VIERNES 8 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Su fallo decidirá si la pugna en EU continúa


El curso de la elección, en manos de la Suprema Corte de Florida

Ť Demócratas insisten en un recuento de 13 mil boletas

Ť Republicanos se aprestan a conformar su consejo de electores

ELECCION Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 7 de diciembre Ť A un mes de los comicios presidenciales en este país, aún no hay ganador; ahora los dos candidatos esperan la determinación de la Suprema Corte de Florida sobre si esta disputa procederá --y con ello el demócrata mantendrá la esperanza de ganar-- o si esto se acabó.

Esta mañana, en una audiencia de poco más de una hora, la Suprema Corte de Florida escuchó la petición de los abogados del demócrata Al Gore en sentido contrario a la decisión de una Corte estatal de rechazar la impugnación del resultado en Florida. Los abogados de Gore y de su contrincante republicano, George W. Bush, reiteraron sus ya conocidos argumentos sobre la disputa del conteo del voto presidencial en Florida y ahora esperan la determinación de los siete jueces, que podría anunciarse en cualquier momento.

En el equipo de Gore lo que desean escuchar son sólo tres palabras: recuento del voto. Hoy sostuvieron que está en juego el principio de que cada voto cuenta y que para lograrlo se necesita examinar unas 13 mil boletas de dos condados.

Los abogados de Bush pidieron que la Suprema Corte del estado respete la decisión del juez estatal, que esta semana rechazó la impugnación del resultado, y solicitaron que si se decide considerar un recuento, se haga con todos los votos de Florida.

David Boies, el abogado principal de Gore, consideró que esta es la fase final de la disputa, y que no se contempla apelar del fallo, si es adverso, ante la Suprema Corte de Estados Unidos. ''La Suprema Corte de Florida es el árbitro final y aceptaremos su decisión sea cual sea'', afirmó Boies en conferencia con la prensa.

Pero mientras los demócratas colocaban todo el futuro político de Gore en manos de la Suprema Corte del estado, la legislatura de Florida, controlada por los republicanos, se preparaba para asegurar el triunfo de Bush y así tratar de hacer irrelevante cualquier fallo adverso a su causa del máximo tribunal local. Los legisladores informaron que convocarán a una sesión extraordinaria la próxima semana para designar la delegación de 25 ''electores'' que le corresponde a Florida ante el Colegio Electoral. Claro, todos serán delegados fieles a Bush, ya que la mayoría republicana y el gobernador del estado, Jeb Bush (hermano del candidato), determinarán su composición. Debido a que esta sería la única manera de garantizar que su estado no se quede sin voz en la elección nacional, los legisladores de Florida actuarán, a menos que Gore decida ceder ante su contrincante en los próximos días.

Con esto se abre de nuevo la posibilidad de una insólita crisis política en este país. Si la Suprema Corte de Florida falla en favor de Gore y ordena el recuento de las boletas disputadas y gana el demócrata, ello repercutiría en la conformación de una delegación fiel al vicepresidente. Si, como se espera en ese caso, la legislatura estatal designa a otra delegación de electores fieles a Bush, el estado podría tener dos delegaciones representando a cada candidato. Entonces esta disputa quedaría en manos del Congreso de Estados Unidos, entidad encargada por ley de contar y certificar el resultado del voto del Colegio Electoral el 5 de enero de 2001.

Mientras tanto, hoy llegaron a su etapa final dos casos más relativos a la elección en las Cortes estatales de Florida. Estas representan posibles ''milagros'' para los demócratas, ya que solicitan la descalificación de miles de boletas emitidas en favor de Bush. Si cualquiera de los fallos en estos casos favorece a los solicitantes, le restaría suficientes votos al republicano.

Pero los analistas y los adivinadores apuestan contra los milagros. La atención de todos ahora está en la decisión de la Suprema Corte de Florida, donde también no hay gran esperanza, ya que los jueces tendrían que revertir el dictamen de otra Corte.

Con ello se aproxima el momento en que este sistema electoral producirá un presidente electo que perdió el voto popular en el ámbito nacional (Gore sigue con una ventaja de entre 250 mil y 400 mil votos), que jamás podrá comprobar que ganó el voto clave de Florida y que llegará a la Casa Blanca con un mandato popular inexistente, por ser producto de lo que es un empate técnico, en la expresión de la voluntad popular.