Ť Habla de su novela El jardín de la señora Murakami
Intento crear textos al margen de los cánones: Mario Bellatin
Ť Siempre quiero armar un mundo narrativo propio, sostien
César Güemes Ť Se ha dicho que es un escritor ''misterioso", oscuro, experimental en el más químico de los sentidos e incluso que es críptico. No es cierto. El mismo lo desmiente. Mario Bellatin, nacido en México, con fuertes lazo con Perú donde se dio a conocer como narrador, se reconoce como un literato tradicional, autor de obras amables para el lector y con un proyecto personal que, ése sí, lo diferencia de sus contemporáneos porque busca escribir textos que no dependan de los cánones establecidos.
Y, en efecto, lo consigue. Su nueva novela, El jardín de la señora Murakami, publicada por Tusquets, es al mismo tiempo un trabajo en apariencia inocente y también con visos de exotismo. Formalmente estricta, regular, acompasada, la prosa de El jardín... transcurre fluida desde el inicio de la obra hasta la Addenda, suerte de apartado de notas en donde se retoman pasajes de la novela a fin de dejarlos en claro o de agregar datos, todos ellos dentro de la ficción, para que el lector complete de esa forma su lectura.
De modo que no hay misterio, ni oscuridad en Bellatin, aunque entre los estudios que ha realizado se encuentren los de teología y en las imágenes que acompañan sus libros se asemeje sin querer queriendo al siniestro doctor Caligari.
El rol frente al texto
?La historia que narra tu nueva novela no se parece, ni tendría por qué hacerlo, a la narrativa que se escribe en México desde hace, digamos, dos décadas. Los valores que promueve y la lejanía del país en donde ocurre la hace ser atípica. ¿Eso es lo que buscabas?
?Me interesaba la posibilidad de entrar en un juego literario, tal cual, que no obedeciera a una retórica determinada o a una tradición que me impidiera nombrar de nuevo las cosas. Es un texto que ocurre en un lugar indefinido, no sucede en Japón, lo cual continúa la búsqueda que inicié en mis otros libros: una aparente descontextualización. Quiero, así, indagar las razones por las que un texto literario puede funcionar, independientemente de los valores extras que la tradición impone. Recuerdo que cuando inicié a escribir me era casi imposible hacerlo de una manera distinta a la ya establecida. Han pasado quince años de aquello y formas que actualmente son muy cotidianas de escribir, no lo eran entonces. Así que siempre quise crear un mundo mío, escribir como quisiera. Es una forma más de saber cuál es mi rol frente al texto.
Respeto por la forma tradicional
?Más que dedicarte a buscar tramas o pasiones, en El jardín... intentaste acercarte a la forma.
?Creo que en todos mis trabajos anteriores tanto las tramas como las pasiones han sido casi pretextos para sostener un texto en el tiempo y el espacio. Me inquieta lograr que un escrito transcurra y que el lector entre en ese universo para recorrerlo. Ahí acaba mi interés o mi misión, todo lo demás es un plus. Intento que el lector reconstruya su propio libro a partir de lo nombrado. Además, me baso en la teoría del ocultamiento del escritor; deseo que el autor en apariencia no exista y que el texto se presente con sus propias reglas y no requieran de situaciones externas para definirse a sí mismos.
?Es muy válido que desde el inicio de tu trayectoria literaria te hayas enfocado a establecer quién eras como escritor, a encontrarte. ¿Pero esto no deja un tanto olvidados a los lectores?
?Intento que mis textos sean muy amables para que el lector se acerque a ellos. No creo que la búsqueda de un camino propio sea incompatible con un texto que cumpla con los requisitos tradicionales de una historia tal cual.
''Me atraen mucho cuentos como los de hadas, porque detrás de su aparente inocencia ofrecen la posibilidad de que cada lector encuentre su propio libro. Así que mis textos son respetuosos de la forma tradicional.
''Siento que El jardín... se podría leer casi como una telenovela, o al menos como una historia de amor, sin complicarse mayormente. Siempre me ha preocupado la línea experimental, por otra parte, pero con eso no hago sino volver a los orígenes literarios y hacerme preguntas propias que el lector no tiene por qué compartir. Eso es un asunto mío, cerrado. Eso, además, no está en el texto y el lector no tiene razones para estar de acuerdo con ese interés personal.
''Es por eso que presento textos abiertos a distintas lecturas. Y me preocupo de que el texto cumpla con reglas muy claras y que pueda ser leído por diferentes tipos de lectores para que cada uno encuentre su propio relato.''
La importancia de la trama
?Decías que las tramas y las pasiones son meramente el sustrato de tu búsqueda formal. Sin embargo y sin necesidad de contradecirte, en El jardín... hay una triple tragedia interior, que puede simbolizarse en la desaparición justamente de un jardín.
?No hay contradicción, es verdad. Cuando digo que la trama puede ser un simple pretexto para escribir, no sigo con eso que carezca de importancia. La trama es desde luego lo principal de acuerdo a las estructuras tradicionales. Y lo que cuento en El jardín... es una historia cotidiana, una tragedia que cumple con todos los requisitos para tener verosimilitud. No es un trabajo experimental ni tienen intereses extraliterarios. Es una novela normal, cotidiana, donde hay amor, humillación, tontería, cinismo y otros elementos en los que se cimenta la literatura.
''He tratado de que mis libros cumplan con los requisitos necesarios y aparte está mi interés propio que trato de no hacerlo evidente. En mis textos trato de que haya una falsa inocencia o una amabilidad para que el lector se acerque a ellos como una historia de amor y desamor.''
?Tenías hasta hace poco el aura de escritor misterioso, oscuro, críptico, y sabemos que eso no es verdad. Haber estudiado teología no te vuelve muy distinto del resto de los escritores en el país. Te pido que deshagas ese mito que se ha creado en torno tuyo.
?En parte se hizo por las fotos en las que aparezco casi como el personaje Caligari. Pero todo es un juego. Los textos que hago son tradicionales y cotidianos. Sencillamente tratan de no obedecer a una tradición previa. Y esa es la razón que me permite volver a nombrar las cosas, decir lo mismo que siempre se ha dicho pero de una manera distinta, libre de cargas.
''Mis libros buscan que el lector sea coautor del libro y pueda recrear su propia historia. Desde textos anteriores he encontrado esa respuesta y me da una gran satisfacción, cada quien lee un libro diferente pese a que en principio es el mismo.''