Morelia dejó de ser equipo del montón; avanzó a su primera final
Ť Logró sufrido triunfo de 3-2 sobre Santos Laguna, luego del empate sin goles en Torreón
Marlene Santos A., enviada, Morelia, Mich., 10 de diciembre Ť El capitán de Monarcas, el argentino Darío Franco , fue la viva imagen del júbilo. Con el llanto desbordado y el brazo derecho en alto empuñando la playera en rayas amarillas y rojas recorrió los cuatro costados del graderío.
"¡Sí se pudo, sí se pudo!" gritó a coro con la afición michoacana que hoy acabó con 19 años de cuentas negras; de ser un equipo del montón en el máximo circuito al clasificar a la primera final de su historia.
Con un sufrido y angustiante 3-2, el Morelia se impuso en semifinales al Santos y tramitó una cita con el diablo campeón, luego de empatar sin goles en la cancha de Torreón en el partido de ida.
La gran final del torneo de Invierno 2000, según el directivo Alvaro Dávila, se jugará el viernes y domingo por convenir así a los intereses de las televisoras.
Sin embargo, el Toluca informó que el duelo definitivo será el sábado a las 15:00, por lo que el primero tendría que ser el miércoles.
Además, el camino en la liguilla fue costoso, pues a la lesión del hondureño Carlos Pavón se sumó hoy la del atacante Gerardo Mascareño, quien por lo menos sufrió una distensión de ligamentos en la rodilla derecha.
Sin embargo, hay optimismo de que no exista rotura, pues el jugador abandonó el estadio Morelos por su propio pie y una resonancia magnética definirá todo en las próximas horas.
El inmueble estaba a reventar desde una hora antes del partido, cuando Monarcas salió con incontrolable afán ofensivo y apretó la marcación para inmovilizar a sus descontrolados rivales.
Al minuto 6, Flavio Davino se lanzó de palomita en busca de un remate que falló, pero la acción despertó el grito de "Morelia, Morelia".
En seguida, al 7, Javier Lozano inauguró el tablero con anotación de zurda a pase de Jorge Almirón y donde el brasileño Alex Fernandes colaboró con una finta que confundió al defensa.
Más tarde, Mascareño recibió el esférico e intentó un quiebre, pero apoyó mal la pierna derecha y sufrió la lesión que obligó al técnico de casa, Luis Fernando Tena, a ingresar a Carlos Morales.
Con la ventaja, Morelia cedió la iniciativa a los norteños y jugó al contragolpe.
En su banca, el técnico de los albiverdes, Fernando Quirarte, apenas podía controlar sus nervios y fue recriminado por el árbitro Eduardo Brizio, que ya había amonestado a Carlos Cariño y a Héctor López.
El ritmo del cotejo decayó, Monarcas se defendió con varios hombres y Santos mostraba escasez de variantes.
En esos momentos llamó más la atención la audacia de decenas de personas que arriesgaron el físico al treparse a camiones estacionados en las faldas del cerro Cuitzeo para mirar de lejos, y un Santa Claus harapiento que vendía pepitas, quien al final se olvidó del negocio para llorar de alegría.
Era el todo o nada y Quirarte quemó su última carta con el ingreso del Luis Fernando Soto y de Robson Luiz, empero no bien se habían ubicado, cuando al minuto 47, el argentino Francisco Almirón les asestó el 2-0 .
Primero tiró el brasileño Fernandes y el balón se estrelló en el poste derecho, el rebote le quedó a modo a Almirón, quien no perdonó y tocó mientras el arquero Martínez estaba en el pasto.
Al 56 de acción, el creativo Pastor Lozano envió un pase bombeado y con gran técnica hacia Carlos Morales; éste disparó un riflazo incontenible para el 3-0. Tena alzó el puño y sonrió, pero enseguida él y la eufórica afición comenzaron a sufrir.
El portero Angel Comizzo rechazó hacia el frente un disparo de Jared Borgetti y le obsequió un bombón a Johan Rodríguez que sacó un tiro razo para el 1-3 al minuto 64.
El mismo Rodríguez clavó el segundo gol de Santos al 72, después de que Hugo Chávez perdió el balón ante el Rodrigo Pony Ruiz. Comizzo salió a encarar y el diminuto chileno sirvió hacia Johan quien definió.
El guardameta argentino apeló a su mucha maña para consumir tiempo y calmar la tempestad, pero todavía al 77 Robson Luiz estrelló la pelota en el travesaño.
Morelia pudo evitarse mayores angustias, sin embargo, Antonio Noriega erró una inmejorable opción.
En los minutos finales el público se puso de pie, con desesperados silbidos pedía el final anticipado, agitaba sus banderas y el técnico Tena alzaba las manos; era casi un mánager tirando la toalla.
Brizio puso el punto final que desató los festejos hacia la avenidas principales y en dirección a la fuente Las Tarascas.