Ť CIUDAD PERDIDA
Ť Miguel Angel Velázquez Ť
Ť Fin de la borrachera en el PAN-DF
Ť Se amotinan contra Luege Tamargo
El PAN se pudre en la capital.
Hasta ahora el análisis de la situación de Acción Nacional en el Distrito Federal y en su ámbito nacional se había pospuesto, mientras duraba la borrachera del triunfo, pero al fin estalló la bomba y el líder local no solamente fue cuestionado con respecto de su hacer en la organización y consecución de la asamblea local, sino también fue ampliamente rechazado por los miembros de su partido.
En acción nacional hay, se quiera o no, un gran desconcierto por el triunfo. No se trata de que estuvieran o no preparados para el suceso, más bien es un asunto de reflexión interna y en algunos sectores de ese partido las verdades pesan más que los triunfos dudosos.
El triunfo presidencial se le dio al partido, es cierto, pero también lo es el que no se debe a la militancia azul, sino al gran descontento de mucha gente con los gobiernos priístas y aquí en el DF, perdieron.
Los votos a nivel nacional se dieron a partir de las redes de "amigos" que surtieron de sufragios la causa de Fox y no precisamente la de Acción Nacional, organización política que después de todo fue relegada por el ganador de las elecciones y apenas pinta en los órganos de gobierno.
Eso en el escenario nacional, pero en el Distrito Federal las cosas fueron peores. Aquí los azules no pudieron ni con los amigos y los gerentes sacar del gobierno al PRD. En esa ciudad no dieron resultado las baladronadas ni los golpes de pecho aunque sí se demostró que ni en gobierno federal ni en el local podía seguir el PRI.
Para ese partido, el PRI, que fue asaltados por sus "cuadros" más viciados, ha desaparecido, casi en su totalidad del quehacer político, aunque todavía representa, gracias a Instituto Electoral local, un grupo muy importante en la Asamblea Legislativa.
De cualquier forma su existencia como organismo político es nula. Nadie les cree, nadie les busca, nadie les oye y nadie les mira. Resisten, sin embargo, las clientelas de basureros o de ambulantes a quienes aún pueden retener con las mismas prácticas que los llevaron a la derrota.
En el PRD aún no termina, por decirlo mejor, aún no se inicia con toda seriedad la interpretación de los asuntos que pudieron poner en riesgo el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, tal vez por el temor de encontrarse con una realidad mucho más compleja de lo que imaginan.
Pero no hay o no debe haber borrón y cuenta nueva. Igual que en el PAN, pareciera que López Obrador triunfó a pesar del PRD y no por su ayuda, es decir ganó el candidato y no el partido. Aquí, es necesario decirlo, intervinieron factores diferentes: las ayudas vinieron del gobierno Cárdenas-Robles y no de las estrategias partidistas que no se vieron o mejor dicho se vieron muy mal.
Pero en el PAN la cosa se pudre. Los grupos conservadores aseguran que el generalato impuesto en el gobierno federal y la derrota en la capital suponen más que el triunfo panista, su derrota.
En este punto apoyan la necesidad se buscar entre sus propias raíces la razón de ser del partido. Algunos advierten que el PAN no está en el gobierno y que las formas adoptadas por el grupo triunfante no tendrán que ver con el ideario del partido. "Un triunfo así, ni vale ni sabe", recalcan.
Por eso pretenden sacar del liderazgo a José Luis Luege, a quien identifican como uno de los más fieles seguidores del foxismo y por tanto un político alejado de los principios panistas. Para los foxistas, sea como sea, el PAN ganó las elecciones y en ese partido deben existir los cambios necesarios, desde su ideario, para seguir en la ruta del triunfo. Es algo como lo que pretendió en su momento Carlos Salinas, desaparecer al PRI para dar paso a algo que algunos conocieron como Solidaridad, convertido en organismo político.
Desde luego la lucha aún no termina, pero todo indica que la militancia panista está harta de los "amigos" y los gerentes y quiere parecerse a sí mismo, con sus defectos y virtudes, con sus triunfos y sus derrotas, por grandes o pequeñas que sean.
El análisis, en ese tenor, apenas empieza, la búsqueda del PAN por PAN mismo atisba ya una descomposición maloliente que pudiera llevar a rupturas internas de consecuencias muy serias.
Luege, hasta donde dicen los militantes, tratará de seguir al mando del PAN-DF aunque sea con trampas, para respaldar en la capital la gobierno foxista, pero al otro lado del mostrador hay quienes no se dejarán trampear, así que el triunfo también empieza a saber amargo.
De Los Pinos a Nicaragua
Cuentan que no hace mucho tiempo un priísta renombrado llegó hasta la casa de Oscar Espinosa Villarreal para anunciarle que la estrategia para evitar su encarcelamiento habían fracasado.
La única, la última carta estaría en manos de Zedillo, y falló. Entonces sólo quedaba una escapatoria: "Haz maletas y vete". Espinosa sintió entonces el filo de la traición.