DOMINGO 3 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť La exposición plástica Eros, sida y censura, una batalla por la tolerancia


No podrán contra "el espíritu insurrecto del arte"

Mónica Mateos Ť Son varios los letreros que se encuentran en la entrada de la exposición Eros, sida y censura ?que se inauguró la noche del miércoles en el Museo Universitario del Chopo? a los cuales nadie presta atención: "Prohibida la entrada a mujeres, menores y mojigatos", "Peligro moral", "Sólo para adultos", "Puritanos, absténganse".

erosNadie se sonroja ni se persignaante las pinturas, esculturas, fotograf’as, instalaciones y montajes realizadas por mýs de veinte artistas convocados para participar en la undŤcima Jornada Cultural de Lucha contra el Sida.

En una esquina del espacio que ocupa la muestra se encuentra un tendedero con camisetas estampadas con la imagen de La patrona, caricatura de Ahumada que fue destruida en Guadalajara por un par de j—venes azuzados por el clero. Ahora esa obra es objeto de culto para quienes niegan con orgullo pertenecer a Òlas buenas concienciasÓ que cada d’a serýn mýs refinadas y pol’ticamente correctas.

ÒBuscarýn argumentos mŤdicos o legaloides, hablarýn a nombre de la democracia y de las mayor’as. Pero sigamos teniendo confianza en el esp’ritu insurrecto del arte: con eso no podrýnÓ, escribe Juan Carlos Bautista en el texto que da la bienvenida al visitante que disfruta las obras de Armando Eguiza, Oliverio Hinojosa, Francisco Castro Le­ero, El Fisg—n, Reynaldo Velýzquez, Irma Palacios y Carlos Blas Galindo, entre otros.

Falos de madera u obsidiana, fotograf’as que recuerdan aquel dicho de Òmýs vale pýjaro en manoÓ, en el que un colibr’ aprisionado en un pu­o provoca imaginar juegos lœbricos, la vida y la muerte escurriendo de un esqueleto y hasta un retrete con sus paredes pintadas con un selecto rosario de obscenidades (obviamente no falta el mism’simo gallito inglŤs), son el llamado al pœblico Òa que por medio del arte tomen un grado de conciencia en torno al problema de la falta de libertad sexual y la violaci—n de los derechos humanos de los seropositivosÓ, se­ala uno de los organizadores de la exposici—n, Manlio Guerrero.

Bautista agrega que la batalla moral y pol’tica que se dio a partir de la pandemia del sida cambi— tambiŤn las relaciones entre sexualidad y tolerancia, por ello Òhay que ubicar d—nde se aloja ahora lo prohibido. Las consecuencias son impredescibles.Ó

(Eros, sida y censura podrý visitarse durante diciembre, hasta el d’a 17, y del 9 al 21 de enero de 2001 en el Museo Universitario del Chopo, Dr. Enrique Gonzýlez Mart’nez 10, colonia Santa Mar’a la Ribera. Tel.: 5546-1245).