LUNES 11 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť El investigador de la UOM Raúl J. Lescas elaboró estudio sobre el periodo


Casi una huelga diaria durante el sexenio zedillista

Elizabeth Velasco C. Ť Durante el gobierno de Ernesto Zedillo fueron declaradas oficialmente mil 738 huelgas --equivalentes a "casi una huelga diaria"-- que involucraron a 137 mil 779 trabajadores, sostiene el investigador de la Universidad Obrera de México (UOM), Raúl J. Lescas.

En su estudio El movimiento obrero durante el sexenio zedillista, asegura que ante las autoridades laborales se presentaron también "8.1 demandas individuales cada hora durante toda la administración; 235 mil 991 quejas motivadas por problemas laborales, y tuvieron que ser atendidas 33 mil 243 conciliaciones", por parte de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajador (Profedet).

Las huelgas declaradas oficialmente, precisa, ocurrieron desde 1995 hasta septiembre del 2000, "faltando por contabilizar las huelgas de jurisdicción local de este año, cuyos datos aún no están disponibles, pero que podrían ser otras 200 más, según la tendencia observada en los dos últimos años del sexenio" en cuestión.

A esos movimientos, el investigador estima que deben añadirse los paros, protestas y bloqueos que en octubre pasado protagonizaron los burócratas de 74 organizaciones sindicales; los movimientos de resistencia que en las entidades federativas realizaron trabajadores de la educación, así como los democratizadores de los sindicatos nacionales (electricistas, petroleros, telefonistas, empleados del IMSS y ferrocarrileros), y la huelga en 48 ingenios azucareros, la cual involucró a más de 45 mil trabajadores.

En consecuencia, sostiene que los informes "exitistas" de la autoridad laboral y del gobierno zedillista, en el sentido de que desde 1982 cayó el número de huelgas de 675 a sólo 21 a septiembre de este año, están "alejados de la realidad laboral" que vive el país.

De hecho, afirma que a partir del proceso de restructuración de "corte neoliberal" en México, que ha abarcado desde la administración de Miguel de la Madrid hasta la encabezada por Zedillo, estallaron 11 mil 382 huelgas de jurisdicción federal y local que involucraron a casi un millón 329 mil 935 trabajadores.

"Es decir, en 18 años se han declarado 1.7 huelgas cada día bajo el paraíso neoliberal", asienta el investigador.

Del sexenio zedillista enfatiza que "pasará a la historia porque con sus políticas neoliberales debilitó al viejo y cansado sindicalismo oficial, terminando de fragmentar al otrora pilar de la estabilidad política y laboral del régimen septuagenario: el sindicalismo corporativo".

La crisis de ese sindicalismo provocó --asegura Lescas-- que los trabajadores, para defenderse, entraran en una lucha individual ante las empresas por despidos y recortes de las prestaciones sociales, "muy intensos durante todo el sexenio" pasado.

De ahí que "los llamados convenios de trabajo fuera de juicio; las quejas y demandas individuales; los paros o huelgas sin emplazamiento legal; los paros de brazos caídos y los movimientos democratizadores de los gremios nacionales fueran una constante" durante la última administración del PRI, sustenta.

En ese contexto destaca las más de 129 mil demandas individuales que se presentaron ante la autoridad laboral por diversos motivos y que equivalen a "8.1 demandas cada hora (en una jornada laboral de 8 horas), y se firmaran un total de 50 mil 197 convenios individuales por causas diversas (sólo registrados en las juntas especiales ubicadas en el Distrito Federal)".

El autor de la investigación referida argumenta: "tales conflictos fueron generados por la política laboral de corte neoliberal que lleva a favorecer a los empresarios y a disminuir el papel de los sindicatos y la fuerza organizada del trabajador, así como por la crisis del sindicalismo".

Huelgas, paros y movimientos que el gobierno "ni vio ni oyó".

De las huelgas más prominentes y que fueron declaradas "inexistentes" recuerda la ocurrida en la planta Volkswagen de Puebla (en agosto de este año); la requisada a las sobrecargos de Aeroméxico (1998); la de los 45 mil trabajadores azucareros --apenas este jueves declarada inexistente--, y la liquidación de Ruta 100.

El investigador de la UOM hace notar que la "autoridad laboral no toma en cuenta a los trabajadores de la educación que realizaron paros en diversas entidades durante el sexenio (miles de maestros que suspendieron labores durante mayo y junio de este año), ni a los 74 sindicatos y su 1.8 millones de agremiados adheridos a la FSTSE por estar ubicados en el Apartado B. Esos movimientos, paros y huelgas la "autoridad laboral ni los vio ni los oyó".

Las huelgas de jurisdicción federal más importantes --detalla-- fueron por violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), representando 43.7 por ciento del total de ellas entre 1995 y el 2000. De las estalladas por revisiones de los CCT y salariales representaron 16.9 por ciento. Por violación de los contratos ley la cifra se ubicó en 13.2 por ciento. Según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) existen 70 mil empresas de jurisdicción laboral.

Lescas comenta que al sumarse las "violaciones a los CCT y los contratos ley, la cifra se eleva a 56.9 por ciento. Es decir, que durante el sexenio la violación de los patrones a los derechos adquiridos por los sindicatos fue una constante".

Las ramas más afectadas por las huelgas en el periodo en cuestión fueron: la textil, con 59 huelgas que representan 21.6 por ciento del total; la elaboradora de alimentos con 27 (9.9 por ciento); la automotriz y de autopartes, con 26 (9.5); la cinematográfica, con 25 (9.1); la químico-farmacéutica, con 24 (8.8), y el transporte terrestre, con 18 huelgas (6.6 por ciento).

Del total de huelgas registradas, las organizaciones del Congreso del Trabajo (CT) realizaron 220 (80.8 por ciento); entre ellas destaca la Confederación de Trabajadores de México (CTM), con 193 (61.8 por ciento) de todas las estalladas por el CT y el 50 por ciento del total registrado en el país.

A su vez, los sindicatos nacionales estallaron 14 huelgas (5.1 por ciento) y los independientes del sindicalismo oficial unas 65 (23.8 por ciento).

En el amplio estudio del investigador de la UOM se menciona por orden de importancia al estado de México, Distrito Federal y Puebla como las entidades que concentraron el mayor número de estallamientos de huelgas: 21.6; 17.6, y 9.9 por ciento, respectivamente.

En torno a los conflictos y demandas individuales menciona las ramas más afectadas por ese tipo de luchas provocadas por "el trabajo precario, la inexistencia de sindicatos o el contubernio entre los representantes sindicales y las empresas":

La industria manufacturera, dentro de la qcual la rama textil contó con 2 mil 997 demandas (1.9 por ciento); la químico-farmacéutica, con 2 mil 30 (1.5 por ciento); la productora de alimentos, con 2 mil 572 (1.9 por ciento); la eléctrica, con mil 585 (1.2); la automotriz y de autopartes, con mil 317 (1.0 por ciento), y la ferrocarrilera con 26 mil 465 (20.5 por ciento), entre otras.

Tendencias

El especialista en movimiento obrero advierte que los conflictos contra "los planes de restructuración neoliberal" están presentes en la vida nacional, pero se caracterizan por "su dispersión y atomización".

En muchos casos, subraya, los trabajadores "siguen bajo el férreo control de las dirigencias que ya no responden a los intereses de los sindicalizados". Esto pese a sus "derrotas político-electorales, su desgaste como control corporativo y su falta de reproducción de cuadros dirigentes".

No obstante que el movimiento obrero está dividido --el CT se fraccionó, y de su seno surgió la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y el Frente Sindical Mexicano; los trabajadores universitarios se agrupan en dos coordinadoras nacionales (Contu y CNSUES); los proyectos encabezados por fuerzas de izquierda (MPI, CIPM y ANT) vieron disminuir su influencia y peso en la lucha sindical-- Lescas prevé que ante la llegada al poder de un nuevo gobierno de extracción panista se abren las posibilidades para lograr su restructuración.

"El movimiento obrero está ante la posibilidad de volver a ocupar su papel social en nuestro país", afirma, y destaca en ese sentido que no debe perderse de vista que el "pacto" entre obreros y Estado sufrió un "resquebrajamiento definitivo" a causa de la derrota electoral del PRI.

Por ello, prevé que se modificará la relación de las viejas cúpulas sindicales agrupadas en el CT con el nuevo gobierno federal. "No es casual que la tradicional y sumisa FSTSE haya protagonizado --a menos de un mes de concluir el sexenio zedillista-- protestas no vistas ante su Presidente de la República y principal líder priísta".