Ť Bazar de asombros, nueva obra del poeta que presenta hoy en esa institución
Gutiérrez Vega recibirá el honoris causa por la Universidad Autónoma de Querétaro
Ť Contiene trozos de trascendencia y un acercamiento descriptivo a la derecha del país, indica
Ť La columna es un género periodístico que deviene autoentrevista, sostiene
Renato Ravelo Ť Un libro que se puede abrir en cualquier parte y leer, tiene ventajas respecto de la novela, sobre todo cuando se habla de 666 páginas, de trozos de trascendencia, como pretende ser una columna, el género que para Hugo Gutiérrez Vega ?autor de Bazar de asombros? demuestra que ''la literatura y el periodismo son lo mismo". Pero éste, además, tiene una utilidad práctica, pues resulta ser al mismo tiempo un acercamiento descriptivo a la derecha de este país.
Hugo
Gutiérrez Vega (Guadalajara, 1934) publica con Aldus el volumen
que hoy presenta, a las 19:00 horas, en el patio barroco la Universidad
Autónoma de Querétaro, con la participación de Carlos
Monsiváis, Luis Tovar, Carmen Villoro y Eduardo Hurtado, acto que
es parte del homenaje al poeta con motivo de doctorado honoris causa
que la UAQ le impondrá el próximo febrero. El diplomático
y director de La Jornada Semanal, explica su Bazar de asombros.
''El libro lo puedes abrir por donde quieras, no tiene orden cronológico, sino medianamente temático. La sección 'Aires de la derecha', ésa sí hay que leerla completita. Recuento de los principales grupos de la derecha mexicana, del fin de la Cristiada al MURO. La mayor parte de estos grupos se formaron en el Bajío, como remanentes de esa guerra: los sinarquistas, los tecos en la Universidad Autónoma de Guadalajara. No es ni mucho menos una sección beligerante, sino descriptiva. Así como hay personas que estudian los movimientos de izquierda de manera no peyorativa. La derecha tiene muchas características y muchos grupos. En sus distintas gamas se abordan con propósitos descriptivos y con el temor natural que causan los grupos extremos, sobre todo los fundamentalistas e integristas".
Todo cabe en un jarrito....
?Tú formaste parte de la derecha.
?Fui miembro del Partido Acción Nacional, jefe nacional juvenil, candidato a diputado por el distrito de Tacuba, en la campaña de Luis H. Alvarez; fui su orador oficial. Soy jalisciense. Por formación familiar y educación sentimental, obviamente mi camino era el de la oposición y por la zona el de la derecha. Dentro del PAN tratamos de ligarnos, primero con la democracia cristiana y luego con la izquierda cristiana, así como con la teología de la liberación.
''Cuando establecimos estas ligas ya el conflicto se manifestó con los fundadores del PAN. Como sector juvenil apoyamos la huelga de Vallejo, la Revolución cubana y fuimos expulsados en 1963. No era un buen católico (después dejé de serlo), pero cuando lo era fui muy pecaminoso, como supongo que son buena parte de los católicos o deben ser. Recuerdo una frase de Chesterton, quien decía que la Iglesia católica no era un paraíso de justos sino un hospital de enfermos. Estuve en ese hospital."
?La columna es uno de los géneros más difíciles, ¿cómo lo concibes?
?En la columna se demuestra que periodismo y literatura no tienen diferencias. Que el periodista es un literato, eso es indiscutible. La columna requiere oportunidad, tiene la flexibilidad de un texto literario, puede tratar todos los temas, reunirlos: todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar. Exige ligereza, no frivolidad, porque el columnista serio empieza a pontificar y a decir qué es lo bueno y lo malo. La columna no resiste los embates del maniqueísmo.
?Otra característica, que no se atreve uno a enunciar es que busca una personalidad, una trascendencia...
?Utilizaría la palabra personaje. Lo puede ser desde siempre o puede crear el personaje. Inclusive puede cultivar la esquizofrenia, dividir la personalidad que es el rasgo principal de ese trastorno. La columna, en un juego de palabras, tiene la personalidad del personaje.
?Y además con una fidelidad extraña, el columnista tiene que avisarle a sus lectores que se va de vacaciones...
?Definitivamente. La responsabilidad del columnista es con los lectores, porque sabe que hay quienes compran la publicación por su columna, la esperan, se divierten, buscan orientaciones, temas, coinciden o no con el columnista, le mientan la madre, le muestran su adhesión. Hay algo muy personal que no existe en otros géneros y eso no es que sea mejor, sino una característica que no tienen la crónica o el reportaje.
''Decía uno de los grandes autores de columnas en el mundo Fígaro, El Español, en realidad era Mariano José de Larra, que me parece implacable, no sólo ingeniosa: una columna es una autoentrevista."
?¿Cómo explicas los materiales que se recopilan?
?La primera parte es muy personal, la educación sentimental, Lagos de Moreno, Guadalajara, padre y madre.
''La segunda 'Recordando sin ira' es una paráfrasis del lema de los jóvenes iracundos de la literatura inglesa. El colegio de los jesuitas, el grupo social al que de alguna manera sigo perteneciendo: el de los rancheros de los Altos de Jalisco, que perdieron con el reparto agrario y se dedicaron a otras cosas.
''Otra sección de mi paso bastante errático por los escenarios, hablo de la censura en México, de mis compañeros actores y de algunas puestas emblemáticas. Tiene una parte sobre viajes acerca de Brasil, Grecia, Rumania, Líbano. Personas que conocí. Hablo de Estambul y luego de un viaje a Acámbaro. Hay la cuestión indígena, de la que partió mi adelanto de jubilación del Servicio Exterior, por un artículo en contra de lo que pasó en Acteal. Revisiones de lecturas, admiraciones, quejas que son pocas, escritores y escritoras rumanos, ingleses, griegos, de todos lados. La última sección se llama Tendajón Mixto como la obra de Elena Garro. Termina con un homenaje a un hermano, uno de los grandes poetas de este país. El libro empieza con una carta a mi abuela y acaba con la literatura, con un reconocimiento a José Carlos Becerra. De lo familiar a la literatura, que es lo más importante que me ha pasado en la vida."