SABADO 9 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Logro mexicano en la conferencia regional contra el racismo, en Chile


Reconocen derechos de pueblos indígenas

Ť Se venció resistencia de EU y otros países Ť La reunión, preparatoria de la de Sudáfrica en 2001

Kyra Núñez, enviada, Santiago de Chile, 8 de diciembre Ť Los pueblos indígenas fueron hoy oficialmente reconocidos como tales por los gobiernos participantes en la Conferencia Regional Preparatoria para las Américas contra el Racismo, la Xenofobia, la Discriminación y Otras Formas de Intolerancia, al adoptar una declaración política y plan de acción contra el racismo, desbloqueando así las negociaciones conducidas a favor de una plataforma común continental que deberá incluirse en los resultados de la Conferencia Mundial contra el Racismo, el próximo año en Sudáfrica.

Esta decisión, junto con el reconocimiento de que la esclavitud y otras formas de servidumbre que han afectado a los afrodescendientes y pueblos indígenas de América, al igual que la trata de esclavos, fueron moralmente reprochables y en algunos casos constituyeron delitos en virtud del derecho internacional, y que si ocurriesen hoy día, constituirían crímenes contra la humanidad, son grandes resultados al cierre de la conferencia regional contra el racismo.

Compensación por daños de la conquista

La declaración política de la conferencia regional también dio un avance de importancia a la demanda indígena de obtener compensaciones ante lo destructivo de su pasado histórico, al aceptar que por razones de justicia, el daño debe repararse, en forma de políticas, programas y medidas adoptadas por los Estados que se beneficiaron del coloniaje, a fin de corregir los daños económicos, culturales y políticos causados a las comunidades y pueblos afectados.

Hubo de por medio fuertes concesiones para que el texto de compromiso negociado directamente por la delegación de México fuera aceptado, principalmente por Estados Unidos y Canadá, pero también por Brasil, Venezuela, Perú, Jamaica, Cuba, Chile y Guatemala. De hecho, México negoció solo hasta obtener de Estados Unidos la aprobación al texto de compromiso, que fue adoptado a las 18:34 horas, recibiendo aplausos incluso de los representantes de pueblos indígenas, que regresaron a sus puestos como observadores después de su protesta de la mañana.

El representante mexicano Porfirio Muñoz Ledo, al presentar el texto de compromiso que negoció contra reloj y con la antipatía de un grupo de Estados latinoamericanos, declaró que su delegación "hubiese querido ir más lejos, pero resulta una salida satisfactoria". El texto "reconoce plenamente los derechos de los pueblos indígenas, de conformidad con los principios, la soberanía y la integridad territorial de los Estados, sin perjuicio de que en forma concertada con los pueblos indígenas se promuevan reformas administrativas, legislativas y judiciales, entre ellas las derivadas de instrumentos internacionales, particularmente el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo".

Esta mediación de la diplomacia mexicana fue interpretada en Chile como otra señal del cambio político en México; la línea del presidente Vicente Fox de reconocer y acercarse a los pueblos indígenas fue aquí manejada con esmero, lo cual es un viraje radical en la postura internacional mexicana en cuanto a los pueblos indígenas en el sexenio pasado.

Los pueblos indígenas emergen así con su propia identidad aunque, en una declaración expresa, el representante oficial de Estados Unidos, embajador E. Michael Southwick, explicó que la aceptación del término "no deberá interpretarse en el sentido de que tenga implicación alguna en lo que atañe a todas las prerrogativas que pueda conferir de acuerdo con el derecho internacional, sino en el contexto específico que está siendo determinado en las negociaciones multilaterales" que se realizan en otros foros, especialmente en el grupo de trabajo sobre la Declaración de los Derechos Indígenas. La explicación fue inserta en la Declaración de Santiago.

La titular del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Mary Robinson, al dar la primicia del consenso a La Jornada, dos horas antes de su presentación y aceptación en el comité de redacción, expresó que se trató de "un resultado muy significativo de la conferencia, porque es la primera vez que Estados Unidos acepta el término de pueblos y no ya de poblaciones indígenas, y discutir los derechos de éstos".

Respecto a si llegó la hora de condenar la conquista y compensar por daños, Robinson dijo que el tratamiento de los afrodescendientes en América "ha sido un punto de partida para enfocar ese suceso histórico y el impacto de la conquista, porque esa colonización tuvo como consecuencias la explotación y destrucción de comunidades y culturas cuyos efectos perduran en la sociedades modernas de América y el Caribe" y así debe darse una evaluación propia en la Conferencia Mundial contra el Racismo.

La Declaración de Santiago y el Plan de Acción contra el Racismo en las Américas y el Caribe que sería adoptado tarde esta noche contienen cambios de lenguaje importantes para las decisiones gubernamentales futuras, tienen propuestas específicas de legislaciones apropiadas y buenas prácticas e incluyen un sistema de evaluación para los próximos cinco años.

La responsabilidad de cumplir todos los compromisos adoptados por 36 naciones del continente recae en sus gobiernos, y entre sus acciones, dada la oportuna posibilidad que la conferencia regional en Chile ofreció a pueblos indígenas, afrodescendientes, migrantes, mujeres, y otros grupos, tiene aparejada la necesidad de que los gobiernos respondan a las presiones de la sociedad civil, señaló finalmente Mary Robinson.