Ojarasca 44  diciembre 2000


Declaración del Desierto de los Leones
 
 

Que emiten los pueblos del Anáhuac convocados y reunidos el día 25 de noviembre del 2000,

octogésimo noveno aniversario de la firma del Plan de Ayala, para celebrar su primer congreso.

Considerando que:

Primero. Desde hace más de quinientos años nuestros pueblos han sido subordinados, aplastados y divididos por el poder económico y político, reorganizados a su capricho.

Segundo. El territorio y la propiedad comunal son el fundamento de nuestros pueblos, y sin embargo día con día somos despojados de nuestras tierras, montes y aguas.

NuevaTercero. En estos difíciles momentos para nuestros pueblos, ante un gobierno federal entrante, que amenaza con la continuación de las políticas neoliberales de depredación.
 
 

Los pueblos reunidos emitimos la siguiente declaración:

Primero. Nos pronunciamos, como condición previa para la reconstrucción de nuestros pueblos, por la desmilitarización de Chiapas y de todas las comunidades indígenas del país.

Segundo. Exigimos la aplicación plena del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo en nuestro país, y el respeto de los derechos anteriormente conquistados.

Tercero. También exigimos el cumplimiento cabal de los Acuerdos de San Andrés, de acuerdo a la iniciativa de reforma constitucional propuesta por la Comisión de Concordia y Pacificación.

Cuarto. Hacemos pública nuestra voluntad inquebrantable por reconstituir nuestros pueblos, así como su historia, cultura, lengua, organización y territorios.

Quinto. Construir la autonomía de nuestros pueblos mediante la edificación de la organización propia y la autodeterminación, son nuestro objetivo primero.

Sexto. Defenderemos por todos los medios la integridad de las tierras y territorios que en forma ancestral nos pertenecen. Hoy como ayer nos pronunciamos zapatistas, contra el despojo, las expropiaciones, y la privatización de nuestras tierras. Exigimos la reforma del Artículo 27 Constitucional para que se proteja en forma efectiva la propiedad territorial de nuestros pueblos.

Séptimo. Nos pronunciamos contra la destrucción de los montes, tierras y aguas que dan vida a las ciudades y exigimos de todos los gobiernos el respeto a la autodeterminación de nuestros pueblos en el manejo de los recursos naturales.

Octavo. Exigimos al gobierno federal y a los gobiernos locales del Distrito Federal, Morelos y el Estado de México, respeto total a la autonomía, autodeterminación, formas de organización y decisión y territorios de nuestros pueblos.

Noveno. Exigimos que cualquier ley, reglamento, acuerdo, o acto de autoridad que pueda afectar a nuestros pueblos, nos sean previamente consultados.

Décimo. Llamamos a todos los pueblos del Anáhuac para la defensa de nuestros derechos, siempre menoscabados por el poder político y económico.

Undécimo. Notifíquese a todos los representantes agrarios del Anáhuac y hágase del conocimiento de los habitantes de los pueblos originarios que habitan la región.
 
 

En el antiguo territorio

de Tlaltenanco Quaxochtenco

Tierra y libertad

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