MIERCOLES 6 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Presentaron poemario póstumo del hijo de Carlos Fuentes y Silvia Lemus


La palabra sobrevive es un testimonio vital escrito ''desde la fatalidad''

Ť Al joven le fascinaba la idea del eterno retorno de Nietszche, revela José María Pérez Gay

Ť El volumen constituye ''un acto de terca y casi obligada resistencia'', señala Juan Villoro

Mónica Mateos Ť Como sus girasoles que sobrevivieron el invierno londinense, los poemas de Carlos Fuentes Lemus superan su ausencia y siembran un libro cuya escritura ''fue dictada por la fatalidad", opinó David Huerta la noche del lunes, durante la presentación del poemario La palabra sobrevive, realizada en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

El escritor José María Pérez Gay recordó su amistad con el muchacho con quien compartió su admiración por Nietzsche. Fuentes Lemus le dijo en alguna ocasión: ''Quiero llegar a muchas visiones duras de mí mismo, como Nietzsche, y temerme a mí mismo tan poco como yo le temo a ellas. El problema es verse desde afuera, como si de otro se tratase, salirse. No quiero temerme. Quiero ser fuerte y confiar, pero no sé por cuánto tiempo.

''A Carlos le fascinaba la idea del eterno retorno (de Nietzsche), le parecía el anuncio de una redención. Muchas veces llegué a pensar que su pasión por la fotografía no era sino esa transparencia estrechamente selectiva de un instante que debía repetirse, quiero decir, regresar siempre."

Antes de escuchar los versos del autor fallecido el año pasado, su padre, el escritor Carlos Fuentes, compartió las imágenes que atesora: anécdotas de su hijo amante de la música de Elvis Presley tanto como de las palabras de Nietzsche o la pintura o el mar o el vértigo del insomnio.

El actor Demián Bichir l fuentes-lemus-libro-4 eyó entonces: ''Se me fueron las ganas de vivir el mundo/ Esta vida que ha sido así/ Veinte años/ de destrucción,/ de mala semilla,/ todo conspira para volverme loco/ la gente muerta de miedo ante su inutilidad/ que es lo único que tienen/ salvo el momento/ en que se ayuda a un semejante/ No quiero seguir viviéndola/ así/ pero lo haré y no podré/ y no querré/ y lo haré".

Un artista inquieto

La palabra sobrevive (Seix Barral), libro que convocó los comentarios de José María Pérez Gay, Juan Villoro, Angeles Mastretta y Tomás Eloy Martínez (quien no asistió, pero envió un texto, leído por Villoro) fue calificado por el poeta David Huerta como ''el testimonio vital y el documento expresivo, tristemente póstumo, de un artista inquieto. Sus poemas están atravesados por una desbordante energía, como si su hacedor los hubiera escrito a la manera de ansiosas anotaciones en un cuaderno efímero.

''Ese desbordamiento de la energía poética encontró cauces para sus excesos y sin negarlos ni domesticarlos, consiguió en ocasiones dar con un brillo, una imagen, una frase, una secuencia verbal de aquello que el joven poeta quería comunicarnos.

''Cruzada de parte a parte por un extraño y conmovedor deseo de exactitud, transida por una voluntad de encontrar esa exactitud no importa dónde se busque
(los tiraderos de las ciudades, el rock, la pintura, los paisajes, la electricidad quemante del sexo), la escritura de este libro fue dictada por la fatalidad."

Ante un vasto público en el cual se encontraba la nueva titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sari Bermúdez, acompañada por Víctor Hugo
Rascón Banda y el todavía titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, Gerardo Estrada, entre otros, Huerta apuntó que su conversación, de colega a colega, con Fuentes Lemus continúa a través de las páginas ''de tesitura violenta" de La palabra sobrevive.

Mientras en el teatro principal del recinto se efectuaba la presentación del programa de Televisa, Navidades en México, la cálida salutación a la aparición del poemario del hijo de Silvia Lemus y Carlos Fuentes, continuó con la opinión de Juan Villoro hacia ese texto que es, dijo, ''un acto de terca y casi obligada resistencia".

Agregó que ''el poeta, amenazado de muerte desde la infancia, no concibe su escritura como un heroísmo de la conciencia, ni se solaza en las fisuras de su salud quebrantada, no admira el sufrimiento ni busca los compensatorios castigos de la piedad. Los versos de Fuentes Lemus se acercan mucho a los salmos de la música de rock, son un núcleo poético que pide ser gritado entre el oleaje de las guitarras eléctricas".

Al hablar del ''muchacho delgado, de ojos tímidos" que conoció, la escritora Angeles Mastretta leyó unos poemas del joven: ''La dignidad significa ponerse/ la
Máscara de la Dignidad y luego/ quitársela para que la vean en tu mirada./ En México las Máscaras significan más que las Caras./ O acaso más estratos/ de personalidad sin mierda freudiana pegada a/ tus suelas y apestando el lugar./ La dignidad es negarse al compromiso./ Arrastrarte hinchado y medio muerto/ para que los deseos de veinte mil personas/ se vuelvan realidad./ Dignidad es saber que algo peor/ le ha sucesido a hombres mejores que tú."

Carlos Fuentes Lemus (París, 1973-Puerto Vallarta, 1999) dejó incompleto el largometraje Gallo de pelea. Exposiciones póstumas de sus pinturas, dibujos y fotografías han tenido lugar en el Círculo
de Bellas Artes (Madrid) y en el Círculo de Lectores (Barcelona).