MARTES 5 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť El músico, uno de los revolucionadores del flamenco, cumpliría hoy 50 años


A ocho años de su muerte, el cantaor Camarón de la Isla es venerado como un santo en su tierra natal

Dpa, Madrid, 4 de diciembre Ť Desde la muerte de Camarón de la Isla han pasado ya más de ocho años, pero el cantante de flamenco está siempre presente en su ciudad natal: San Fernando. En las casas de la pequeña localidad en el sur de España cuelgan carteles del ídolo, mientras en las estanterías hay bustos y pequeñas estatuas.

Camarón de la Isla fue sin duda el mejor cantante de flamenco de todos los tiempos, y mañana hubiera cumplido 50 años.

En su ciudad natal es venerado como un santo del que se esperan pequeños milagros. Muchos lo ven como un dios, dice su viuda, Dolores Montoya. La Chispa, como la llaman, explica que hay gente que visita su tumba y le pide que el niño que esperan nazca sano, o que un pariente se cure de una enfermedad.

CAMARON8.JPEGJunto con el guitarrista Paco de Lucía, Camarón revolucionó el flamenco, la música gitana del sur de España, y la ayudó a salir del barrio, de unos pocos locales en los que se tocaba.

Camarón, cuyo nombre era José Monje Cruz, experimentó con nuevas melodías y sumó al gusto por su música a un nuevo público juvenil que hasta entonces sólo se interesaba por el rock y el jazz.

A ocho años de su muerte, el flamenco está más vivo que nunca, con toda una serie de nuevos grupos y artistas, y se diferencia en ese sentido del fenómeno del reggae en Jamaica, que nunca pudo superar del todo el fallecimiento de Bob Marley.

Gracias a Camarón y Paco de Lucía el flamenco tuvo enorme éxito en España y en el mundo. Hoy existen escuelas de baile, guitarristas y amantes del flamenco en lugares como Alemania, Francia, Suiza, Finlandia, Estados Unidos o Japón.

Con la muerte de Camarón en julio de 1992 a los 41 años ?a causa de un cáncer de pulmón?, los gitanos del sur de España perdieron a un ídolo y el flamenco a un cantante genial. Pero a la vez nació una leyenda.

Todavía se conserva el lugar donde creció como el penúltimo de ocho hijos, la pequeña herrería de su padre o la peña Camarón, cuya piedra fundamental colocó el propio músico poco antes de morir.

En la peña, la familia guarda todos los recuerdos del artista como reliquias. Entre los objetos hay numerosas fotos, vestimenta, zapatos, una invitación de la Casa Real española y hasta un mensaje de pésame del ex presidente de gobierno Felipe González. En el local Venta de Vargas, donde Camarón inició su carrera, ocurre que gitanos que vienen de Francia besan el suelo al entrar.

Su nombre artístico le viene de su cabello algo claro y su figura delgada. Camarón era una persona muy sensible que le huía a la fama. Su amigo y productor Ricardo Pachón recuerda que era muy tímido y que a veces lo ocultaba de los fans en el maletero de su automóvil.

Camarón no estaba preparado para ser endiosado e intentaba escapar de su propia realidad, a veces al parecer también con drogas. Para algunos, como escribió hace poco el diario La Vanguardia, el astro Camarón consumía de alguna forma a José, el hombre.