MIERCOLES 13 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť El escritor portugués se dijo conmovido por sucaso


Sorprende visita de Saramago a los presos de La Tablada

Ť Doce reos mantienen huelga de hambre desde hace unos 100 días Ť Este drama podría tener un desenlace fatal, considera

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 12 de diciembre Ť Consumidos sus cuerpos, los presos por el asalto al cuartel de La Tablada, que ya se acercan a los cien días de huelga de hambre, recibieron esta tarde, entre la incredulidad y el agradecimiento, la visita del Premio Nobel de Literatura José Saramago, quien se mostró sorprendido frente a la "insensibilidad" de la clase política argentina y de la propia ciudadanía ante este drama que anuncia un desenlace fatal.

Saramago dijo conmovido a La Jornada, que "es terrible verlos, muy conmovedor, y están allí exigiendo una medida de justicia, nada más que eso, en un país donde cientos de asesinos de las dictaduras están en las calles".

Añadió que, si puede, pedirá al gobierno el cumplimiento de la ley, es decir que a estos presos se les permita apelar a sus sentencias, ya que hace 11 años fueron juzgados bajo la llamada ley de Defensa de la Democracia, que no considera esa segunda instancia judicial. Y estimó, además, que el indulto es problablemente lo que hay que esperar para solucionar este caso.

Hablando con La Jornada, el único medio que lo acompañó a la sala del hospital donde se encuentran los 12 ayunantes, el escritor portugués se mostró soprendido por la indiferencia ante esta situación, que consideró "cercana a la crueldad", no sólo por parte de los poderes y de los políticos, sino tambien de una parte de la ciudadanía. Durante la visita, el autor de Ensayo sobre la ceguera estuvo acompañado por el pastor José de Luca, y los escritores Tununa Mercado, Noé Jitrik y Roberto Cosa.

En las camas del Hospital Fernández, donde se encuentran parte de los ayunantes, están Enrique Gorrirán Merlo, Roberto Fellicetti, Iván Ruiz, Miguel Aguirre, Carlos Motto y Carlos Rodríguez, estos tres últimos en estado grave, al cumplir 99 días de huelga de hambre.

La visita de Saramago coincide con una comunicación que llegó desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos, fechada el pasado 11 de diciembre en Washington en relación al caso.

Allí, la CIDH solicita medidas cautelares en favor de los detenidos, recordando que hace más de tres años el organismo aprobó el informe 55\97, donde expuso los hechos y las conclusiones del caso, y formulando recomendaciones explícitas --como el derecho a apelación-- que aún no se han cumplido.

Por ello, pide al gobierno de Fernando de la Rúa la adopción inmediata de las medidas necesarias para cumplir aquellas recomendaciones, y pone un plazo de diez días a partir del 11 de diciembre, para que se informe sobre la acción tomada.

Por su lado, varios familiares de los presos se encadenaron algunas horas este martes a la Casa Rosada (de gobierno), para reclamar una solución y protestar por la lentitud del gobierno. Los escritores Miguel Bonasso y Osvaldo Bayer, así como el cantante Piero, fueron algunos de los personajes de la cultura que estuvieron junto con estos familiares. A su vez, dos abogados denunciaron judicialmente al gobierno por "abandono agravado de persona" y "violación de los deberes de funcionario público" en el caso, al no cumplir las recomendaciones de la CIDH.

"Creo que si ellos -los detenidos- han soportado tanto tiempo es por su enorme convicción y su mentalidad. Son víctimas de una ley antigua y de la no aplicación del derecho que le cabe a todo ciudadano, sea quien sea y donde esté. Existe una enorme presión internacional, porque son miles y miles en todo el mundo que están pendientes de lo que suceda aquí", dijo Saramago a la prensa allí reunida,al salir del hospital.

"Lo que me sorprende -volvió a ratificar- es la tremenda insensibilidad, por no decir algo más fuerte, y también me preguntaba qué lugar ocupa la conciencia ciudadana en todo esto. Y por eso insisto en dejar un mensaje al pueblo para que tome conciencia, ya que hay muchos casos que requieren su atención, no sólo los presos de La Tablada, sino lo que está sucediendo con muchas personas que son víctimas, como se es víctima del desempleo. Yo quiero recordar que no pueden esperar a que haya muertes porque eso estará para siempre en la conciencia de unos y otros, del gobierno, de los políticos, de los legisladores, de cada uno que no hizo nada para evitar esto y para cumplir con la ley".

Con tono fuerte, Saramago respondió a un periodista que le preguntó si es posible ser indiferente a los hechos protagonizados por los ahora detenidos, que siendo miembros del izquierdista Movimiento Todos por la Patria, asaltaron el 23 de enero de 1989 el cuartel de La Tablada, argumentando que allí se gestaba un golpe de Estado, en una acción en que se registraron 39 muertos, entre asaltantes y fuerzas del orden.

Los verdaderos criminales están libres

"Si hablamos de hechos, no puedo admitir comparación, no hay punto de comparación con sucesos en este país. Es imposible tratar de poner en la misma balanza a estos detenidos, con esos jefes militares de bandas, verdaderas bandas criminales, que sometieron al país a las más temibles violaciones a los derechos humanos. No puede siquiera hablarse de esto aquí cuando criminales muy grandes están con la gente por las calles, sin que haya habido justicia para sus crímenes", sostuvo, en referencia a los represores de la última dictadura militar argentina, que dejó 30 mil desaparecidos, y que están libres gracias a leyes de amnistía e indultos.

Además, "aquí hay recomendaciones sobre temas que están violando a la propia Constitución. Hay medidas legales muy claras que se exigen y hay también investigaciones en marcha sobre lo que sucedió con otras personas que fueron detenidas entonces", agregó, aludiendo a las comprobaciones de torturas, así como a los fusilamientos y a las desapariciones de algunos de los detenidos después del asalto. Sobre este último punto, la CIDH ha exigido una investigación.

Saramago no olvidará la forma en que se iluminaron los ojos ausentes de los ayunantes cuando él los saludó uno por uno, reprimiendo su impresión, como confesó más tarde, cuando condenó los juegos políticos que permiten ignorar mandatos legales y que no dejan opción, sólo saber que "cada día es un paso hacia la muerte".

La falta de tiempo le impidió visitar la sala del Hospital Santojani donde están Isabel Fernández, Claudia Acosta, Ana Maria Sívori, Gustavo Mesuttii, José Moreira y Sergio Paz.

En la mañana, durante una charla con periodistas, Saramago se refirió también a la situación del mundo, el hambre, el abandono de millones de personas, y la brecha entre "quienes tienen y no tienen" y "entre los que saben y los que no saben". "Cada vez me interesa menos hablar de literatura. En todo caso lo hago en cada libro. Me importa más la vida, que es lo que estamos viviendo, que es lo que nos reclama a nosotros", señaló.

Requiere AL un nuevo despertar

En referencia a América Latina, sostuvo que la región "está necesitando una nueva vibración, no hablo de revoluciones, hablo de esa vibración, del despertar, de movimientos ciudadanos, porque esta región ya está suficientemente adulta para emanciparse de su gran tutor" .

"No podemos decir solamente que somos víctimas, porque hay complicidades y existe ya posibilidad de actuar en forma libre, consciente... tenemos problemas muy serios porque no tenemos ideas. La gente se puede organizar, se pueden hacer muchos movimientos, pero faltan las ideas", consideró el escritor de 78 años, quien mañana podría reunirse con el presidente Fernando de la Rúa.