LUNES 11 DE DICIEMBRE DE 2000

 

Ť Carlos Fazio Ť

Plan Chiapas 2000

De la mano de la estrategia del ''discurso invertido'', el gobierno de Vicente Fox ha comenzado a aplicar en Chiapas un nuevo esquema contrainsurgente de rostro más ''amable''. El plan combina las labores de inteligencia con una nueva política de comunicación y un programa económico de tipo asistencialista. El objetivo principal es ''quitarle las banderas'' a los zapatistas sobre la base de la "legitimidad democrática" del nuevo régimen.

Se trata de obtener la ''credibilidad'' del nuevo gobierno en Chiapas mediante ''una previsión amable, no autoritaria, lúdica y anticomplaciente de las alternativas''. La idea está asociada con la construcción de ''un nuevo imaginario social'' y una ubicación de la figura presidencial como factor de ''diálogo''. El objetivo es desplazar ''de manera sutil pero firme'' al EZLN de su papel como representante ''moral'' de todas las etnias y potenciar al presidente Fox como un pacificador ''sin intermediarios''.

Las líneas maestras del plan están recogidas en un documento secreto denominado Chiapas 2000. Entre sus objetivos de corto y mediano plazos se plantea una serie de acciones tácticas de tipo "quirúrgico" contra grupos de "delincuentes organizados" en las zonas de influencia del EZLN. Otro punto central de la estrategia será "mostrar" a la opinión pública la "imagen real" del subcomandante Marcos: "no la del guerrillero defensor de los derechos indígenas, sino la del transgresor de la ley". Según el plan, que se ha venido cumpliendo al pie de la letra, se buscará "demeritar" la imagen pública -nacional e internacional- del vocero del EZLN, exhibiendo actividades "debidamente documentadas por los órganos de inteligencia", que lo presentarán como un hombre que se ha hecho "inmensamente rico" mediante "actividades ilícitas de delincuencia organizada". La idea a potenciar parece ser la del narcotráfico. Una vez que se logre sensibilizar a la opinión pública se integrará una "averiguación previa" para ejercitar acción penal "no contra el líder insurgente, sino contra el delincuente".

Otros puntos clave del plan son reforzar las actividades de inteligencia y contrainteligencia e infiltración dentro de los grupos de incidencia zapatista; promover la deserción de seguidores y miembros del EZLN; difundir entre los indígenas "las conductas antisociales y la desviación sicológica" de algunos de los líderes de la guerrilla, y evitar el ingreso de observadores extranjeros a la zona de conflicto, por considerarlos "correos" de las organizaciones que apoyan a la insurgencia en el exterior.

La nueva estrategia -construida sobre la vieja visión conspirativa de la historia de los servicios de inteligencia, que identifica al antiguo obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, como el jefe de la "subversión" en Chiapas y a los indígenas como tontos útiles- buscará impulsar ante Juan Pablo II y la jerarquía católica local la necesidad de "remover" a los sacerdotes jesuitas y clérigos comprometidos con la teología de la liberación, que actualmente ocupan "posiciones de poder" en el obispado. Según el documento, el clero liberacionista impide el desempeño "sin presiones" del obispo sustituto, Felipe Arizmendi, "quien siempre se ha mostrado contrario a la ideología de Samuel Ruiz".

Uno de los componentes básicos del plan es ganarle al EZLN la batalla por los medios de comunicación. La tarea de construir la imagen de Fox "no autoritario y dialoguista" ha sido encomendada a la Secretaría de Gobernación, a la que se le sugiere crear una "red" de intermediarios e interlocutores "más o menos a la medida", a fin de establecer una "alianza" que permita la "solidaridad" de los medios con las políticas oficiales. El "plan amable" contempla establecer "pararrayos" alternativos que "capten la energía negativa", sin que ésta "golpee" al gobierno federal. Señala que en una eventual estrategia de "confrontación" y "castigo" hacia medios "adversos", otras instancias fuera del gobierno pueden ser "más útiles" que la oficina de comunicación social gubernamental.

El documento propone negociar con líderes caciquiles de Chiapas la reconversión de los grupos paramilitares en policías privadas de carácter legal, como en Colombia. Algunos puntos del plan, como la desmilitarización parcial de la zona de conflicto, el levantamiento de retenes y el envío al Congreso de la iniciativa de ley Cocopa, ya han sido cumplidos. Otros podrían estar en curso, entre ellos el establecimiento de una comisión investigadora interinstitucional para determinar "las causas y los culpables" de enfrentamientos ocurridos en la entidad y aplicar todo el rigor de la ley "cuando menos en dos casos", llegando incluso a los autores intelectuales "sin importar el cargo ni la posición social" para sentar un precedente y legitimar al gobierno de Vicente Fox.