Ť Huyeron de la violencia en su país
El vallenato aligera la vida a refugiados colombianos
Afp, Lago Agrio, Ecuador, 9 de diciembre Ť Las notas musicales de un vallenato arrancadas a un sintetizador electrónico inundan el ambiente de un improvisado albergue en Lago Agrio, Ecuador, en el que desde hace dos meses se protege del sol y la lluvia de la selva tropical un grupo de colombianos que ha huído de la violencia en su país.
Husmeando el lugar aparece Armando Rosero, de 20 años y músico más por el gusto al teclado que por las oportunidades económicas que ha tenido para estudiar en su natal población colombiana de La hormiga, cercana a la frontera con Ecuador, y que quedó en medio de los enfrentamientos entre guerrilleros y paramilitares.
Con el ánimo de seguir adelante, Rosero religiosamente se sienta todos los días frente al instrumento para dar oportunidad a que sus habilidades fluyan, llenando de alegría el albergue que está a casi dos horas por carretera de su añorada La Hormiga, de donde salió con su mujer, un pequeño hijo, padres, cinco hermanos y un sobrino.
El Plan Colombia no es de paz
Sin dejar de teclear, este desplazado por la violencia que han impuesto los irregulares en el departamento cocalero de Putumayo, en la selva de la Amazonia, sostiene que el Plan Colombia "no es un plan de paz, simplemente es un plan de guerra" que provocará más efectos negativos entre la población.
"No se puede encontrar a alguien definido que sea el culpable. De pronto, toda Colombia es la culpable", agrega el joven sin alejarse del tema del Plan Colombia, elaborado por el gobierno de Bogotá para luchar contra el narcotráfico erradicando miles de hectáreas de coca con fumigaciones.
"Los agricultores por sembrar las maticas (de coca), que desafortunadamente son las matas malditas, la guerrilla, los paramilitares, el gobierno, nosotros mismos que somos simples trabajadores debemos compartir la culpabilidad de ese plan, que no es un plan bueno", añade.
Rosero apunta: "Con el plan, lo que ha habido es sangre y sangre y más sangre no más. No se llega a una solución".
Tiene fresco en su memoria el intempestivo momento en que con su familia tuvo que salir del pueblo para escapar del fuego cruzado de los irregulares que se enfrentan por el control de Putumayo, que concentran 50 por ciento de las 120 mil hectáreas de coca que hay en Colombia, la mayor productora mundial de cocaína (520 mil toneladas anuales, de las cuales 75 por ciento va a Estados Unidos).
Entre lo poco que pudo sacar, cargó con el sintetizador que es, según relata, "mi vida", y con el que amenizaba las fiestas con un grupo musical integrado por amigos en la no tan lejana pero conflictiva localidad de La Hormiga.
Enfatiza que "mi familia no ha estado (en el narcocultivo). Soy músico, mi padre es piscicultor, mi madre se dedicaba a la casa, mis hermanos son niños que todavía no trabajan. Nosotros en esos hemos sido sanos", reflejando que todos, de una u otra manera, son víctimas de la plaga de las drogas.
Durante el diálogo con la Afp, Rosero no cesa de ejecutar los acordes del popular vallenato y confiesa que siente predilección por La Gota Fría tema que saltó a la fama internacional por su compatriota Carlos Vives.
En la línea del vallenato, domina temas del Binomio de Oro y Adriana Lucía como el titulado Quiero que seas mi estrella, que no se cansará de tocar y lo hará hasta que existan condiciones para retornar a sitios seguros fuera de Putumayo.