SABADO 2 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Luis Javier Garrido Ť
El debut
La llegada de Vicente Fox a la Presidencia de México este primero de diciembre marca el fin del régimen de Partido de Estado (1929-2000), pero no significa la instauración de "la democracia" (como él pretende), ni de la justicia social o de la estabilidad económica (como sugieren los miembros de su equipo), sino el inicio de un nuevo periodo de incertidumbre para el país, en el que hay más signos de continuidad que de ruptura.
1. La principal señal que Fox envió a los mexicanos con la integración de su equipo de colaboradores pudo ser la de la voluntad de cambio, pero resultó, a fin de cuentas, la de mostrar una decisión de continuidad en lo económico, al entregar múltiples dependencias públicas a empresarios y a ex funcionarios del salinismo para seguir salvaguardando los intereses de quienes han sido los beneficiarios del actual proyecto.
2. La propuesta de "cambio" no aparece tampoco clara en lo político, pues el primer presidente panista parece empeñado en mantener la red de intereses creados en tomo a la tecnocracia priísta, y sobre todo en no intentar desmantelar el narcopoder salinista, a fin de darse las condiciones para lo que sus colaboradores llaman "la gobernalidad" del país, de tal suerte que una vez más el destino nacional parece estar en manos de la voluntad discrecional de un hombre y de su grupo.
3. La idea de "transición" no fue clara a lo largo de la campaña y no es de extrañar, por lo mismo, lo que está aconteciendo ahora: que se esté improvisando en todos los terrenos y sobre todo en el político.
4. El gabinete designado ha decepcionado en diversos sectores, más que por el hecho de ser extraordinariamente mediocre, porque haya personas señaladas por su dudosa integridad (Macedo de la Concha, Sarukhán) o por el hecho de que Fox, ignorando el marco jurídico del país, en su afán de cooptar o premiar a múltiples gentes, esté nombrándolos en puestos inexistentes (legalmente hablando) y usurpando funciones del Legislativo, único órgano facultado para crear empleos, por otra cosa: se pretende presentar a los empresarios como la panacea para el país. Y aquí cabrían varias preguntas.
5. ƑPuede un empresario como Carlos María Abascal, constitucional y moralmente, ser el titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, cuya responsabilidad legal es "armonizar los intereses del capital y el trabajo", al ser juez y parte al mismo tiempo?
6. ƑCómo podría una empresaria neoliberal, como Xóchitl Gálvez Ruiz, entender el reclamo de los pueblos indios a la autonomía y a la diversidad, desde la óptica uniformizadora del neoliberalismo salvaje?
7. ƑEs imaginable que quienes sirvieron a los peores intereses que han prevalecido en el país, y tuvieron una abierta complicidad en los crímenes políticos y las exacciones de Carlos Salinas, como Santiago Levy, Julio Frenk o Francisco Gil Díaz, vayan a actuar de diferente manera sólo porque Vicente Fox sea el titular de la Presidencia?
8. El primer gabinete de Fox es un primer paso en la vía de la improvisación y de las componendas políticas, y la reacción de desencanto no es más que consecuencia de esa falta de coherencia política y de respeto al ofrecimiento de gobernar "con lo mejor del país".
9. Desde la sociedad, en todo caso, al margen de las decisiones que vaya tomando el nuevo gobierno, el desafío sigue siendo el mismo: desarrollar las acciones de resistencia civil que vayan acotando el poder del nuevo régimen, y esto indudablemente va a venir.
10. El gran cambio político que se ha operado en México en los últimos años, y que es cada vez más evidente, es el de una nueva actitud de los mexicanos ante el poder: y ese será el freno ante cualquier intento de reconversión del sistema.