Oportunista, el desayuno de Fox con niños de la calle: tepiteños
Ť Fue organizado por el grupo de Lucía Ruano, que desde hace varios años busca ingresar a la zona comercial del barrio, señalan
Josefina Quintero, Agustín Salgado, Angel Bolaños y Susana González Ť Al margen de la organización del desayuno que sostuvo el presidente Vicente Fox con niños de la calle, porque nadie los invitó y tampoco lo pidieron, comerciantes de Tepito opinaron al respecto: "Se trata de oportunismo político y populista".
Realizado en la periferia de la colonia Morelos, el desayuno fue organizado por el grupo Libertad, de Lucía Ruano, quien dice conocer a Fox desde hace más de 30 años y a la que califican de "oportunista" algunos líderes de organizaciones de comerciantes del barrio. Aseguran que ese grupo, desde hace varios años ha intentado ingresar a la zona comercial, por el capital político que representa.
De las 62 organizaciones de comerciantes que hay en Tepito, explican, entre perredistas y priístas, ninguna se identifica con el PAN, por lo que "Lucía Ruano trata de ser el contacto entre el gobierno federal y las organizaciones, aprovechando su amistad con Fox y utilizando como bandera su preocupación hacia los niños de la calle".
Sin
embargo, reconocen que ella "es la única que realiza labor social
en la zona, lo que no es nada fácil: ha apoyado a las mujeres, defendido
los derechos humanos y ahora trata de incorporar a la sociedad a los niños
de
la calle".
Lucía, por su parte, entre bromas y veras se declaraba "hasta la madre" la noche del jueves, cuando trabajaban a marcha forzada los vecinos de la calle Libertad, donde se llevó a cabo el desayuno y se encuentra la panadería que servirá para que los jóvenes en situación de calle aprendan el oficio. El local, sin embargo, no ha abierto sus puertas debido a que las autoridades no han otorgado los permisos de uso de suelo.
De un lado a otro, visible el cansancio, Lucía Ruano daba indicaciones y aseguraba que Fox se había invitado solo, y que a ella únicamente le avisaron de su puntada. Incluso, dijo: "si hubiera sabido de la dificultad de esto habría preferido que no viniera". Pero su amistad hizo de éste un compromiso ineludible.
"Yo conocí a Vicente hace 40 años, cuando llegue a un albergue que en ese entonces se llamaba Oscar AC, donde la directora era su prima hermana y él iba por ahí de visita. Les decíamos a él y su familia los chavelos, por católicos. Desde entonces, no hemos perdido comunicación", cuenta Lucía.
Sobre el barrio, asegura: "Tepito, en lo que cabe, es el centro del desmadre: ama todo y aguanta a todo". Y en efecto, ayer aguantó el ir y venir de reporteros, integrantes de grupos altruistas que difícilmente volverán y de elementos del Estado Mayor Presidencial, para quienes también hubo tamales, pues no fueron suficientes los invitados para agotar las viandas.
Cuatro fueron los adolescentes elegidos por Lucía para compartir la mesa con el presidente Fox. Allí estaban Anahí, Aarón, Mireya y Mario, quienes llevan alrededor de tres meses en el albergue del grupo Libertad. También fueron invitados miembros de la Fundación Mexicana para la Rehabilitación de Personas con Enfermedad Mental, y del grupo Promoción Acción Comunitaria (Paco), que ayer ocuparon gran parte de las sillas instaladas a partir de las 5 de la mañana.
Allí estuvieron, pues, compartiendo el pan y la sal con el nuevo Presidente, que en esta ocasión no fue acompañado por sus hijos, con quienes sí asistió a la Basílica de Guadalupe, el Palacio Legislativo, el Auditorio y Palacio Nacional.
El trabajo duro recayó sobre los hombros de los vecinos más cercanos de Lucía, pues ni los jóvenes a quienes ayuda participaron en la organización. Así, mientras los primeros trabajaron hasta la madrugada del viernes, los chavos descansaron, pues en esta ocasión "nosotros somos los importantes". Y quizá así lo entendieron las fuerzas del orden, que permitieron el ingreso de aproximadamente 100 menores de la calle, que asistieron al desayuno, aunque hubo a quienes se les pidió retirarse, por encontrarse bajo efectos de la droga.
Más asistencia hubo, sin embargo, de vecinos de
la calle Libertad, porque la oferta de tamales y atole, e incluso la presencia
de Fox, no parecieron suficientes para atraer la atención de todos
los habitantes del barrio, y el encuentro incluso pasó inadvertido
para la mayoría, dedicada a sus actividades comerciales.
"Hay tamales con Foz"
Susana González G. y Angel Bolaños Ť La voz corrió entre los niños que duermen en los diferentes predios del norte de la ciudad: "el viernes hay desayuno con Foz". Se enteraron los de la Alameda y quienes viven por la colonia Guerrero y Tlatelolco, también quienes duermen cerca de Garibaldi y debajo del puente de San Cosme, e incluso quienes se concentran en La Raza.
Sin embargo, no todos llegaron. Unos despreciaron abiertamente la invitación, "porque los políticos siempre nos usan pero no hacen nada por nosotros". Otros tuvieron intenciones de asistir pero erraron la dirección por los efectos del chemo y hubo quienes de plano la olvidaron porque se quedaron dormidos.
Otros, como Iván, El Toro, de la zona de La Raza, fueron llevados por voluntarios de un grupo cristiano, Lámpara AC, a un acto en el parque Naucalli de Naucalpan. Sólo 16 de 48 menores que habitan debajo del puente, en el cubo y el parque fueron con Fox. Aquí sus voces:
Héctor, de 17 años: "Sí me invitaron, me dijo una chava hoy mismo, pero me da igual. ¡Chinguen su madre! Todos los políticos son unos chismosos, nomás vienen a decirnos cosas pero luego no hacen nada. Nosotros somos como 28 que dormimos aquí en el Metro Guerrero, pero yo creo que a ese desayuno nomás fueron como siete, los otros andan en Acapulco o fueron por su activo".
Elizabeth, 13 años: "Pus sí sabíamos que iba el presidente pero no lo encontramos, no sabemos dónde está".
Oscar, de 18 años: "A nosotros sí nos dijeron pero desde hace rato los andamos buscando en la Alameda y como no los encontramos pensamos que iba a ser en el Zócalo pero no nos dejan pasar; ¿no nos da dinero para desayunar?"
Juan José, de 12 años: "Yo me duermo allá en Niños Héroes y venimos a la Alameda por el desayuno pero no hay nada".
José Roberto Salas, de 11 años: "¿El gafete? A mí me lo dio Foz, él me dejó entrar y me senté junto a él. Pero no me dieron de desayunar nada, por eso me salí. Allá en la Guerrero hay más niños que no vinieron, pero yo sí vine y no me dieron nada."
Aarón, de 19 años: "Yo como ví que nadie les daba nada a mis compas de la Alameda porque había mucha gente, pus me paré y fui con la de los tamales y le pedí once tamales, y luego con la de las quesadillas y le pedí once quesadillas, pero nadie les hacía caso".
Martín, de 13 años: "A un compa lo sacaron esos señores de corbata porque traía su activo y ni le dieron un tamal".
Ana, de 15 años: "¿Cuál desayuno? ¡Ah, ese! ¿Pa' que voy si nomás iban a dar tamales? Como si con eso se arreglara todo... siempre hacen igual".
Carlos, El Zorro, 22 años: "De qué sirve que nos hagan el desayuno, el chiste es que hagan algo por nosotros, por todos los chavos de la calle, o sea más que nada que se arrime a todos los barrios, que vea cómo vivimos y todo".
Iván, El Güero: "No, porque tengo que hacer cosas aquí, me dedico a hacer mandados, o sea lo que me piden. Al rato me voy con mi amigo al parque Naucalli, van a hacer actividades recreativas, nos dan de comer".