesta el mandatario actual, de creer en él''.