LUNES 4 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť PARABOLA

El principio del fin

Ť Emilio Lomas Ť

El presidente lo dijo muy claro: "La corrupción ha dejado exhausta la credibilidad social en el gobierno"; en consecuencia, se propuso "abrir lo que ha permanecido cerrado, investigar lo que no ha sido resuelto", y prometió: "los grandes corruptos del pasado, del presente y del futuro rendirán cuentas; no habrá para ellos borrón y cuenta nueva. No habrá piadoso olvido para quienes delinquieron; tampoco habrá tolerancia para quienes pretenden continuar con privilegios hoy inaceptables". Bien claro tiene cuál es la condición y cómo hay que resolverla. Los casos por los que puede empezar son muchos. Aquí me permito exponer uno, tan sólo uno de los cientos que encontrará el Presidente de darse a la tarea de concretar sus buenos propósitos.

Tras la pérdida casi increíble del poder -luego de haberlo ostentado durante más de siete décadas-, los personajes más aferrados a las viejas prácticas de corrupción y transa-acciones del Partido Revolucionario Institucional se dieron a la tarea de desplegar un sinnúmero de acciones para evitar ser descubiertos en sus usos y prácticas. Tal es el caso de don Arsenio Farell Cubillas, que tan sólo en el área de la paraestatal Petróleos Mexicanos, y en colusión con altos funcionarios de la misma institución, se dio a la tarea de establecer una serie de medidas para borrar las irregularidades cometidas a la sombra de la impunidad del sexenio salinista, según lo documenta la asociación civil Todos por Pemex, la cual ya ha le ha hecho llegar la información respectiva a Fox.

Según los datos de la asociación, los intentos por combatir la corrupción al interior de la paraestatal han sido fallidos en su totalidad, y, por el contrario, han ocasionado al menos 5 daños al patrimonio de Pemex.

Según el decreto del 24 de diciembre de 1996 (nótese la elección de fechas para publicar decretos en nombre de la transparencia administrativa) las contralorías internas de las dependencias y entidades pasaron a formar parte jerárquicamente de la Secodam, cuya titularidad estaba en manos de Farell, mientras que las dependencias y entidades aportarían los recursos presupuestales y las relaciones laborales para quienes, se suponía, serían sus verdugos.

A partir de este decreto, el primer daño patrimonial tuvo lugar cuando Mónica Barrera, primera titular de la contraloría interna en Pemex-refinación -designada, por cierto, por el señor Farell- logró que la entidad le autorizara un incremento en la estructura organizacional de 157 a 240 plazas, con un costo anual para Pemex de 64 millones de pesos.

La segunda parte, derivada del decreto anticorrupción, el cual debía vigilar don Arsenio que tuviera buen término, consistió en la labor de convencimiento por parte de la contralora interna para que Pemex-Refinación liquidara o jubilara anticipadamente a 58 trabajadores, a pesar de que en la nueva estructura contaba con 48 plazas vacantes. Lo anterior propició que la paraestatal, a través del licenciado Rudy O. Albertos Cámara, subdidrector de finanzas y administración, y de Armando Canales Treviño, gerente de recursos humanos, pasaran de manera arbitraria por encima de los derechos laborales de los servidores públicos despedidos, por lo cual, ahora Pemex enfrenta diversas demandas laborales, que está a punto de perder y por las que se estima tendrá un costo de 250 millones de pesos, por concepto de salarios caídos y prestaciones, más lo que se acumule.

Melée

El tercer golpe para Pemex, resultado del presunto esquema anticorrupción, fue el manejo, por parte de la Contraloría, de las evaluaciones para la adjudicación de contratos de obra pública para la reconfiguración de las refinerías del sistema nacional. Las irregularidades en este ámbito se destacaron cuando la contralora participó en forma directa en la licitación pública internacional para el proyecto Cadereyta, el que se adjudicó a CONPROCA mediante el contrato PR-SP-035/97, por un monyto de mil 3000 millones de dólares de costo directo, más 900 millones de dólares por financiamiento. Fue entonces un secreto a voces el hecho de que los colaboradores cercanos a Mónica Barrera, como Sigberto Alarcón Marsellie, daban asesoría por debajo de la mesa a la compañía CONPROCA durante el proceso de licitación, lo que explica porqué la paraestatal aceptó la propuesta de la compañía con 28 incumplimientos graves. La asociación civil calcula que pronto se evidenciará que la reconfiguración de la refinería de Caderyta y el ducto que va de Novo Teapa a Ciudad Maderio requerirán una nueva inversión de al menos 600 millones de dólares por reclamaciones de la contratista. Lo expuesto es sólo el principio de una larga lista de irregularidades al interior de Pemex. Pedir cuentas a los contralores salientes debía ser el punto de partida para ver hacia el futuro, pues no se puede construir sobre el fango.

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