JUEVES 7 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť CIUDAD PERDIDA
Ť Miguel Angel Velázquez Ť
Ť DF: los vericuetos del ramo 33
Ť A restañar los daños de Zedillo
El 30 de septiembre pasado, en la Asamblea Legislativa, la diputada Clara Brugada presentó una propuesta de ley mediante la cual deben regresarse al gobierno de la ciudad los recursos del ramo 33 de la Ley de Coordinación Fiscal, que con las modificaciones hechas por las diferentes fracciones de los partidos representados en la Asamblea hoy será aprobada por unanimidad.
Con esto, en la Cámara de Diputados parece segura la inclusión del Distrito Federal en la lista de las entidades que reciben los fondos que durante los últimos tres años le fueron injustamente retirados a los habitantes de la capital del país.
Esto, pese a que en el presupuesto presentado a la misma cámara por el gobierno de Vicente Fox, el Distrito Federal no está incluido, es decir no hay cambio con respecto del que presentó el gobierno priísta.
Como se recordará, hasta 1998 en la Ley de Coordinación Fiscal estaba incluida la capital del país, pero a raíz de la postura del PRD en el caso del Fobaproa, el gobierno de Ernesto Zedillo decidió ejercer venganza en contra del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas y desapareció al DF de tal ley.
La decisión de la Secretaría de Hacienda actual, entonces, deja a la libre "negociación" entre los partidos representados en San Lázaro una buena parte del futuro económico de la ciudad y con ello muestra cuál es la intención de la administración foxista.
Frente a esto, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados otorgará los recursos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para evitar confrontaciones innecesarias o continuar con castigos al estilo Ernesto Zedillo que no caben ya en el supuesto esquema del nuevo gobierno.
No obstante, la misma comisión citará en breve al jefe de Gobierno para que explique las necesidades de la administración local y se modifique la ley, de tal manera que en uno de sus puntos establezca: Fondo de Fortalecimiento Municipal y del Distrito Federal, como estaba escrito hasta que Ernesto Zedillo decidió castigar a los habitantes de la capital del país.
Esos recursos serán destinados para diferentes acciones en las 16 delegaciones capitalinas, según lo establece la propuesta de Clara Brugada, y no fue nada fácil establecer los acuerdos necesarios entre partidos para que este punto llegara a aprobarse.
Ayer por la noche se zanjaron las últimas diferencia entre partidos para que el punto de acuerdo en la ALDF pase como una recomendación a la Cámara de Diputados y ésta, a su vez, reforme y derogue la ley en los términos que ahora contiene.
Sobre esta base, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados ya ha establecido modificar la ley y regresar al DF al nivel que le corresponde en un sistema que pretende llamarse democrático.
Los fondos reclamados durante los tres años últimos y negados al gobierno anterior tienen como base la lucha en contra de la pobreza extrema. Y es que el DF no es el paraíso que algunos suponen.
En los índices de marginación, por si usted no sabía, la capital del país ocupa el lugar 19 y le correspondería un porcentaje igual al que demanda su situación de pobreza, que, como dijo Andrés Manuel López Obrador, deberá ser frenada cuanto antes y por el bien de todos.
Seguramente habrán discusiones hoy en la Asamblea y las posturas variarán de acuerdo con los intereses políticos de los partidos, pero aquí lo único cierto es la urgencia por detener el deterioro de vida de los habitantes de las diferentes delegaciones de la capital.
De cualquier forma, de lo que hoy se habla es nada más de justicia. El Distrito Federal aporta a la Federación 25 por ciento del producto interno bruto del país y a cambio se les han escamoteado los dineros para resolver sus problemas de marginación.
El gobierno de López Obrador, que tiene como prioridad enderezar el trazo de empobrecimiento en el que se empeñó la administración zedillista, cuenta ya con el respaldo de la Cámara de Diputados y el impulso de la Asamblea Legislativa para cumplir con el cometido número uno, es decir se empieza bien.
Y si a ello se agrega el combate contra la corrupción, las modificaciones pueden ser sustanciales y rápidas, pero sobre todo en beneficio de quienes menos tienen, aunque también las delegaciones con menos necesidades recibirán los presupuestos necesarios para evitar, cuando menos, su deterioro.
Por lo pronto, el trabajo de Clara Brugada estableció un nuevo escenario para el Gobierno del Distrito Federal y para sus habitantes, pero es el principio, la lucha en contra de la corrupción, ya localizada, bien identificada, habrá de dar sorpresas en lo político y en lo económico.
Aunque el tiempo ahora se alarga a seis años, el lapso para establecer las bases reales de un buen gobierno es de plazos cortos, muy cortos, por eso ayer, en su primer día de trabajo Andrés Manuel López fue más allá de la intención y con acciones decididas señala para donde irá el trabajo diario.
Los reportajes de Raúl Llanos publicados en esta sección la semana pasada muestran hasta dónde ha llegado el virus de la corrupción. Hay mucho por hacer, pero ya se empezó.041