MIERCOLES 6 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Detalla la AMUCSS exitosas experiencias de bancos rurales en Puebla y Oaxaca
Campesinos buscan ahorrar y créditos para comercialización
Angélica Enciso L. Ť El establecimiento de bancos rurales en zonas marginadas ha demostrado que la población se orienta básicamente al ahorro y al cambio de remesas, más que a la solicitud de créditos, indicó la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS). Actualmente hay 180 mil comunidades con menos de 500 habitantes que requieren de instituciones financieras y las tradicionales no tienen interés en trabajar en ellas, precisó.
Con la experiencia de dos bancos rurales en zonas cafetaleras --el Tosepantomin, en náhuatl "el dinero de todos", y el Kaxa Taon, "la casa del dinero" en mazateco-- se encontró que los habitantes buscan ahorro y créditos para comercializar su producción.
Ubicadas en dos regiones altamente marginadas, la sierra norte de Puebla y la sierra mazateca de Oaxaca, estas instituciones impulsadas por la AMUCSS retomaron experiencias de otros países y se establecieron "grupos solidarios" formados por cinco o siete personas que se responsabilizan del pago de los créditos de cada integrante.
Los integrantes de los grupos son investigados para conocer su solvencia, ingresos y egresos; cuando una persona no paga el préstamo que solicitó, el grupo en su conjunto lo debe pagar, lo cual funciona como mecanismo de presión y vigilancia para los integrantes, explicaron Isabel Cruz y Sonia Rita, responsables del proyecto. Las instituciones están incorporadas a fideicomisos de uniones de crédito, ya que no hay un marco legal para este tipo de figuras.
En Cuetzalan, sierra norte de Puebla, donde la mayoría de la población es indígena, habla náhuatl y se dedica a la producción de café, 28 por ciento de los habitantes es analfabeta y las unidades de producción son menores a una hectárea. Ahí trabaja la Cooperativa Tosepan Titaniske, creada a fines de los setenta, que agrupa a 43 comunidades, a las que pertenecen 4 mil 500 familias campesinas que trabajan en el desarrollo de caminos, programas de vivienda y proyectos económicos, agregaron.
El banco, creado a instancias de esta cooperativa, lleva tres años de operación y originalmente logró reunir 600 mil pesos básicamente para el acopio de café y para hacer pequeños préstamos cuando no se cosecha. Desde entonces, el capital financiero poco a poco se ha incrementado.
Los créditos que otorga la institución van de 300 pesos al principio y el máximo es de 2 mil 400 pesos, pero lo que ha resultado más relevante es el monto del capital ahorrado, que creció de forma importante en tres años y ha llegado a ser de hasta 3 millones 500 mil pesos. Es relevante el hecho de que 49 por ciento de los socios ahorradores son mujeres. Para atender demandas de la comunidad también se estableció el seguro de servicios funerarios, mencionaron.
En San José Tenango, enclavado en la sierra mazateca, también región cafetalera, se estableció el banco rural, el cual está incorporado como fideicomiso en la Unión de Crédito de los Productores de Café de Oaxaca, ya que en el país no hay marco legal para ellos, precisaron. En esa región hay 100 comunidades dispersas con un total de 16 mil habitantes y el promedio de residentes por cada uno de esos poblados es de 160.
En cada región las características de aplicación de los programas pueden ser distintas, y aquí se estableció un límite máximo de 2 mil pesos y se empieza con 500 pesos, pero el monto otorgado depende de la capacidad económica de cada persona. Para comenzar la actividad en este banco se partió de una inversión de 260 mil pesos aportados por fundaciones privadas, la Secretaría de Agricultura y Banrural, pero en préstamos y ahorro no se consideran apoyos oficiales.