DOMINGO 3 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Acudió a Oaxaca


Las sorpresas sobre la industria fílmica, pospuestas por Fox

Renato Ravelo, enviado, Oaxaca, Oax., 2 de diciembre Ť Los miembros de la comunidad cultural que asistieron a la comida con el presidente Vicente Fox se dispersaron en peticiones individuales al mandatario, ante la falta de una definición sobre los personajes del equipo del sector, así como por la posposición de las "sorpresas" relacionadas con la industria cinematográfica.

Hagamos votos "por que termine la intolerancia y prevalezca la unidad", dijo Fox a su llegada al Centro Cultural Santo Domingo, sede de la comida a la que acudieron sobre todo representantes de los institutos de cultura del país.

Algunos de los asistentes fueron los pintores oaxaqueños Francisco Toledo y Rodolfo Morales; los promotores culturales Ignacio Toscano y Felipe Garrido; los empresarios Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú, así como los escritores Eduardo Lizalde, Jorge Volpi y Víctor Manuel Mendiola. También, la editora Consuelo Saizar, el director de orquesta Sergio Cárdenas y el pintor Manuel Felguérez. Unas 400 personas, muchas de ellas del ámbito cultural local.

La expectativa era en torno a los anuncios del fideicomiso de apoyo al cine, así como sobre el reglamento de la Ley Cinematográfica, según reveló Víctor Ugalde, de la Sociedad General de Escritores de México.

Ausentes los acompañantes del equipo de transición cultural, como Víctor Hugo Rascón Banda, Lourdes Arizpe y la diputada Beatriz Zavala, la reunión estaba por terminar -luego del discurso de Fox y la comida- cuando la cineasta Marcela Fernández Violante se acercó a la mesa del mandatario para solicitarle definiciones sobre el área cultural.

El jefe del Ejecutivo improvisó entonces un discurso en el que reiteró que el programa para cultura dependerá de la propia comunidad, y comprometió a Sari Bermúdez para que presente en breve "un programa detallado y completo. La cultura no es una tarea exclusiva ni monopolio del Estado", sostuvo antes de reiterar su respeto pleno a la libertad de expresión.

Fue entonces cuando de manera individual se acercaron quienes habían asistido por sus propios recursos y toleraron la falta de organización, la cual hacía que a pesar de llevar invitación muchos no estuvieran en "la lista".

Al final de cuentas no se cumplieron las expectativas de asistencia; incluso, la prensa que cubría la gira del mandatario, que originalmente no estaba invitada, pudo entrar a la reunión en que se pospusieron los anuncios relacionados con cultura.