SABADO 9 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Nacen en el siglo XVIII
Subastarán colección de relojes eróticos de Lord Sandberg
Afp, Ginebra, 8 de diciembre Ť Redondos, moldeados, finamente decorados, a veces animados, los relojes eróticos de la riquísima colección de Lord Sandberg serán subastados próximamente en Ginebra, cuyo museo de la relojería rehusa recibirlos.
Unas 425 piezas, no todas eróticas, serán vendidas en marzo próximo por la casa Antiquorim, gran especialista de las subastas de relojes. La colección fue reunida durante más de 30 años por el lord inglés, quien antes de jubilarse fue presidente de Hong Kong and Shanghai Banking Corporation.
Llamados en el siglo XVIII por los británicos "conversation piece", por su capacidad de facilitar una conversación galante, esos relojes siguen siendo fabricados y tienen todavía su público.
Algunos grandes relojeros suizos perpetúan hoy esta tradición pícara, nacida en la Francia de Luis XV, plasmada en Suiza, comercializada a partir de Gran Bretaña, y particularmente próspera en Extremo oriente.
Esos relojes, de pulsera, de bolsillo o de mesa, se presentan siempre de la manera más inocente, cumpliendo su primera función de marcar la hora y a veces el día o la fase de la luna, según la complejidad del mecanismo.
Pero en su decoración, en general suntuosa, se oculta un botón que hace aparecer, a quien sabe localizarlo, un mundo lúdico, en el que el amor se declina con toda su pasión carnal.
La mitología griega y latina, El decamerón de Boccaccio, los innumerables cuentos libertinos, inspiraron a los artesanos de la Europa relojera, esencialmente suiza.
El éxito de estos objetos eróticos, que ilustran la liviandad de costumbres de una época, llegó incluso a hacer reaccionar a autoridades políticas y religiosas. Ejemplo de ello, el rey Luis XVI los prohibió. Afortunadamente, recalcan los coleccionistas, su prohibición no fue obedecida, y la mayoría de esos objetos fueron escondidos o trasladados al extranjero.