VIERNES 8 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Industriales y funcionarios estudian esquema para cotizar el gas natural
Tope de 6.5% a precios y tarifas públicas, exigen empresarios; buscarán alza similar en salarios
David Zúñiga Ť La cúpula empresarial ya palomeó el proyecto de presupuesto para 2001, con la condición de que se fije un tope de 6.5 por ciento a precios y tarifas del sector público, y pugnará porque los salarios mínimos no rebasen ese límite.
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz, se reunió la noche del miércoles con la Comisión Ejecutiva del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Según el presidente de este organismo, Claudio X. González, el funcionario aceptó imponer un límite a las tarifas de electricidad y al precio de la gasolina, que en los últimos dos años han aumentado más que la inflación, lo cual ''nos ha quitado competitividad''.
González Laporte anunció que el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) participará en la revisión de los precios públicos calculados con base en cotizaciones internacionales, como los del gas natural y una parte de la energía eléctrica industrial. En el caso del gas ''estamos compitiendo contra áreas que tienen mejor precio que el del sureste de Texas, que es la referencia que aplica el gobierno mexicano a través de Pemex''.
La noche del miércoles hubo otra reunión: dirigentes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y de la Cámara de la Industria de la Transformación de Nuevo León (Caintra) hablaron con el secretario de Energía, Ernesto Martens, quien confirmó que se estudian cambios al esquema de precios del gas natural para las empresas. La próxima semana los industriales se reunirán con funcionarios de Hacienda.
En cuanto a los peajes y otras tarifas, González Laporte afirmó que el gobierno pretende aumentarlos con base en sus costos de producción. ''Eso no se vale. Si vamos a hablar de salarios mínimos y todo lo demás atado a 6.5 por ciento de inflación, esos precios también se deben atar. El secretario (Gil Díaz) estuvo anuente, dijo que es lo correcto y ahora vamos a estar muy pendientes de que no se mueva por otro lado'', advirtió.
En la reunión se ratificó que el presupuesto estará en línea con los criterios esbozados en noviembre: crecimiento del PIB de 4.5 por ciento, inflación de 6.5, tipo de cambio promedio de 10.10 pesos por dólar, 18 dólares por barril de mezcla mexicana de crudo, y déficit público de 0.5 por ciento del PIB.
Estas metas, opinó el líder empresarial, son ''prudentes'' en vista de que las condiciones externas no serán ''tan buenas'' como en este año, ya que la economía estadunidense pierde impulso y los precios del petróleo van a la baja.
En cuanto a la oferta de ''cuenta nueva y borrón'', que exentaría a los contribuyentes de auditorías siempre que presenten su declaración de 2000 en forma transparente y cumplan otras condiciones, los empresarios le hicieron notar a Gil Díaz que no se tomó en consideración a las empresas sujetas a dictamen y el funcionario tomó nota de esta observación.
El sector privado, anunció González Laporte, intensificará el cabildeo para que el próximo año se apruebe la reforma hacendaria que incluye la eliminación de la tasa cero del IVA en alimentos y medicinas. ''Nos vamos a concentrar en que estas iniciativas se aprueben con menos dificultades que en ocasiones anteriores, pero eso está por verse''.
Asalariados, en su ''mejor momento''
--ƑTodos los empresarios están en la misma línea de dar aumento de 6.5 por ciento?
--Sí. Estamos convencidos de que no podemos perder la oportunidad histórica de bajar la inflación a niveles que realmente reflejen la estabilidad macroeconómica. Este es el mejor momento para los asalariados porque es cuando el salario se puede estirar más. Esa fue la experiencia de México en los años cincuenta y sesenta, cuando hubo estabilidad. Los países que tienen mayor estabilidad y progreso son los que tienen baja inflación.
Se le preguntó si no era demasiado pedir a los trabajadores que vuelva a apretarse el cinturón cuando se han sacrificado por sexenios. El dirigente arguyó que el aumento de 6.5 por ciento es para los salarios mínimos y los contractuales tendrán que negociarse con cada sindicato.