JUEVES 7 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť En EU existe el mito de que sus agentes son el último reducto de esa época
Patrulla Fronteriza, Ƒheredera del viejo oeste?
Ť Inspectores Montados, antecedente de esta agrupación, estaba conformada por ganaderos y cazadores Ť Las autoridades promueven la creencia de que sus integrantes son héroes de la nación
Roberto Bardini, corresponsal, San Diego, 6 de diciembre Ť Reynaldo Hernández, agente de la Patrulla Fronteriza, oriundo del sur de Texas, dice que la belleza de la tierra que recorre a caballo lo traslada a la época gloriosa del viejo oeste.
"Seguirles la pista a estos tipos es como estar en el Old West", afirma. "He visto cuevas intactas de los indígenas con relieves en los muros, leones montañeses, nidos de águilas mexicanas y una gran abundancia de vida silvestre".
Las declaraciones de Hernández fueron publicadas en el artículo ''Patrullando la frontera internacional'', en la revista American Cowboy. El trabajo lleva la firma de Michael Carman, funcionario del Departamento de Biblioteca, Archivos y Registros Públicos de Arizona. El padre de él, Herbert Carman, fue un agente de la Patrulla Fronteriza.
El domingo cinco indocumentados mexicanos murieron y dos resultaron gravemente heridos al volcarse el vehículo en el que huían de agentes de la Patrulla Fronteriza. Seguramente ellos tenían de sus perseguidores una visión distinta a la del oficial Reynaldo Hernández.
El accidente ocurrió a la orilla del río San Pedro, a unos 15 kilómetros al oeste de Tombstone, cuando el chofer de la camioneta que llevaba a los migrantes ilegales perdió el control del vehículo, que circulaba por la carretera estatal 82 de Arizona.
Artículos como los de la revista American Cowboy contribuyen a reforzar el mito de que los agentes de la Patrulla Fronteriza son, en cierta forma, los herederos de una tradición que se remonta a los vaqueros del lejano oeste. Pero la realidad es menos bucólica y la información cotidiana de la frontera hace añicos la leyenda.
Ex soldados, alguaciles y pistoleros
En 1904 se formó el grupo de Inspectores Montados para patrullar la frontera sur. La fuerza estaba integrada por 75 agentes, cuya selección no era demasiado rigurosa. Su objetivo era frenar la inmigración de asiáticos que se internaban desde México.
En mayo de 1924, el Congreso de Estados Unidos creó la Patrulla Fronteriza, como una agencia de la oficina de Inmigración del Departamento de Justicia.
Muchos hombres que se dedicaban al arreo de ganado o a la caza a lo largo de la frontera con México y que hablaban un poco de español fueron reclutados por la agencia. Inicialmente fue una agrupación de 450 miembros vestidos de civil, mal entrenados y peor equipados, entre los que se contaban algunos individuos fuera de la ley.
Steve McDonald, jefe de la Patrulla Fronteriza de Tucson (Arizona), afirma que esta institución posee una historia única. "Los primeros agentes de la Patrulla Fronteriza eran hombres que habían sido soldados de caballería, alguaciles e incluso algunos pistoleros", dice. "La patrulla comenzó con la tradición de los vaqueros y aún ahora hay mucha gente en ella que tiene experiencia como vaquero''.
Reynaldo Hernández, según American Cowboy, es uno de esos agentes. Creció en el sur de Texas, donde estuvo rodeado de caballos en el rancho de su padre. Hernández dice que su herencia como vaquero lo ha ayudado de muchas maneras en su trabajo como agente.
Antes de ingresar a la Patrulla Fronteriza, Hernández tenía un trabajo similar como inspector de ganado para el Servicio Veterinario del Ministerio de Agricultura de Estados Unidos. El grupo de inspectores era conocido como River Riders (Los jinetes del río) y recorría la línea fronteriza en busca de ganado extraviado.
En 1987, Hernández comenzó a trabajar con la Patrulla Fronteriza en Nogales y estableció una fuerza montada. Ahora, en lugar de buscar reses perdidas persigue a polleros e inmigrantes indocumentados.
Creación de mitos
Los editores del periódico Voz Fronteriza, editado en San Diego por la Coalición Pro Derechos de la Raza, relataron a La Jornada un hecho ocurrido el año pasado que ilustra cómo las propias autoridades estadunidenses "fabrican" héroes que, con el tiempo, serán recordados como "héroes caídos en el cumplimiento de su deber".
El sábado 27 de marzo de 1999, el agente fronterizo Steven Sullivan conducía a alta velocidad una camioneta por los cerros de Dulzura, al oeste de San Diego, con nueve indocumentados mexicanos que había detenido del otro lado de Tecate.
Entusiasmado con su captura, Sullivan pasó por alto un punto del reglamento de la Patrulla Fronteriza, que estipula que "no más de cinco detenidos pueden ser subidos a una unidad".
La zona es topográficamente accidentada: hay cañadas profundas y desniveles repentinos. Para colmo, esa semana había caído una espesa neblina en la región, que dificultaba la visibilidad.
En determinado momento, el agente perdió el control del vehículo y se precipitó a un barranco de más de mil pies de profundidad.
Cuatro mexicanos fueron despedidos de la camioneta y sufrieron lesiones leves. Luego de subir con mucho esfuerzo entre piedras y matorrales, llegaron a la cima del cañón y avisaron del accidente a las autoridades.
Cuando las unidades de rescate llegaron al lugar hallaron muertos a Sullivan y a tres de los indocumentados detenidos. Los otros dos que se encontraban en el vehículo en el momento del accidente ya no estaban y se presume que lograron escapar.
Antes de que se realizara una investigación de lo sucedido, voceros de la Patrulla Fronteriza declararon que ''posiblemente los detenidos distrajeron al conductor, lo que pudo provocar el accidente". Luego afirmaron que en "casos de emergencia" y de acuerdo con su propio criterio un agente puede subir a una unidad a más de cinco detenidos.
La procuradora general de Justicia, Janet Reno, asistió al funeral del oficial y aseguró que Sullivan "ofrendó la vida por su país". La funcionaria no hizo mención a las otras personas que murieron en el accidente.
Harry Simón, uno de los editores de Voz Fronteriza, dijo a La Jornada: ''la procesión y el funeral de Sullivan se asemejaron a los de un héroe, un mártir ultimado por el enemigo en el campo de batalla".
Los "vaqueros" del nuevo milenio
Actualmente, el jefe nacional de la Patrulla Fronteriza es Gustavo de la Viña, originario de Texas y con más de 10 años trabajando en San Diego, quien tiene bajo su mando a 6 mil hombres.
El organismo posee 145 estaciones a lo largo de Estados Unidos y Puerto Rico, y entre su equipo cuenta con algo más que vaqueros y caballos.
En los últimos años, el gobierno le otorgó 115 millones de dólares para adquirir avionetas, helicópteros, radares, reflectores y tecnología para vigilancia. El Pentágono, por su parte, le entregó gran parte del equipo militar usado en la guerra de Vietnam, incluyendo helicópteros Blackhawk, equipos de sensores de calor y telescopios de visión nocturna.
Cuando un recluta egresa de la academia en Glynco, Georgia, debe cumplir un periodo de prueba de un año y obtiene un sueldo de 31 mil 815 dólares anuales. Si aprueba algunos cursos, en un año y medio puede ser promovido y ganar 44 mil 520 al año.
Las condiciones de admisión consisten en ser ciudadano estadunidense no mayor de 37 años, haber asistido a una escuela secundaria, poseer una licencia de conducir y pasar un examen antidrogas.
"Tener que ir a la frontera no es algo que me preocupe", dijo Joseph Travis, un joven de 19 años originario de Baltimore, quien se inscribió como aspirante en agosto pasado. En declaraciones al diario La Opinión, de Los Angeles, el futuro agente explicó: "Mi interés por entrar a la patrulla se debe a que es uno de los pocos lugares donde no exigen tener grados escolares... y yo no soy una persona de escuela".
Eso, desde luego, no tiene mucha importancia: ya se sabe que la mayoría de "héroes" que contribuyeron al mito del salvaje oeste -que hoy se ha desplazado al sureste- tampoco eran demasiado afectos a las aulas.