MIERCOLES 13 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Fustiga el PNV el pasado franquista de populares, y a socialistas por los GAL
Firman PSOE y PP acuerdo contra ETA; es sectario: nacionalistas vascos
Ť Ruptura total del Pacto de Lizarra y cero relación con los etarras, condiciones para ingresar a él
Ť Es una coalición de confrontación y no para la superación del conflicto en Euskadi: Arnaldo Otegi
Ť Javier Arenas y José Luis Rodríguez Zapatero rubricaron el compromiso; asistió José María Aznar
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 12 de diciembre Ť Los partidos Popular (PP, derecha, en el gobierno) y Socialista Obrero Español (PSOE, principal fuerza opositora) firmaron hoy el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo.
Dos horas más tarde, las fuerzas nacionalistas del País Vasco afirmaron que el Pacto de Lizarra es la única vía para alcanzar la paz en la región, pero el PP y el PSOE condicionaron el diálogo con los partidos nacionalistas vascos a romper ese acuerdo.
En el Congreso de Diputados español todas las demás formaciones políticas, que quedaron excluidas del acuerdo PP-PSOE,
lo rechazaron por ser "sectario, excluyente, antidemocrático y electoralista".
En presencia del presidente del gobierno español, José María Aznar, el líder socialista José Luis Rodríguez Zapatero y el secretario general del PP, Javier Arenas, firmaron el acuerdo en el que se compro- meten a mantener la "unidad" en la lucha contra la organización armada ETA.
El gobierno estuvo representado en la firma por el ministro del Interior y precandidato del PP a jefe de gobierno vasco, Jaime Mayor Oreja, el asesor de la presidencia y negociador del pacto, Javier Zarzalejos, y el vocero del gobierno, Pío Cabanillas.
En representación del PSOE acudieron José Blanco, secretario de organización, Jesús Caldera, vocero, y Alfredo Pérez Rubalcaba, responsable de la redacción del texto.
Los líderes del PP y el PSOE pidieron a formaciones nacionalistas vascas y catalanas que "lean a fondo" el acuerdo y se den tiempo para reflexionar sobre la posibilidad de adherirse a él, si bien reiteraron su exigencia al nacionalismo vasco de que realice una "ruptura formal" del Pacto de Lizarra, y disuelva cualquier tipo de relación con la izquierda separatista cercana a ETA.
Partidos nacionalistas vascos, radicales y moderados volvieron a rechazar unánimamente el acuerdo entre el PP y el PSOE, sobre todo porque éste es producto de una negociación "cerrada" para el resto de las fuerzas parlamentarias.
A sólo dos horas de la firma, los partidos vascos proclamaron el Pacto de Lizarra como un agente "ineludible para un planteamiento de paz" en el País Vasco.
El primero en pronunciarse fue la dirección del Partido Nacionalista Vasco (PNV, en el gobierno regional) que, tras una reunión a puerta cerrada, emitió un comunicado leído por su vocero, Joseba Egibar, en el que explica que Lizarra es un pacto con "principios democráticos", formado por partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales, por lo que no es posible la exigencia de la mancuerna PP-PSOE de que se concrete una "ruptura formal".
El PNV fustigó al PP y al PSOE, y a los dirigentes del primero los acusó de que "no fueron capaces de romper con el pasado franquista, quienes hoy tampoco denuncian el levantamiento fascista de 1936 ni quieren recordar a las víctimas de 40 años de dictadura. Quienes tienen todavía las manos manchadas por utilizar métodos antidemocráticos para luchar contra el terrorismo".
"ƑCómo pueden exigirnos la ruptura de
una declaración estrictamente democrática como es la de Lizarra-Garazi?", cuestionó el comunicado, en alusión al franquismo cerca del cual surgió el PP y los ilegales Grupos Antiterroristas de Liberación, que combatieron a ETA con tácticas de guerra sucia durante la década de los 80 y que fueron formados y financiados por el gobierno socialista de Felipe González.
El PNV afirmó que "pactará con quien crea necesario, desde su ser político y desde sus propios principios, sin admitir renuncias ni condicionamientos previamente impuestos por nadie", e insistió en que el pacto bipartidista "sataniza y anatematiza ideologías y proyectos políticos que no coincidan con el diagnóstico y tratamiento propuestos, responsabilizando, política y directamente de los efectos de la violencia que pudiera practicar ETA, al nacionalismo vasco democrático".
El líder y vocero de la coalición Euskal Herritarrok (EH, marca electoral de Herri Batasuna, brazo político de ETA), Arnaldo Otegi, afirmó que "nos encontramos ante un pacto de confrontación y no para la superación del conflicto", que está en favor de la Constitución española y contra las instituciones vascas incluido Lizarra.
Sobre este pacto nacionalista, Otegi dijo que "cualquier otra vía es hacer un debate falso y que no conduce ni a habilitar el marco democrático ni nacional" de Euskadi.
Este reclamo también fue reivindicado por la vocera de Eusko Alkartasuna (EA, socio del PNV en el gobierno regional), Begoña Lasagabaster, quien dijo que el acuerdo entre el PP y PSOE es "un pacto-monólogo contra pensamientos legítimos".
La dirección de EA insistió en que sus principios ideológicos están sustentados en el principio de soberanía, y que la mejor vía para conducir a la independencia por cauces democráticos y pacíficos son los vilipendiados por el gobierno y el PSOE, es decir, el Pacto de Lizarra.
En el Congreso de los Diputados, donde los partidos llamados minoritarios, bajo el liderazgo del líder de Izquierda Unida (republicanos y comunistas), Gaspar Llamazares, acordaron reunirse mañana para manifestar conjuntamente su rechazo al acuerdo.
Además de IU, los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió (socio del PP), PNV, Bloque Nacionalista Gallego, Esquerra Republicana de Catalunya, Iniciativa per Catalunya y el Partido Andalucista se sumarán contra el pacto PP-PSOE.
Diez puntos contra el nacionalismo
El Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo --pactado por los dos más grandes partidos españoles-- tiene 10 compromisos y una introducción en la que consta la exigencia a los nacionalistas vascos para que concreten "la ruptura formal" del Pacto de Lizarra y acaten irrestrictamente el marco constitucional de España.
En el primer punto se define como "problema de Estado" la lucha contra la organización armada vasca ETA, por lo que se comprometen a eliminar "toda confrontación electoral" entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP), en lo referente al combate al "terrorismo" etarra.
El segundo punto afirma que "el único déficit democrático que sufre la sociedad vasca, el verdadero conflicto, es que aquellos que no creen en la democracia ejercen la violencia terrorista para imponer sus objetivos a la mayoría".
En el tercer apartado del pacto, el PP y el PSOE defienden la Constitución y el Estatuto de Guernica como el "marco" para sentar las bases de una hipotética mesa de diálogo.
En el cuarto punto se estipula que la "defensa de los derechos humanos" en España corresponde a las "fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado: Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y, en su ámbito, la policía vasca Ertzaintza".
En su quinto aspecto, el pacto contra ETA califica los atentados de "particularmente graves y reprobables porque pretenden subvertir el orden democrático", por lo que "la política penitenciaria forma parte de la estrategia de persecución".
Las campañas y negociaciones de ámbito internacional son fundamento del sexto punto, en el que el PP y el PSOE se comprometen a "mantener una actividad informativa permanente, a escala internacional, en el ámbito de las instituciones y de las organizaciones políticas y ciudadanas".
En el séptimo punto, los partidos firmantes prometen fortalecer la ayuda a víctimas de atentados y crear una fundación que se coordinará para este fin.
En el octavo punto se propone "activar a la sociedad civil" para que se movilice ante los asesinatos de la organización etarra, y en el penúltimo punto se establece el compromiso de mantener abiertas las vías de intercambio de información en lo relativo a la lucha contra ETA y su entorno.
Finalmente, en el décimo punto, ambos partidos nacionales convocan al resto de los formaciones políticas para que se sumen al acuerdo, oferta que recibió este martes el rechazo unánime de las organizaciones excluidas por el pacto. (Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid)