Ť Nueva derrota para Gore, cuando aún celebraba la decisión en Florida
Detiene la Suprema Corte de EU el recuento de las boletas disputadas
Ť Citan magistrados a representantes de ambos candidatos a presentar el lunes argumentos orales
Ť Dudas sobre los jueces de ambas instancias, por sus vinculaciones con demócratas y republicanos
Ť Informó la campaña del vicepresidente que al suspenderse la revisión había recuperado 58 votos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 9 de diciembre Ť La semana concluyó con otra sucesión de bruscos altibajos para los dos empecinados competidores por la Casa Blanca y este sábado, menos de 24 horas después de que la campaña del demócrata Al Gore recibió el regalo de nueva vida por parte del máximo tribunal de Florida, éste le fue robado de nuevo, por el momento.
La Suprema Corte de Estados Unidos, en una medida aprobada por cinco votos contra cuatro, ordenó la suspensión del recuento de boletas disputadas en Florida, que apenas se había comenzado unas horas antes en varios condados.
Apenas el pasado viernes, lo que parecía una moribunda campaña de Gore fue resucitada cuando la Suprema Corte de Florida ordenó el recuento de todas las boletas disputadas del estado, en un revés que alarmó a la campaña del candidato republicano, George W. Bush.
La orden de suspensión del recuento, por parte de la máxima instancia judicial del país, no fue un fallo sobre los méritos del caso, y la Suprema Corte en esta capital citó a los representantes de ambas campañas a presentar argumentos orales ante este tribunal el próximo lunes.
De nuevo, en poco más de una semana, la Suprema Corte federal decidió tomar la medida sin precedente de intervenir en las elecciones realizadas dentro de un estado, y por primera vez en por lo menos un siglo podría ser el máximo tribunal estadunidense el que acabe determinando el resultado de una elección presidencial.
Si la Suprema Corte decide fallar a favor del gobernador Bush al apoyar su petición de revertir la decisión de la máxima corte estatal de proceder con el recuento, en la práctica coronará al republicano al reconocer el resultado certificado de la elección presidencial en Florida.
Pero esa es sólo una de varias posibilidades en lo continúa siendo un proceso electoral impredecible y en extremo largo y tedioso para el público de Estados Unidos.
Después del triunfo legal de Gore, ayer, ante la máxima corte estatal, los abogados de Bush inmediatamente buscaron evitar el comienzo del recuento al apelar la decisión ante la Suprema Corte federal.
El pánico fue evidente entre los republicanos, ya que temían que si el recuento procedía, el margen de su ventaja en las boletas disputadas podría reducirse prestando más credibilidad a las dudas de que Bush no ganó el voto popular en ese estado.
Por cierto, los demócratas informaron que al suspenderse el voto, el recuento de las primeras horas ya había generado un avance neto de 58 votos para Gore --hecho disputado por los republicanos--, y argumentaron que esto indicaba que si el recuento procede, la ventaja de Bush podría anularse y el ganador del voto popular en Florida, como es el caso a nivel nacional, sería el vicepresidente demócrata.
Esta tarde, la Suprema Corte de Estados Unidos emitió su decisión dividida a favor de Bush rescatando a la campaña republicana de tener que enfrentar la posibilidad de una derrota justo cuando estaba celebrando su casi seguro triunfo.
Estos giros bruscos en los destinos políticos de estos candidatos ahora también provocan dudas sobre la "imparcialidad" y objetividad del Poder Judicial.
Se vale señalar que seis de los siete jueces de la Suprema Corte de Florida fueron designados en sus puestos por demócratas, mientras que siete de los nueve jueces de la Suprema Corte de Estados Unidos fueron nominados por presidentes republicanos.
Mientras tanto, abogados de ambas campañas continuaron la batalla de interpretaciones sobre cada cambio que ocurría.
El representante de la campaña presidencial de Bush, James Baker, reiteró hoy la posición de que "no se pueden cambiar las reglas" en medio de un proceso electoral y que por lo tanto "estamos complacidos" de poder argumentar lo anterior ante la Suprema Corte del país.
Por su parte, el abogado de Gore en Florida, David Boies, respondió hoy revirtiendo esta constante acusación de los republicanos, al indicar que cuando los represen- tantes de Bush acudieron a la Suprema Corte en Washington lo que buscaban es precisamente eso, cambiar las reglas del juego al solicitar la intervención de ese tribunal para detener un recuento.
Para Boies, ahora se presenta la posibilidad de que "por primera vez en cien años la Suprema Corte intervenga en un proceso electoral en un estado", lo cual significaría un "cambio radical de las reglas" del proceso comicial.
Subrayó la consigna de la campaña de Gore, que lo único que se está solicitando es "contar cada voto".
Con estos constantes cambios de suerte, ya ninguno de los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos se atreve a celebrar cada buena noticia que llega de algún tribunal, ya que horas después parece ser seguida por un nuevo revés.
Pero con cada paso, también gana importancia otro factor: el tiempo. Según la ley estadunidense, la composición de las delegaciones de "electores" de cada estado ante el Colegio Electoral tienen que ser registradas el día 12 de diciembre.
El Colegio Electoral emite su voto el 18 de diciembre, entidad en donde un candidato tiene que obtener una mayoría simple, o 270 votos, para ganar la presidencia.
Hasta ahora todos los políticos, y también los analistas y politólogos, consideraban que el 12 de diciembre era la fecha límite para establecer el triunfo de uno de los candidatos. Sin embargo, esa fecha resulta no ser, como todo, determinante.
La única consecuencia de no registrar la delegación de un estado para esa fecha es que el Congreso federal puede decidir no reconocerla. Es decir, si se presenta oficialmente antes del 12, tiene garantizada su participación, de lo contrario está sujeta a la discreción de la legislatura federal.
La única conclusión de esta semana es que el juego de los pronósticos deportivos para esta elección no ha sido buen negocio. Ya pocos se atreven a apostar. El próximo capítulo del libro de suspenso (¿o es tragicomedia?), "¿Quién será el presidente electo?", se escribirá el lunes.